Elecciones anticipadas

Japón irá a las urnas el 16 de diciembre

El próximo 4 de diciembre arrancará, según se acordó este miércoles, la campaña electoral para estos comicios adelantados.

Japón celebrará elecciones generales anticipadas el 16 de diciembre después de que el primer ministro, Yoshihiko Noda, decidiera disolver el Parlamento este próximo viernes pese a que la popularidad de su partido se encuentra por los suelos.


El próximo 4 de diciembre arrancará, según se acordó este miércoles, la campaña electoral para estos comicios adelantados, que inicialmente estaban previstos para el verano de 2013.


Noda, de 55 años, se había comprometido en verano a adelantar la cita con las urnas "a algún momento cercano" a cambio del apoyo de la oposición para ver aprobada su ansiada reforma fiscal, aunque hasta ahora se había resistido a poner fecha a los sufragios.


El jefe de Gobierno incluso pidió en el Parlamento nuevo apoyo para varias medidas impulsadas a última hora por su Gabinete, incluida una reforma del sistema electoral, como última condición para disolver la Cámara baja este mismo viernes, lo que automáticamente implica la convocatoria de elecciones generales.


"Cooperaremos totalmente con la propuesta del primer ministro de cara a disolver la Cámara baja el viernes", manifestó poco después el líder del opositor Partido Liberal Demócrata (PLD), el ex primer ministro Shinzo Abe, que tiene muchas posibilidades de volver a acceder al cargo dada la nefasta popularidad de Noda y su grupo.


En la última encuesta publicada por el diario Asahi, el Gabinete del primer ministro recibió solo la aprobación del 18% de los consultados, mientras que en intención de voto el 29% se mostró dispuesto a votar por el PLD frente a un 12% que dijo que daría su voto al Partido Democrático (PD) de Noda.


Es por ello que muchos barones de la formación gobernante se han opuesto a su idea de disolver de forma inmediata el hemiciclo, y han abogado porque las elecciones se convocaran más tarde para intentar mejorar el apoyo popular a la formación.


Por otro lado, algunos analistas han considerado que Noda habría preferido adelantar las elecciones pese a la mala imagen del PD para evitar que pequeñas formaciones de corte populista y conservador recién creadas, como la del exgobernador de Tokio Shintaro Ishihara, captaran muchos adeptos.


En su poco más de un año en el poder Noda no ha logrado consolidar la alta tasa de popularidad con la que llegó al Gobierno, algo que también sucedió a sus predecesores del PD, que en tres años ha hecho desfilar a tres primeros ministros pese a su arrolladora victoria de 2009 que puso fin a medio siglo de dominio del PLD.


Aún así, el PD no lo ha tenido fácil ya que ha encarado el devastador terremoto y tsunami de 2011 o la decisión, muy impopular entre el votante nipón, de subir el IVA para afrontar los crecientes gastos en seguridad social del envejecido país y ordenar las cuentas del Estado, que tiene la mayor deuda pública del mundo desarrollado.


Noda llegó al poder en septiembre de 2011 tras dimitir Naoto Kan (duramente criticado por su gestión de la crisis de Fukushima) con intención de cerrar la situación en la planta atómica, impulsar la recuperación económica y sacar adelante la polémica ley de reforma fiscal, que incluía la mencionada subida impositiva.


Su obstinación por lograr la aprobación de esta norma fue lo que más dañó a partir del verano su popularidad y a su partido, que sobrevive con un precario dominio parlamentario desde que en julio sufriera la deserción de una cincuentena de legisladores contrarios a apoyar la codiciada reforma de Noda.


Después de que todas las centrales nucleares del archipiélago se hayan visto detenidas con motivo de lo sucedido en Fukushima, la decisión del primer ministro de reactivar en junio dos reactores en el centro de Japón ante la amenaza de apagones también erosionó su imagen y aumentó el rechazo popular a la energía nuclear en el país.


La falta de liderazgos sólidos ha propiciado que Yoshihiko Noda sea el sexto primer ministro que ha tenido desde 2006 la tercera economía del mundo, cuyos ciudadanos, tristemente acostumbrados ya a contar con ministros y jefes de Gobierno efímeros, decidirán el 16 de diciembre en las urnas si optan por un séptimo.