La compañía Pyrenair, la única que opera en el aeropuerto de Huesca-Pirineos, baraja la posibilidad de disolverse a mediados de septiembre, si no recibe un apoyo claro por parte de las administraciones que respaldaron inicialmente su actividad.

Así lo ha asegurado el presidente de la empresa, Hugo Puigdefábregas, quien ha lamentado la falta de implicación de las instituciones en el futuro de una compañía que ha centrado su actividad en el transporte de esquiadores de distintas procedencias a las estaciones invernales del Pirineo aragonés.

Puigdefábregas ha asegurado estar a la espera de un plan de negocio y de promoción del aeropuerto oscense que garantice el futuro de Pyrenair, aunque ha recordado que ha transcurrido medio año desde que las instituciones, encabezadas por el Gobierno aragonés, anunciaran la creación de un comité de rutas para ordenar y rentabilizar el espacio aéreo de la Comunidad.

A esta situación se suma los problemas económicos que se derivan de la ausencia de una línea de financiación continua y con garantías por parte de las administraciones, especialmente del Gobierno aragonés, que aún adeuda a la compañía el 30% de la subvención de 300.000 euros correspondiente a la anterior temporada invernal, según el presidente.

También ha expresado su malestar por la falta de iniciativas concretas para la promoción del aeropuerto, ya que la sociedad constituida para este fin, Prodesa, no llegó a desarrollar su actividad al advertir alguna de las instituciones asociadas que no podían centrarse exclusivamente en la promoción de dicha infraestructura.

La falta de respuesta a la situación de Pyrenair, que ya ha renunciado a operar desde el aeropuerto de Lérida- Alguaire, ha propiciado que ni la compañía ni las instalaciones aeroportuarias de Huesca-Pirineos figuren en los catálogos de vuelo de los touroperadores para este invierno.

Para recuperar su actividad, Pyrenair necesitaría alrededor de 400.000 euros, cantidad similar a la que destinó en la anterior temporada Aramón para fletar un avión semanal desde Gatwick (Londres) a Huesca.

Con esta subvención, desde la compañía se asegura que se podrían transportar alrededor de 12.000 esquiadores al Pirineo, mientras que Aramón sólo llegó a trasladar a unos 800 con la misma cantidad de dinero.

Puidefábregas ha admitido que la situación actual de la compañía es "mala", y ha expresado su preocupación ante el paso del tiempo "sin que nadie diga nada, y con el riesgo de que el aeropuerto quede muerto".

La decisión de disolver la compañía se adoptaría a mediados de septiembre si las instituciones no aportan soluciones a su futuro, lo que, en opinión de su presidente, supondría el cese de toda actividad en el aeropuerto de Huesca-Pirineos.

Ha recordado que aunque el Gobierno aragonés carece de competencias para cerrar las instalaciones aeroportuarias de Huesca al ser de titularidad estatal, sí que dispone de la posibilidad de "dotar de contenido" a las mismas en busca de rentabilidad.

"Hay que tener en cuenta -ha destacado a este respecto- que el aeropuerto de Huesca es de carácter receptivo, es decir que recibe muchos turistas en la mismas fechas y con el mismo destino, especialmente en invierno a las estaciones de esquí".

Según ha señalado, la potenciación de los viajes turísticos invernales permitiría en el futuro promocionar y desarrollar otras operaciones dirigidas a destinos de verano en el Pirineo.

Sin embargo, ha advertido, que la falta de promoción de las instalaciones oscenses ha propiciado que sean "muy desconocidas" en el exterior.

A su juicio, "la única empresa que ha hecho algo por el aeropuerto de Huesca-Pirineos es Pyrenair", y en muchas ocasiones sin ningún tipo de apoyos.