El salto de Ángel Royo al banquillo de la Sociedad Deportiva Huesca como principal responsable de la parcela técnica causó en un primer momento sorpresa. Una noticia que corrió veloz por toda la geografía altoaragonesa y que enseguida se aceptó como un acierto y una oportunidad para el propio técnico, nacido en Sariñena hace 44 años, y una entidad que no contaba con un entrenador oscense desde 1999 con Quique Llena. El gremio de técnicos de la provincia ha acogido el acceso de uno de sus colegas al fútbol profesional con alegría y la certeza de que la apuesta surtirá efecto.

Un grave lesión cerró pronto la carrera del Royo futbolista. El paso lógico para empezar dictaba una dedicación plena con las categorías inferiores del Club Deportivo Sariñena. La llegada del veterano Antonio Díaz supuso un primer momento clave en su trayectoria. Entonces trabajaba con los infantiles y Díaz le llamó para acompañarle en el primer equipo a la vez que compaginaba las dos dedicaciones. «Estuvimos los cuatro años juntos y dimos los pasos que van de una relación de entrenadores a una amistad personal. Nunca faltó a un entrenamiento, ni con los mayores ni con los pequeños», recordaba Díaz.

Este volvió sobre «su gran valía como profesional y persona y su increíble comportamiento, dedicación y, sobre todo, unas ganas infinitas por aprender. Se instruía y estudiaba, lo consultaba todo y esa es la semilla para llegar muy lejos». Trabajo y honradez, los dos valores sobre los que pivotó el Ángel Royo de los primeros años en el Sariñena, y virtudes que ha prolongado en el presente. Díaz no duda de que «Royo da la cara, sabe lo que quiere y llega a la meta que se propone». Con casi tres décadas de trayectoria a sus espaldas, Díaz celebraba que «ya era hora de que se confiara en alguien de casa. Las directivas pasadas se echaron en los brazos de entrenadores de Zaragoza como si estos hubiesen descubierto el fútbol. Es una pena por muchos técnicos de la provincia que están muy capacitados se queden en categorías inferiores».

La experiencia de Antonio Díaz le dicta que la clave del éxito radica en que «haya una buena comunión con el vestuario, que este le respete y apoye. Tiene capacidad para entrenar al Huesca y más», terminaba antes de bromear con que «su lesión es lo mejor que le pudo haber pasado». Los técnicos consultados coinciden al afirmar que la base del trabajo de la pasada campaña se notará para bien. Así lo cree Moisés Gutiérrez, también de Sariñena y que asimismo ha entrenado al conjunto local y a la cantera en distintas etapas. «Nos ha sorprendido a todos en general, es una apuesta atrevida por alguien que solo ha estado en Segunda como ayudante de Onésimo. Siempre hay un factor de riesgo, pero Ángel tiene unas virtudes para trabajar y están tan empapado de fútbol en todas sus categorías que está perfectamente capacitado».

Moisés considera que Royo, como él mismo afirmó en su presentación del pasado jueves, «está ante la oportunidad de su vida. Para los que estamos en Tercera División es toda una referencia, todos aspiramos a lo mismo. Que el Huesca, un club de aquí que lleva años haciendo las cosas muy bien, elija a Ángel Royo es muy motivante para todos». La suerte, necesaria en casi todos los ámbitos de la vida, y el bagaje de los últimos meses pueden suponer un punto de partido para el míster.

Moisés también lanzaba un mensaje reivindicativo acerca de la figura del entrenador oscense: «En Aragón es muy difícil dar el salto. Se apuesta por nombre de más peso, por gente de fuera, y es complicado que vuelva a surgir un caso como el de Víctor Fernández -otro que pasó por el Sariñena-. Royo va a tener un buen equipo de colaboradores. Desarrolló buena parte del trabajo táctico del año pasado y eso le servirá».

Un técnico que tampoco ha trabajado con él pero ha sido rival en varias ocasiones es Chemi Sobrevía, que ha logrado el ascenso a Tercera con el Robres y antes dirigió a Peñas Oscenses o Jacetano. Natural de Huesca, define a Royo como «un muy buen conocedor del fútbol regional. Siempre ha seguido mucho a los clubes y se ha mostrado comprometido desde el primer día al último». El preparador del Huesca puede servir como ejemplo de premio a la constancia, y Chemi reivindicaba que «aquí tenemos muy buenos entrenadores».