EN LAS LADERAS DEL TURBÓN

Los ganaderos de la alta Ribagorza creen que varios osos están acechando a sus rebaños

El último ataque, en Valle de Bardají, ha dejado dos ovejas muertas, una decena heridas y otras dos desaparecidas.

La presencia de uno, o incluso varios osos, en las laderas del Turbón parece más que evidente tras los recientes ataques al rebaño de un ganadero de Llert, en el municipio ribagorzano de Valle de Bardají. El incidente ha dejado dos ovejas muertas, otras tantas aún desaparecidas y diez más heridas, de las cuales al menos un par tienen escasas posibilidades de sobrevivir. Esta acometida y el hallazgo de numerosos rastros hacen temer a los pastores de la zona que se produzcan nuevos ataques por parte de uno o más plantígrados, ya que la opinión generalizada es que son varios los que pueblan estos montes actualmente.


Como hace habitualmente, Manuel Argente, de Casa Pllana de Llert, soltó sus ovejas el lunes en el paraje conocido como las Lleras de Llert, entre las cimas de Baciero y Cervín, convencido de que al día siguiente volverían a los establos. Por ello, se extrañó cuando los animales no aparecieron el martes, aunque pensó que podrían haberse dirigido a otros pastos.


«Estábamos a punto de salir a buscar el rebaño -señala- cuando el miércoles empezaron a bajar en tres grupos diferentes, algo muy raro, y con muchos animales tocados o cojeando». Al acercarse a las ovejas vieron que varias presentaban arañazos y lesiones, y un par sufrían unas heridas de extrema gravedad, como si las hubiera atacado un predador. Todo parece indicar que la embestida principal -se baraja la posibilidad de que pudiera haber habido alguno posterior- se produjo la noche del lunes. Además, faltaba una punta del rebaño, unos diez animales.


El mismo miércoles el ganadero salió a buscar las ovejas perdidas con escaso éxito, pero sí que se pudo constatar en las inmediaciones del monte Cervín unas huellas frescas, al parecer de oso. Así las cosas, con varios animales todavía desaparecidos y a pesar de la lluvia, ayer se montó una batida en la que participaron personal de Sodemasa llegado desde Ansó y desde la propia Ribagorza, el ganadero afectado y otro ganadero vecino y en la que se realizó un rastreo de la zona donde presumiblemente ocurrió la agresión. «Encontramos dos ovejas muertas, una de ellas semidevorada, pero aún anda desaparecido otro par de cabezas», comenta Argente.


El departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón confirmó el hallazgo, por parte del personal que tanto el jueves como ayer se desplazó al lugar, de varias huellas que podrían ser de un plantígrado, aunque no lo confirmó porque «estaban deterioradas por la lluvia». Estas fuentes añadieron que es el «primer ataque del que se tiene conocimiento este año».


Numerosas huellas en la zona


No obstante, hace unas semanas ya se detectó el rastro de estos animales en parajes cercanos al Valle de Bardají. Unos excursionistas encontraron el 8 de mayo unas huellas frescas en una zona de paso usada por senderistas y ganados. Y días atrás los rastros aparecieron en los montes cercanos a la vecina Gabás (Bisaurri) y Bonansa, donde los pastores comentan que pueden ser un par los ejemplares establecidos en la zona. Incluso se habla de la presencia de una hembra con dos oseznos y de otro macho.


Además, Luis Sancerni, ganadero de San Feliu de Veri, también en Bisaurri, relató que su madre halló a mediados de mayo huellas de oso a apenas un kilómetro de su casa. Avisaron a los técnicos y estos confirmaron su origen, tras lo cual se instalaron más cámaras de seguimiento en la zona.


Ante estas evidencias, desde Asaja ya solicitaron a la DGA que reforzara la vigilancia. Mientras, UAGA denunció el recorte de las ayudas al reducirse las zonas de presencia del oso, así como el retraso en el cobro de otras subvenciones para los ganados que pastan en los puertos en verano.