Fernando de Andrés: «El equipo se merece el ascenso»

Pocas personas pueden hablar con la experiencia, erudición y, ante todo, cariño que pone Fernando de Andrés en el Club Balonmano Huesca. Un gigante del balonmano español que asistió al nacimiento del club, al que ha estado vinculado sobre todo como entrenador del primer equipo y las categorías inferiores. Vive a caballo entre el Alto Aragón y Lérida por su trabajo, pero no suele faltar a los partidos del Palacio de los Deportes; no lo hará, claro, el sábado (20.15). Llega el Barcelona B y el Obearagón aspira a mantener una segunda plaza que le otorgaría el papel de organizador en la fase de ascenso a Asobal.

Huesca. Barcelona. Asobal. Tres palabras clave en su privilegiada carrera que invitan a contar con su parecer de lo que puede deparar el futuro próximo. De Andrés observa señales esperanzadoras en el conjunto de José Francisco Nolasco, con quien ha coincidido en numerosas ocasiones. «Suelo ir a los partidos de casa y me marcho antes del final en bastantes ocasiones, cuando está muy igualado. Me gusta tanto el balonmano que lo vivo como entrenador, jugador y aficionado y me pongo muy nervioso y lo analizo todo», comenta el zaragozano, de 62 años. Desde su asiento, que no es un púlpito porque es una persona muy cercana, ha visto «al equipo muy fuerte toda la temporada. Ha jugado bien a balonmano y pienso que se merece el ascenso. Se lo tiene que ganar él solo, sin ayuda de nadie más».

De Andrés las ha visto de todos los colores y aconseja «jugar los partidos con inteligencia». Una cualidad que ofrece el Obearagón y que ha de ser innegociable ante el filial blaugrana, que «con la cantera que se mueve no puede ser un mal equipo. Será un rival peligroso, no un paseo. Los estados de ánimo también son importantes en este tipo de citas». Un trabajo que aguarda a un Nolasco que «está demostrando que es un buen entrenador y hay que apoyarle. Hace un balonmano moderno, científico. No se dejan al azar las situaciones de juego, todo está muy pensando».

El posible salto a la élite ya aparecía cuando la entidad germinó en 1995, y ahora «están a punto de conseguirlo y hay que felicitarles por su labor». Un sueño al alcance en lo deportivo y, en opinión de De Andrés, lo económico. «Últimamente parece que hay más opciones de inversión de ciudades pequeñas en el balonmano que grandes. Mantenerse luego es muy difícil, aunque este deporte aún es sostenible», terminó.