SUPERVIVIENTE DEL ALUD DE CANDANCHÚ

"Vi caer unos bloques de nieve como casas y ya no me dio tiempo casi ni de respirar"

Uno de los dos alpinistas heridos en el trágico alud de Rioseta relata su dura experiencia

Juan Barrachina, en una foto de archivo de una ascensión.
¿Vi caer unos bloques de nieve como casas y ya no me dio tiempo casi ni de respirar¿
HERALDO

“Fue tan inesperado que no me dio tiempo casi ni de respirar”. Así recordaba ayer Juan Barrachina la trágica experiencia que vivió el viernes cuando un alud segó la vida de uno de sus dos compañeros de cordada, Julio César Ábalos Díez, de 36 años y vecino de Madrid, mientras escalaban el corredor del Pico del Águila, cerca de Candanchú.


Barrachina, vecino de Segorbe (Castellón) de 47 años de edad y un experto alpinista, se recupera en el Hospital San Jorge de Huesca de una luxación que sufrió en una pierna. Una lesión que le obligará a estar 21 días inmovilizado, aunque está intentando pedir el traslado a un centro sanitario de Valencia para estar cerca de sus familiares y amigos.


“Estoy físicamente bien, pero a nivel anímico estoy muy fastidiado”, reconoció este mecánico de coches de profesión en cuyo ‘palmarés’ alpinista están cimas de los Alpes, el Kilimanjaro, el Aconcagua o todos los ‘tresmiles’ del Pirineo. La otra montañera que resultó herida, María Paz G. R., de 33 años y vecina de Madrid, fue ingresada en el Miguel Servet de Zaragoza con pronóstico grave, aunque su vida no corre peligro.

Se habían conocido el viernes

Juan Barrachina lamentaba profundamente el fatal desenlace del viernes, que fue precisamente cuando conoció en persona a sus dos compañeros, “porque hasta entonces solo había hablado con ellos por teléfono”. Y es que fue un amigo común de Valencia quien les había puesto en contacto para que practicaran alpinismo este fin de semana en el Pirineo junto con otro grupo de montañeros que iba a llegar ayer sábado.


Una vez allí, explicó que los tres habían pensando en subir a Peña Telera aunque al final decidieron hacer el corredor del Pico del Águila, al que la víctima había subido ya en un par de ocasiones. “Queríamos hacer algo sencillo y reservarnos para algo más complicado el sábado, cuando llegara el otro grupo”, recordó.


Cuando estaban en plena ascensión, por detrás de otro grupo de cuatro montañeros que por suerte salieron ilesos, vio que de repente bajaban por encima de las rocas “unos bloques de nieve como casas de grandes y cada uno ventiló la avalancha como pudo”.


Barrachina cerraba la cordada mientras que Julio César Ábalos la abría y Mari Paz G. R. iba en el centro. “Por eso quizá a mí me dio más tiempo de reaccionar que a César. Me arrimé a un lado, clavé los piolets en la nieve, me agarré el casco y aguanté hasta que la fuerza de la avalancha me arrancó y me fui para abajo”, afirmó. Calcula que recorrió unos 300 metros. “Quizá estuve unos 30 segundos dentro del alud”, cree.

“Nadé como si fuera el mar”

Afortunadamente, no perdió el conocimiento y pudo aplicar “lo que había estudiando si te pilla un alud”. “Estuve nadando dentro de la nieve como si fueran las olas del mar y cuando ya vi que se estaba parando, di un impulso para salir a la superficie”, relató.


Pudo sacar los brazos y la cabeza y después de arrastrarse con la pierna lesionada, “saqué todo el cuerpo”. Su primera reacción fue llamar al 112 y al instante se interesó por sus compañeros. “Llamé a César pero no me contestó aunque Mari Paz sí. Me dijo que estaba prácticamente enterrada pero que tenía la cabeza fuera y que podía respirar bien así que luego ya estuve haciendo señales para que nos vieran”, señaló.


Al poco tiempo, fueron rescatados por diez especialistas de montaña de la Guardia Civil de Jaca y Panticosa, el helicóptero, un guía con su perro y trabajadores de la estación de Candanchú. “Creo que estuvo todo muy bien organizado y estoy muy contento de cómo se actuó”, aseguró.

“Nunca salgo si hay riesgo”

Juan Barrachina todavía no se explicaba ayer lo ocurrido y deja claro que habían tomado todas las precauciones. “Siempre que salgo a la montaña, lo último que hago es mirar la previsión meteorológica y para el viernes daban buen tiempo y el riesgo de aludes era de nivel 2 -en una escala de 5-, aunque ya se sabe que una avalancha puede caer de forma espontánea en cualquier momento”. En este sentido, hizo hincapié en que él nunca sale a escalar si el riesgo de aludes es de 3 o más y que de hecho no había ido al Pirineo hasta hace tres fines de semana porque el resto “habían dado mal tiempo y había alerta por aludes”.


Pese a que sus conocimientos le salvaron la vida, Juan Barrachina está convencido de que “no ha sido porque supiera más o menos sobre aludes, simplemente yo he tenido suerte porque a lo mejor en otra situación haces lo mismo y te quedas enterrado a tres metros y no te encuentran”.