"Me dijeron que me mataban y me arrodillaron. Tuve que escapar porque era vivir o morir"

Rubén Cáncer se recupera de las heridas de la bala que le atravesó las piernas en el atraco a su armería. La Policía sigue buscando a los dos asaltantes, que considera "extremadamente peligrosos".

El coche utilizado en el atraco, un Fiat Punto rojo, que fue robado antes  en Zaragoza tras secuestrar y abandonar maniatada a la conductora, fue localizado ayer junto a la rotonda de la  A-2214 que enlaza con la N-II (Zaragoza-Barcelona).
El coche utilizado en el atraco, un Fiat Punto rojo, que fue robado antes en Zaragoza tras secuestrar y abandonar maniatada a la conductora, fue localizado ayer junto a la rotonda de la A-2214 que enlaza con la N-II (Zaragoza-Barcelona).
Patricia Puértolas

"Que te mato, me dijo uno. Por un instante no te lo crees, pero me hicieron arrodillarme y me pisaron la espalda y la cabeza detrás del mostrador. Lo último que quería era plantarles cara o hacerles frente, les hubiera dado lo que hubiera hecho falta, pero como me estaban atando las manos, fue un momento de vida o de muerte. Tuve que huir". Rubén Cáncer Falceto relata así esos segundos en los que se vio muerto y tuvo que reaccionar, cuando entraron poco antes de las 20.00 del lunes dos atracadores con un cuchillo y un arma corta por la puerta de su armería, situada en la avenida de los Monegros, 20, de Huesca. No le pidieron ni dinero ni material, le amenazaron directamente.


Ahora, este joven de 34 años se recupera en el hospital San Jorge de Huesca de las heridas de la bala que le atravesó las dos piernas a la altura del fémur, como consecuencia del disparo que recibió por parte de uno de los asaltantes en su huida y en plena calle. Pero al mismo tiempo, no deja de pensar en los hechos y asegura que siente "impotencia y rabia. Creo que no nos merecemos esto en una ciudad tranquila. La impotencia lo resume todo y lo demás es cuestión de tiempo".


Mientras tanto, las fuerzas de seguridad mantienen un amplio dispositivo para detener a los autores, que se consideran por la Policía como "extremadamente peligrosos". Por ahora, han encontrado en Candasnos el vehículo utilizado en el atraco y robado en Zaragoza tras secuestrar a una joven en Miraflores y abandonarla maniatada en el polígono Prides de La Cartuja, junto a la A-68 sentido Castellón. El turismo, un Fiat Punto rojo, fue localizado ayer en un descampado situado junto a la rotonda de la carretera A-2214, a solo un kilómetro de Candasnos. La vía, que enlaza esta localidad con Ontiñena, da acceso a la variante de la N-II, entre Zaragoza y Barcelona, por donde pudieron continuar la huida que iniciaron el lunes.


La conductora a la que secuestraron se encuentra bien y, aunque fue trasladada al hospital Clínico y atendida por una crisis de ansiedad, no sufrió daños físicos. "Pienso en la chica porque para mí fue un minuto pero para ella toda una vida. Por eso, tengo sensación de impotencia. Confío en que los cogerán", señala Cáncer.


El herido volvió a relatar ayer los hechos y las características físicas de los asaltantes a la Policía. "No les miré a la cara en ningún momento, solo me fijaba en las armas y en sus movimientos para lograr zafarme", indica al tiempo que explica que esos detalles los reserva para la investigación. De hecho, no recuerda si cuando le dispararon aún llevaban la cabeza cubierta. La Policía busca a dos atracadores de nacionalidad española, que podrían haber salido recientemente de prisión. La víctima asegura que "no los conocía".


Rubén Cáncer se encontraba detrás del mostrador de la armería Guara y a punto de cerrarla cuando vio entrar a dos hombres que, de inmediato, se cubrieron la cabeza. Uno de ellos, que fue directamente hacia él, llevaba un cuchillo en la mano y, el segundo, que siguió los pasos de este, un arma. Entonces, le hicieron arrodillarse detrás del mostrador, le empezaron a atar las manos con el cordón de una zapatilla y le golpearon. Vio que el que llevaba el arma se había despistado por la tienda, consiguió zafarse del que portaba el cuchillo y salió corriendo a la calle. "Gritaba Policía, Policía, auxilio. Tampoco corría hacía ningún sitio, ni me di cuenta de que podrían haberme atropellado. Corría como pollo sin cabeza", recuerda.


En ese instante, sintió la necesidad de mirar hacia atrás para ver qué se llevaban porque "es una responsabilidad tener una armería, hay que hacer un informe e intentar que se lleven lo menos posible". Además, "tampoco era consciente de que el atracador viniera detrás", admite. "Corría, pero al darme la vuelta estaba de frente. Cuando vi que el disparo era inminente, me puse de perfil para esquivarlo. Se acercó y me disparó", detalla. Estima que estaría a unos dos metros y medio. "Si hay más casquillos supongo que me habrán disparado más veces, pero yo lo que realmente vi es que me dispararon una sola vez", señala. La bala le atravesó las dos piernas justo por debajo de los glúteos, con una herida limpia. No le ha afectado a ningún órgano vital ni a los huesos y tampoco hallaron restos de la munición en la intervención que le hicieron el lunes a medianoche. "Notas dolor, pero como estás tan cargado adrenalina... ", recuerda. Se echó la mano a la pierna pero sintió que la izquierda le fallaba y se cayó al suelo, ya que la bala le entró por esta y le salió por la derecha. Entonces, se levantó como pudo, logró refugiarse en la tienda de toldos SVP, situada casi enfrente, en el nº 23.


Ahora, solo piensa en recuperarse y en volver a la rutina, aunque aún permanecerá unos días hospitalizado para controlar curarle las heridas. Su familia hizo ayer las gestiones para abrir de nuevo la armería hoy o mañana tras contratar a una dependienta, según explicó su padre, Francisco Cáncer. "Tengo la armería porque es el trabajo más bonito del mundo y no hay que identificar a ese tipo de gente ni el uso de las armas con el que le damos nosotros. Un arma de caza puede ser noble y un simple cuchillo de cocina no", recalca. No obstante, "cuando haya pasado todo posiblemente sí que caerá una buena juerga, será una forma de agradecimiento a toda la gente que me está apoyando y de darle gracias a la vida".

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