gastronomía

El Bar Génesis de Zaragoza cuelga el cartel de jubilación en un mar de recuerdos

Esta marisquería de San José busca un relevo tras más de 40 años de trayectoria

Enrique Villena y Anabel Cuairán, cuando empezaron y en la actualidad, en el Bar Génesis.
Enrique Villena y Anabel Cuairán, cuando empezaron y en la actualidad, en el Bar Génesis.
E. V. | Montañés

Las hemerotecas cuentan que 1981 empezó con sequía, hasta que el 11 de febrero llegó la lluvia. Ese día de paraguas se levantó la persiana del bar Génesis, en el barrio de San José de Zaragoza, cuando la calle de Joaquín Sorolla estaba todavía sin asfaltar. Esa fecha está grabada en la memoria de Enrique Villena, que entonces tenía 26 años.

"Ya hacía una década que estaba en la hostería, porque empecé con 16. Trabajé en una tasca de la calle Mayor, después en el Hotel Alfonso I y en el Savoy", relata Villena, donde conoció a Anabel Cuairán, la chica de la pastelería que se convirtió en compañera de vida y barra. Pero este zaragozano sin pueblo tenía un sueño: abrir una marisquería. "Siempre me había gustado el marisco, aunque venía de una familia humilde", recuerda.

Ahora, más de cuatro décadas después de fundarlo, buscan un relevo, como anuncian en la puerta. Hasta el momento no ha llegado, pero no cesan en el intento y confían que sea pronto porque Enrique acusa problemas de movilidad.

En el local, con sabor a marisquería de los 80, cuelgan los carteles del océano de productos que ofrecen. Langosta, buey, centollo, nécoras, zamburiñas, cigalas, navajas, ancas de rana... "Los pulpitos son una de nuestras estrellas, porque los hacemos como toda la vida. También los garbanzos con bogavante –aconseja Villena–. Además, se buscan mucho los combinados variados". Él mismo acude a Mercazaragoza varios días por semana: "A las 4.00 estoy allí".

"Aquí ha venido todo el barrio y también vienen de propio del resto de Zaragoza"

El goteo de clientes es constante y Enrique les saluda a todos por su nombre: "Aquí ha venido todo el barrio y también vienen de propio del resto de Zaragoza".

Cuando Enrique y Anabel encuentren un relevo y salgan del bar, se llevarán consigo el cariño de estos más de 40 años y una buena bolsa de anécdotas, como el cliente que les invitó a una botella de champán en Navidad o el día que un acalde acabó comiendo buey de mar.

Apúntate a la newsletter de gastronomía de HERALDO y recibe en tu correo recetas para hacer en casa y las últimas noticias del sector.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión