CRISIS UNIÓN EUROPEA

El congreso del Partido Popular Europeo, escenario de la negociación previa a la cumbre europea

El primer ministro francés, François Fillon, fue el encargado de vender la propuesta que su país ha elaborado junto con Alemania al resto de los socios europeos.

El primer ministro francés, Fraçois Fillon
El congreso del Partido Popular Europeo, escenario de la negociación previa a la cumbre europea
JEAN-PAUL PELISSIER

El congreso del Partido Popular Europeo (PPE) se convirtió desde su inicio este miércoles en Marsella en escenario de la negociación previa a la decisiva cumbre europea que se celebrará a partir de este jueves por la tarde en Bruselas para tratar de sacar adelante la eurozona.


El primer ministro francés, François Fillon, fue el encargado de vender la propuesta que su país ha elaborado junto con Alemania al resto de los socios europeos y lo hizo afrontando las reticencias que sabe que suscita la imagen de un directorio franco-alemán.


Fillon pidió "superar esas reservas y aceptar ver en la movilización de Francia y Alemania una oportunidad de avanzar en interés de todos".


Y sobre todo, justificó el activismo de París y Berlín no únicamente por tratarse de las dos economías que por sí solas suponen la mitad del peso económico de la zona euro, sino porque son los únicos que han hecho aportaciones.


Fillon afirmó que la Unión Europea tiene colectivamente "un deber de éxito" que se traduzca en avances en el Consejo Europeo de esta semana para desmentir la acusación de impotencia que la debilita y amenaza con sacarla de la historia.


A su juicio "lo que necesitamos es una zona euro más integrada y una moneda única sólidamente asentada en una convergencia real de nuestras políticas económicas, fiscales y sociales", para lo cual es pertinente el dispositivo diseñado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y por la canciller alemana, Angela Merkel.


Estimó que el plan franco-alemán de reforma "es pragmático, eficaz", y por eso dijo esperar "que pueda recoger el asentimiento" de los 27 miembros de la UE, porque todos son necesarios para una serie de reformas.


Pero volvió a advertir de que si no es posible conseguir el consenso de toda la UE, en un mensaje sobre todo dirigido al Reino Unido, el nuevo marco de la eurozona se definirá únicamente entre los 17 Estados que la conforman.


El secretario general del Partido Popular Europeo (PPE), Antonio López Istúriz, se mostró en favor del documento del presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, para avanzar en la gobernanza económica de la UE, aunque se cuidó en insistir en que no es una propuesta diferente de la de Sarkozy y Merkel.


En cualquier caso, una de las claves que recogen Van Rompuy y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso es la posibilidad de que el Mecanismo de Estabilidad Financiera, que podría entrar en vigor el año que viene, inyecte liquidez en los bancos con problemas y reciba, por tanto, ayuda del Banco Central Europeo (BCE).


López Istúriz aseguró que el plan de los presidentes del Consejo y de la Comisión "gusta a la mayoría de los líderes europeos", incluidos la canciller alemana y el presidente francés, y defendió su apuesta por la "comunitarización" de la UE, con una revisión por la vía rápida del Tratado de Lisboa mediante decisiones unánimes del Consejo que no exigiría ratificación de los Estados miembros.


El secretario general del PPE también comentó que los populares europeos no renuncian a seguir discutiendo sobre la puesta en marcha de eurobonos, algo que se ha descartado en la propuesta de Merkel y Sarkozy por la oposición tajante de Berlín.


Pero el plato fuerte del congreso llegará mañana por la mañana, con una reunión de los líderes del PPE en la que estarán algunos de los principales protagonistas de la cumbre europea que comenzará horas después en Bruselas, y en particular Sarkozy, Merkel y Barroso.


Con todos ellos se entrevistará el líder de los populares españoles y futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que como ellos pronunciará un breve discurso muy esperado para conocer algo más de sus intenciones, más allá de su repetido compromiso de cumplir los objetivos de reducción del déficit.