Los microorganismos de los residuos procedentes de las granjas de cerdos pueden reaprovecharse no solo como fertilizantes, sino como elemento de degradación de materiales difíciles de reciclar, como los que conforman las palas de los aerogeneradores. Eso es lo que se ha encargado de investigar el proyecto Rebiowind, cuyos primeros resultados se publicarán en un par de meses.

Antonio Gargallo, director de proyectos de innovación del Clúster de la energía en Aragón (Clenar), recuerda que el proyecto empezó en mayo del pasado año con un periodo de ejecución de doce meses y está a punto de terminar. En Rebiowind (Reciclado biológico de materiales compuestos para sectores energéticos y aeronáutico), que cuenta con ayudas a las AEI (Agrupaciones Empresariales Innovadoras) del Ministerio de Industria participa un consorcio en el que están el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA), Clenar, el Clúster de Aeronáutica, Aeroespacial y Defensa de Aragón (Aera) y las empresas Ramadera Terraple ( de Lérida) y la aragonesa Altertec.

Con un presupuesto total de 96.636 euros, de los que se subvencionan 65.525 euros, lo que han visto los participantes en el proyecto a través del microscopio es que los microorganismos de los purines en contacto con el material de las palas (poliester y fibra de vidrio), a través de un proceso biológico se adaptan, se reproducen y hacen una simbiosis enzimática, es decir, cambian las composiciones químicas y mecánicas del material convirtiéndolo en reutilizable. «Hay que entender que muchos de los aerogeneradores primeros que se instalaron en Aragón tienen más de 20 años y como no les busquemos un reaprovechamiento al material de las palas, serán totalmente inservibles y hay miles de ellas», recuerda Gargallo. Por eso, han volcado tantos esfuerzos en este proyecto que tendrá continuidad, anticipa.

Los ensayos se han realizado en reactores cerrados en el propio ITA y también en el exterior, sometiendo a diferentes condiciones de presión temperatura y humedad el material de las palas. La finalidad: obtener un subproducto a partir del reciclado de las mismas y de otros materiales compuestos del sector aeronáutico. Este subproducto, destacan desde Clenar, «son las fibras de refuerzo de los materiales compuestos, que se obtienen con la menor reducción de longitud de las mismas», y para lograrlo, aclaran, «se utilizan procesos biológicos que son los que generan los microorganismos presentes en los purines». Se trata así de dar una nueva vida a los componentes de las palas de los aerogeneradores y, en definitiva, reducir el impacto medioambiental que se pueda producir.

El estudio y desarrollo de nuevos tipos de reciclaje es un objetivo en el que el grupo de Diseño y Desarrollo de Materiales del Instituto Tecnológico de Aragón trabaja desde hace tiempo, buscando ampliar la cantidad y tipos de materiales que pueden ser reciclados de forma eficiente.