Sector agrario

UPA tacha 2023 de “descorazonador” y augura este año una “incertidumbre bestial”

Según su balance agrario, solo el porcino y el sector hortofrutícola han salvado un ejercicio marcado por la crisis climática y los altos costes de producción.

La sequía ha sido el gran quebradero de cabeza para el sector agrario en 2023, especialmente para las producciones cerealistas.
La sequía ha sido el gran quebradero de cabeza para el sector agrario en 2023, especialmente para las producciones cerealistas.
Heraldo.

“Ha sido un año descorazonador, que ha dejado el ánimo de los agricultores y ganaderos en horas bajas”. Con esta contundente afirmación ha comenzado este martes la presentación del balance agrario de 2023 realizado por UPA Aragón el secretario general y el secretario de Organización, José Manuel Roche y Enrique Arcéiz respectivamente, la organización agraria, que han detallado sin paños calientes el cúmulo de dificultades a las que tuvo que hacer frente el sector primario durante el pasado ejercicio.

Porque en 2023 hubo de todo y casi nada bueno. En lo climatológico, han señalado los representantes de UPA, “ha sido el peor año de la historia desde que hay registros”, con una extrema sequía que ha afectado a la práctica totalidad de los cultivos dejando “graves pérdidas” especialmente en el cereal de invierno, donde se obtuvo una cosecha “desastrosa” con una merma de hasta un 60%; en los frutos secos, con caídas de hasta el 51% de la producción, y en viñedo, donde se obtuvo la “vendimia más corta de los últimos 20 años”.

Se frenó la escalada de precios e incluso hubo reducciones de hasta un 5% en los costes de producción, pero los elevados gastos que han supuesto la compra de fertilizantes, gasoil o energía convirtieron la campaña agrícola “en la más cara de la historia”. Y aunque los precios han mejorado respecto a años anteriores, “no han podido compensar el gran desembolso al que ha tenido que hacer frente el sector”, ha añadido Arcéiz. De hecho, han recordado ambos dirigentes, la cuenta de resultados de los agricultores “está en números rojos”, por lo que han tenido que echar mano “a las ayudas directas del Ministerio de Agricultura y a la negociación con las entidades financieras para acceder a créditos subvencionados con los que hacer frente a la siembra”, ha matizado Roche.

Aunque no ha cuantificado los datos económicos que arrojó el sector en 2023 “porque todavía no son oficiales”, los representantes de UPA han avanzado que la renta agraria “habrá aumentado un 2% en Aragón”. Se lo debe, un año más, al “potente” sector porcino, que, sin embargo, ha advertido Arcéiz, comienza a dar motivos para la preocupación, con un descenso de la producción que se prevé vaya a continuar en ejercicios posteriores.

El sector frutícola también ha contribuido a salvar los muebles, recuperando una producción media –la campaña anterior fue nefasta– y unos mejores precios.

Por si todo esto fuera poco, 2023 fue también el año de la entrada en vigor de una nueva PAC, “muy burocratizada y sometida a constantes controles” que ha supuesto, según han denunciado los representantes de UPA, un “enorme esfuerzo” para las entidades colaboradoras y ha penalizado a los agricultores profesionales con descensos de hasta un 5% de sus habituales ayudas directas.

No se presenta con mejores perspectivas el recién estrenado año, en el que UPA augura una “incertidumbre bestial” por la crisis climática y los conflictos geopolíticos (guerra de Ucrania, tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y crisis del mar Rojo). Por eso, los retos para este 2024 pasan, según la organización agraria, por ajustar la PAC par adaptarla a la realidad del campo aragonés, ampliar el apoyo público a los sectores más afectados y vulnerables y no derogar, como ha anunciado el Gobierno, la Ley de Agricultura Familiar, una norma pionera que garantiza el modelo profesional, “pilar fundamental del medio rural aragonés”.

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