Heraldo del Campo

entrevista

Salz Medina: "Me preocupa oír que la gente hace las cosas igual que hace 50 o 100 años"

Medina cambió el mundo de la moda por el del aceite para crear Salzysalz, con la que recientemente ha ganado el Premio Impulsa Liderazgo Femenino.

Medina es la responsable de Salzysalz, marca bajo la que comercializa aceite elaborado con las olivas que se cultivan en los campos de su familia.
Medina es la responsable de Salzysalz, marca bajo la que comercializa aceite elaborado con las olivas que se cultivan en los campos de su familia.

Salz Medina (Zaragoza, 1986) decidió cursar el Grado Superior de Diseño de Mobiliario y Producto tras concluir sus estudios de Bachillerato de Artes en Corella (Navarra). Posteriormente se trasladó a Barcelona para realizar estudios de escaparatismo y moda. Tras concluir esta formación, comenzó su carrera profesional como dependienta para, posteriormente, trabajar como directora de tiendas de moda de lujo de la talla de Stella McCartney o Dolce&Gabana. Tras un período de reflexión durante la pandemia, tomó la decisión de volver a su pueblo, Agón, para crear Salzysalz, hace un año. Bajo esta marca comercializa un aceite de la máxima calidad elaborado con las olivas que se cultivan en los campos de su familia.

¿Qué conocimientos de su trayectoria en el mundo de la moda de lujo ha podido aplicar en la creación de una marca como SalzySalz, en un sector tan diferente?

Aunque parece que son dos actividades que no tienen mucha conexión entre sí, esto no es cierto. De hecho, el grupo Louis Vuitton Moët Henessy es uno de los de los referentes mundiales que aglutina los dos sectores. De lo que me di cuenta es de que, en el sector del lujo, aspectos como la atención al cliente, la calidad, el marketing, la imagen… están a la orden del día, mientras que en un sector como la agroalimentación, por los motivos que sean, el producto que se vende no está acorde con la comunicación o el marketing que se desarrolla. Considero que un producto que se elabora en un pueblo pequeño ya es ‘gourmet’, precisamente por ello. Se trata de productos de calidad excelente, elaborados en empresas que, por ser pequeñas, tienen un trato mucho más personalizado con los clientes. Eso ya es una atención de lujo, y cuando hay que abordar la comunicación o el marketing no se tiene en cuenta esta perspectiva.

¿El sector agroalimentario comunica mal?

Creo que de forma inconsciente en el sector agroalimentario se tiende a asociar la marca con imágenes bucólicas: la rama de un árbol, el mantel de cuadritos… Si esto es una decisión consciente, perfecto; pero si quieres estar presente en un hotel de diseño en una ciudad como Nueva York, no va a encajar. Y hay que pensar a lo grande. ¿Por qué en los pueblos no se pueden hacer cosas así? Creo que hay cierto complejo.

¿Cómo ha gestionado el cambio de un sector joven, con mayor presencia femenina, como el de la moda, a una actividad muy masculinizada y envejecida?

Por un lado, el contraste ha sido muy grande, pero es cierto que en el sector agroalimentario cada vez hay más gente joven haciendo cosas novedosas y con las que hablamos el mismo idioma. La desconexión viene cuando hablas con gente que te dice que lleva 50 o 100 años haciendo lo mismo. Oír eso me parece preocupante. Ni vivimos ni se vende igual que hace medio siglo o un siglo. Ni como mujer ni como joven he sentido discriminación, pero creo que es por mi carácter. Lo que sí que he detectado es cierta hostilidad por venir del mundo del que venía. Si hubiera estado toda mi vida en el campo, cubierta de barro hasta las rodillas cada día, creo que esto hubiera sido diferente. En el mundo del que yo venía también hay mucho trabajo duro de gestión que no se ve. Es mucho más que vender vestidos caros. Por ejemplo, y esto es algo que he trasladado a mi empresa, el lujo es anticiparse a las necesidades de un cliente y resolver los problemas de manera efectiva para que la resolución de ese problema sea un recuerdo aún mejor que la propia compra. Esto en la agroalimentación no sucede habitualmente, por mucho que haya empresas que se definan como ‘premium’.

"En el mundo del que yo venía también hay mucho trabajo duro de gestión que no se ve. Es mucho más que vender vestidos caros"

SalzySalz ha recibido galardones que han reconocido tanto el producto como otros aspectos, como puede ser el diseño del envasado o empaquetado. ¿Es realmente tan importante el continente como el contenido?

Creo que lo que el consumidor tiende a pensar que lo importante es el producto y no la presentación y este pensamiento debería ser al revés. La presentación debe ser capaz de transmitir los valores del producto que contiene. Tienen que ir a la par. Si vendes un producto de calidad ‘premium’ no puede ir presentado de cualquier manera. Nadie espera que en el Hotel Ritz te pongan una cucharilla de plástico con el café, aunque pueda servir para removerlo igual que una de plata. En el sector de la agroalimentación debería suceder lo mismo. Además, esto abre dos canales de venta: el de aquellos que adquieren tu producto por el ‘packaging’, pero que no volverán a comprarlo si el contenido no es bueno; y el de aquellos que son entendidos en el producto, en mi caso el aceite, y que se guían por su calidad, pero no concibo una cosa sin la otra. No entiendo un producto de calidad mal presentado.

El último que ha recibido ha sido el Premio Impulsa Liderazgo Femenino 2023, que otorgan CEOE Aragón, CaixaBank y Directivas de Aragón. ¿Qué ha supuesto este galardón?

Los premios, cuando estás emprendiendo, además de dar visibilidad, te animan a seguir adelante. Para mí, que he tenido cargos de gestión de personas, lo más complicado es gestionarme a mí misma. Cuando gestionas personas, estás muy focalizada en ayudar a los demás y cumplir unos objetivos que marcan otros. Ponerse objetivos a uno mismo es mucho más complicado porque hay que creer constantemente en ti. Yo creía en la gente y la gente creía en mí. Pero ahora estoy yo sola en un sector muy competitivo y con mucha gente. Los premios, por otro lado, te aportan una credibilidad que contrarresta los posibles hándicaps que la gente pueda considerar que yo tengo

"Para el próximo año quiero sobre todo posicionar la nueva variedad de arbequina que hemos lanzado este año y que tenga la misma acogida que la empeltre"

¿Qué balance hace de 2023 y cómo encara 2024?

Creo que 2023 ha sido muy positivo porque he cumplido con mi objetivo de generar marca y obtener visibilidad. En cuanto a ventas, hemos cumplido, pero la producción ha sido muy pequeña. Para el próximo año quiero sobre todo posicionar la nueva variedad de arbequina que hemos lanzado este año, que tenga la misma acogida que la empeltre y que funcione el nuevo envase que hemos puesto en el mercado. Se trata de un formato ecosostenible, que conserva perfectamente las cualidades del aceite y que es innovador, porque en el sector del aceite no tengo constancia de que lo haya utilizado nadie.

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