Heraldo del Campo

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El aceite que surge del amor por la tierra y el respeto a la naturaleza

Lafi Biolivos comercializa, desde hace un par de años, el aceite Asiete Cinco Villas, que es fruto del amor por la agricultura ecológica de su responsable.

Ana Lafita es ingeniera agrícola y la responsable de este proyecto.
Ana Lafita es ingeniera agrícola y la responsable de este proyecto.
A. L.

Nunca la lengua de trapo de un niño bilingüe, que se maneja en francés y español, dio tanto juego. Y si no que se lo digan a los responsables de Asiete Cinco Villas, un aceite de oliva virgen extra ecológico, producido por Lafi Biolivos, y cuyo nombre es el resultado de no saber pronunciar correctamente la palabra aceite.

La historia hasta llegar a esta anécdota se remonta al año 2018, momento en el que Ana Lafita, natural de la localidad de Rivas y miembro de la tercera generación de agricultores de su familia, decidió incorporarse al campo ante la inminente jubilación de su padre.

Licenciada en Ingeniería Agrícola, Ana Lafita había trabajado con anterioridad en una empresa donde se encargaba de asesorar a los agricultores en aspectos relacionados con la agricultura ecológica. "Con esta trayectoria decidí emprender una nueva aventura laboral. Siempre me ha gustado el contacto con la tierra, lo he vivido desde niña, y en la carrera me marcaron mucho temas relacionados con la degradación del suelo, la pérdida de biodiversidad o los recursos hídricos. Además, cuando conocí a mi marido, pusimos en marcha un proyecto de huerto ecológico. Con estas premisas dije que volvía al campo, pero que quería apostar por el olivo en ecológico", explica.

Al principio, en su casa se sorprendieron porque siempre habían trabajado con cultivos extensivos, pero la animaron a hacer realidad su sueño. "Nunca me frenaron, todo lo contrario. Su impulso ha sido y es fundamental", afirma.

Al arrancar el proyecto, uno de los principales objetivos que se propuso fue dar al olivar el tiempo necesario para adaptarse a este territorio, apostando por dos variedades diferentes: arbequina (15 hectáreas) y royeta de asque (9).

Un arranque complicado

Plantaron los primeros olivos en 2018, en una primavera muy lluviosa, con unas condiciones no muy buenas, por lo que hubo árboles que no tomaron. Luego vino Filomena y varios años de sequía. "El arranque fue un poco difícil, pero es casi mejor, porque si te vienen los problemas desde el principio no te duermes en los laureles y te das cuenta de que la práctica no es tan sencilla como la teoría. La naturaleza es la que manda", indica Lafita.

A lo largo de estos años han visto como esa biodiversidad ha ido aumentando, pasando de una cubierta vegetal dominada por gramíneas a una variedad de flores de todo tipo. "Sabemos que vamos por el buen camino y que somos un oasis de biodiversidad en medio de la agricultura convencional", señala.

En 2020, llegó la primera cosecha, con casi 10.000 kilos, y tuvieron que buscar una almazara que trabajara en ecológico para que el producto no se contaminara. Y de ahí se pasó a la comercialización del aceite Asiete Cinco Villas, primero en su zona, y después en otros rincones de España y también de Francia, Holanda, Alemania o Bélgica.

"La gente nos demanda la creación de una web para hacer los encargos, pero vamos poco a poco. Primero nos hemos centrado en los mercados, como el Agroecológico de la plaza de San Francisco, o la colaboración con Huerto Natural, que ofrece la posibilidad de incluir el aceite en sus cestas. Este año hemos estado en Alemania, en BioFach, la feria europea con más repercusión de lo ecológico, y entablamos contacto con un alemán, que quiere poner en marcha un proyecto para vender productos ecológicos de Aragón en su país. El balance es muy positivo, porque estoy creciendo como persona a la vez que crece el proyecto. Me gusta aprender y los problemillas del día a día me motivan para seguir probando cosas para que esto salga adelante", indica.

Para ella, su mayor satisfacción es "estar recuperando el suelo, que estaba muy degradado. Y, aunque la producción va más lenta que en otro tipo de plantaciones, valoro mucho cómo respetamos el medioambiente y además, obtenemos un aceite de oliva de gran calidad que sorprende al paladar", concluye mientras se pregunta cuándo se sembró en ella la semilla de Lafi Biolivos.

La respuesta parece que la tiene clara: "Recuerdo a mi bisabuela María y su amor por las flores, y cómo disfrutaba cuando estaba con ella en el jardín, y a mi abuelo feliz, mojado y cubierto de tierra. Recuerdo a mi padre, de quien aprendo todos los días, y, por supuesto, a mi hermano, que me acompaña en esta aventura".

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