Alimentación

El mundo de la cerveza se renueva desde El Grado

En 2020 surgió la marca de cerveza artesana aragonesa Pyrene Craft Beer, que puede presumir de elaborar una media de tres referencias diferentes al mes.

Adrián Revilla, en el obrador donde elaboran sus diferentes referencias de cerveza artesana.
Adrián Revilla, en el obrador donde elaboran sus diferentes referencias de cerveza artesana.
M. L.

Aunque son muchas las teorías sobre el origen de la cerveza artesanal, la mayoría coinciden a la hora de afirmar que tiene su ascendencia a finales de la década de los 70 en el Reino Unido. Desde entonces y hasta la actualidad, han sido muchos los emprendedores que han decidido convertir su pasión por este mundo en su profesión. Y así ocurre en el caso de Marina Montserrat y Adrián Revilla, dos apasionados de la cultura cervecera que, tras experimentar como nómadas, decidieron dar el salto y montar su propia fábrica en el municipio oscense de El Grado.

Eso fue en el año 2020 y en estos cuatro años, su marca, Pyrene Craft Beer, se ha convertido en todo un referente entre los fieles de la cerveza artesana, gracias a su producción, que ronda los 54.000 litros al año. "Empezamos como nómadas, elaborando nuestras marcas en fábricas de otros productores, pero al ver que la evolución era muy buena, decidimos embarcarnos en la aventura de poner en marcha nuestro propio obrador en el pueblo de la familia de Adrián. Y aquí seguimos, sin parar, y evolucionando día a día, hasta el punto de que llegamos a producir entre cuatro y cinco referencias diferentes al mes", explica.

Esta apuesta por tantas variedades distintas es uno de los pilares que diferencia a Pyrene Craft Beer de otras referencias cerveceras. "El mundo de la cerveza artesana es muy cambiante, porque el consumidor quiere probar diferentes tipos y van variando. Nosotros intentamos adaptarnos a sus gustos, de ahí que vayamos modificando mucho las recetas. No obstante, si vemos que una cerveza triunfa y gusta mucho, la volvemos a hacer, pero son casos muy excepcionales", recuerda Marina Montserrat, quien cuenta con un máster universitario de elaboración de cerveza artesana, que realizó en Alicante.

Un estilo rompedor

Además de por su variedad, Pyrene Craft Beer también destaca por su estilo, alejado de las típicas botellas y encaminado hacia otro tipo de envase, más adaptado al público al que la marca quiere dirigirse. "La mayor parte de nuestra producción la vendemos en grandes capitales, a través de intermediarios que se encargan de la comercialización. Es el caso, por ejemplo, de ciudades como Barcelona, Madrid o Zaragoza y otros puntos del globo terráqueo, como Suiza o Francia. En nuestra zona también vendemos, pero el consumo de cerveza artesana es mucho menor y tienden hacia un producto más clásico», matiza Marina Montserrat, quien asegura que «el reto que nos hemos marcado de cara a un futuro inmediato pasa por atraer a otro tipo de público. Queremos que la gente conozca nuestras lupuladas Hazy y Neipas, sin olvidarnos de clásicas Stouts inglesas, y que disfrute con ellas".

Una cata de cerveza.
Una cata de cerveza.
M. L.

Para lograrlo, esta pareja de emprendedores, procedente de Cataluña y que vino a asentarse a El Grado, sigue formándose en el complicado mundo de la producción de cerveza artesana, con el fin de situar a este rincón de la provincia de Huesca entre las grandes referencias de este producto, cada vez más valorado entre los consumidores que quieren algo original y diferente.

Y una buena manera de hacerlo es también a través de su página web, donde comercializan la producción que no venden de forma directa a través de distribuidores o en ferias especializadas de cerveza artesana de toda España, donde cuentan con un público muy fiel a sus recetas.

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