innovación
Vinos tradicionales con la última tecnología
Bodegas Langa ha incorporado una de las tecnologías más avanzadas en la recogida y gestión de datos, una solución de agricultura inteligente creada por Libelium.
Bodegas Langa lleva cerca de siglo y medio produciendo vinos en la zona de Calatayud. Además de poseer una de las principales bodegas de la zona, la familia Langa fundó en 1989 la Denominación de Origen Protegida Calatayud. Los hermanos Juan y César Langa, quienes actualmente llevan las riendas de esta bodega, han sabido continuar con la tradición a la hora de elaborar sus productos, eso sí, sin dejar de incorporar los últimos avances tecnológicos con el fin de optimizar y mejorar su explotación.
Con este objetivo, desde hace aproximadamente un mes, Bodegas Langa cuenta con una solución de inteligencia artificial desarrollada por Libelium. Se trata de una red de sensores y una estación de recogida de datos que mide los parámetros más importantes para el cultivo de la vid, como pueden ser la humedad del suelo a dos metros y a 30 centímetros, la humedad de la hoja y del aire, la temperatura del aire, la presión atmosférica, la dirección y velocidad del viento o el caudal de lluvia.
"Recientemente, una de nuestras inquietudes era la obtención y gestión de datos objetivos en el campo, que ya no pueden basarse en meros análisis visuales o en el histórico de información anterior o en el conocimiento de la zona por parte de nuestros trabajadores. En muchos casos nos preguntábamos si las decisiones que adoptábamos estaban bien tomadas. Necesitábamos tomar decisiones en base a datos objetivos que nos aporten una visión real de cuál es el estado de las cosas en un momento determinado", apunta César Langa, director técnico de Bodegas Langa.
Los datos obtenidos se envían vía 4G a una plataforma denominada farmB, un sistema de gestión agrícola que aúna toda la información en una única plataforma generada por la propia empresa. "Se trata de un sistema muy sencillo de manejar porque la aplicación es muy intuitiva", apunta César Langa. Y es que mantener el nivel óptimo de humedad en hojas y suelo garantiza que las vides puedan absorber correctamente los nutrientes, algo que, además, optimiza los insumos y, por lo tanto, mejora la rentabilidad de la bodega. Además, monitorizar la humedad tanto del suelo como del aire y de la hoja es fundamental para la prevención de enfermedades fúngicas en el viñedo.
Además de la optimización del uso de recursos como el agua, algo que se hace imprescindible en una época como la actual, la monitorización en tiempo real de las condiciones ambientales contribuye a la prevención de cualquier tipo de problema en las vides, algo que es esencial en una denominación de origen, donde la calidad y el sabor diferencial del vino son fundamentales para tener éxito en los mercados.
Asimismo, la solución desarrollada por Libelium permite automatizar procesos y tareas como el riego o la fertilización. Esto reduce la necesidad de intervenciones manuales y de mano de obra, lo que se traduce en una reducción de costes para los productores. Por otro lado, la recopilación de datos precisos permite tomar decisiones de manera específica para cada parcela, lo cual incrementa la eficiencia y productividad de los viñedos. Aunque, como dice César Langa, el viticultor "siempre va a tener que pisar el campo por lealtad a la naturaleza, a su producto y a la tradición, la agricultura conectada facilita la vida al profesional y le permite tener un conocimiento más profundo de su entorno".
"Mi abuelo solía decir que las uvas con las que trabajaba él eran mejores que las que trabajamos nosotros. Y era verdad», dice Langa, y añade: «Nos planteamos conseguir la misma calidad de las uvas de nuestro abuelo con la tecnología del futuro. Trabajamos una viticultura ordenada, sostenible y racional en la que prime más el sentido común que la cantidad y que la planta lleve sus propios ritmos más que los ritmos que les queramos imponer", apunta el viticultor.
