¿Es el dato el oro del siglo XXI, como se dice últimamente?

Lo que es el oro del siglo XXI no es tanto el dato, sino la capacidad de utilizar la tecnología para servir a las personas. El dato es el instrumento que las empresas y las instituciones públicas utilizan para dar ese servicio de última generación a las personas. Por lo tanto, lo importante son las personas que están detrás de esos datos y los nuevos servicios que las nuevas tecnologías permiten dar a las personas. El ejemplo más claro de esto es la explosión del fenómeno de la inteligencia artificial, que se basa en precisamente en el procesamiento masivo de datos.

¿Hasta qué punto nos está cambiando la vida la inteligencia artificial?

Es un salto tecnológico enorme. Va a cambiar el mundo como en su día lo hicieron la irrupción de la electricidad o los medios de transporte. Será equivalente a la revolución industrial, transformativa de la sociedad. Ya ha empezado la carrera, la competencia por parte de las firmas tecnológicas donde se está viendo claro que en pocos años las máquinas van a ser el primer nivel de atención al público, es decir, no van a ser personas. Eso se aplica a infinidad de trabajos, para las cosas más básicas no hacen falta personas, las máquinas pueden hacerlo igual de bien.

¿Cómo actúa y qué utilidad tiene el Servicio Europeo de Protección de Datos?

El Supervisor Europeo de Protección de Datos es una de las instituciones de la UE que nace hace aproximadamente 20 años, cuando las instituciones europeas empiezan a tomarse en serio el tema de la tecnología desde un doble punto de vista. Primero, como parte de la agenda en la lucha contra el terrorismo, porque acuérdese que empezamos el siglo con el atentado de las Torres Gemelas, el de Madrid, y todo esto exige una respuesta europea de control de fronteras, de cooperación judicial, antiterrorista. Y segundo, cuando la Comisión Europea se da cuenta de que la agenda digital es fundamental para la competitividad de nuestro tejido empresarial. De ahí surge este Supervisor Europeo de Protección de Datos, que está a punto de dar el salto a la regulación de la inteligencia artificial.

¿Cómo se coordina el Servicio con los países miembros?

Con mucho trabajo y con mucha dificultad, porque en la Unión Europea todo se hace sobre la base de la discusión, la democracia, el consenso. Hay una serie de materias que se consideran de competencia europea y otras materias son de competencia nacional. La protección de datos es de competencia compartida. La legislación sale de Bruselas, pero la supervisión del cumplimiento del reglamento correspondiente sigue estando todavía en manos de autoridades nacionales, como la Agencia Española de Protección de Datos. Nuestro trabajo en Bruselas es impulsar toda esta normativa a nivel europeo para que no haya diferencias entre los países y al mismo tiempo coordinar que todas estas autoridades de control hablen todas el mismo idioma.

¿Cuándo tendremos una legislación común?

Ya existe una legislación común, que es este reglamento general de protección de datos (RGPD). Ahora pensamos que vamos a tener el reglamento sobre inteligencia artificial aprobado políticamente para finales de año y posiblemente entrará en vigor en dos o tres años para darle tiempo a las empresas a adaptarse a a la nueva regulación.

¿De qué tenemos que protegernos más?

De la avaricia y de la falta de ética por parte de determinados actores. Lo hemos visto en las distintas crisis que hemos ido viviendo los últimos años. Cuando ha fallado la supervisión, cuando ha fallado la regulación o la ética es cuando empezamos a tener serios problemas. Eso es lo que pasó con el caso de las ‘subprime’ en Estados Unidos, cuando empezaron a permitirse que valores tóxicos se introdujeran en el mercado financiero sin control. Lo mismo puede pasar ahora con la inteligencia artificial. Si se va con demasiada prisa, pensando solamente en el beneficio empresarial, de manera descoordinada, vamos a acabar teniendo problemas.

¿Preocupa al Servicio Europeo de Protección de Datos las redes sociales?

Sí, porque las redes sociales no han todavía interiorizado debidamente el nivel de responsabilidad que tienen. A mayor poder, mayor responsabilidad.

¿Hay que tener una legislación más restrictiva del uso de las redes sociales?

Es una legislación que corresponsabiliza a las grandes plataformas para que el mundo digital sea más seguro, más limpio, más sostenible, y eso ahora ya en Europa se llama la ley de servicios digitales, que está ahora en momento de apogeo y se está identificando quiénes son los que la ley llama ‘gatekeepers’, que son los grandes, a los que se les está diciendo si están controlando bien, filtrando los contenidos.

Los administradores de las plataformas.

Claro. La protección de datos es una cosa muy importante pero hay muchas más cosas. Internet hasta hace poco ha sido como el salvaje Oeste, ahí iban los pistoleros, el primero que llegaba tenía el pistolón más grande. Pero ahora está llegando el ‘sheriff’ y está poniendo orden, está diciendo: ‘así, no’. Viene el ferrocarril, que es la inteligencia artificial, y tenemos que empezar a organizarnos mejor, porque si no el ferrocarril no viene a esta ciudad de bandidos. Ese símil puede ser válido.