La UE busca unas reglas de control de la deuda más "realistas"

Entre los Veintisiete hay consenso en que las reglas deben asegurar la reducción de la deuda pública.

European Economic and Financial Affairs Ministers informal meeting in Prague
European Economic and Financial Affairs Ministers informal meeting in Prague
MARTIN DIVISEK

Los Gobiernos de la Unión Europea quieren que las futuras normas de disciplina fiscal europeas garanticen la reducción de la deuda pública de forma mas realista, tengan en cuenta la necesidad de invertir en la transición ecológica y la defensa comunitaria y sean mas sencillas de aplicar.

Es el punto de partida general marcado por los ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete en vísperas de que la Comisión Europea presente en las próximas semanas unas primeras 'orientaciones' sobre la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que este año cumplen tres décadas y tradicionalmente son vistas con ojos muy distintos desde cada capital.

"Hay diferentes puntos de vista entre diferentes Estados miembros, pero lo que nos unió en esta discusión es que las reglas tienen que ser claras, aplicables y, cuanto menos, realistas. Cualquier cambio que hagamos, tenemos que encontrar lo que sea realista", dijo el ministro de Finanzas checo, Zbynek Stanjura, cuyo país preside este semestre la UE, en una rueda de prensa tras la segunda jornada de un consejo informal centrado en la gobernanza económica.

Entre los Veintisiete hay consenso en que las reglas deben asegurar la reducción de la deuda pública -que ha escalado a cerca del 100 % del PIB de media por la pandemia-, "sobre todo donde sea elevada y también en tiempos económicos buenos", explicó el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, tras tomar el pulso a los ministros.

También en que debe prestarse atención a la composición y calidad de las finanzas públicas, dadas las grandes necesidades de inversiones para las transiciones verde y digital y nuestra seguridad colectiva", así como en que debe reducirse su complejidad y mejorarse el cumplimiento.

"Parece haber amplia convergencia sobre estas prioridades, así que confiamos en poder avanzar sobre la base de las orientaciones que la Comisión publicará mas adelante este otoño", dijo Dombrovskis.

Será entonces, al conocer los detalles, cuando afloren las divergencias entre aquellos países partidarios de que la prioridad absoluta sea el control de las finanzas y los que reclaman mas flexibilidad, sobre todo vistas las necesidades de inversión en las próximas décadas.

"Nuestro primer objetivo sigue siendo asegurar la sostenibilidad de la deuda pública. Esto requerirá ajuste fiscal, reformas e inversiones. Estos tres elementos deberían combinarse para lograr una reducción realista, gradual y sostenida de los ratios de deuda pública", dijo Dombrovskis, quien dio un esbozo de las líneas maestras de la próxima propuesta de Bruselas.

La Comisión cree que, dadas las divergencias en los ratios de deuda, no puede haber una solución única para todos, por lo que podría darse mas margen a los Estados miembros para que diseñen sus sendas fiscales, pero este debe ir acompañado de un control mas estricto en caso de incumplir.

El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, sugirió esta semana que los países podrían elaborar planes multianuales y recibir más flexibilidad si se comprometen a hacer reformas o inversiones, bebiendo de la experiencia que ha dejado la negociación de los planes de recuperación del fondo Next Generation.

Para simplificar las reglas, Bruselas apuesta por tener un único indicador basado en el gasto público, en línea con las recomendaciones de otros organismos.

Las normas actuales obligan a los Gobiernos a mantener la deuda pública por debajo del 60 % del PIB y un déficit inferior al 3 % y exigen realizar ajustes si no cumplen, lo que durante la crisis financiera se tradujo en duras políticas de austeridad y llevó a la Comisión a aplicar las normas con mas flexibilidad, por lo que nunca se ha llegado a imponer sanciones.

Los países habían acordado en 2019 revisar las normas, consideradas demasiado complejas, pero la pandemia obligó a posponerlas. Bruselas congeló las reglas para liberar a los países del corsé presupuestario en su lucha contra la covid-19 y la guerra en Ucrania ha llevado a prolongar la suspensión hasta finales de 2023.

Bruselas relanzó hace un año la reforma, que ahora gana velocidad, con el objetivo de que cuando vuelvan a aplicarse las reglas haya al menos un consenso sobre las mismas. El temor de muchos países es que, de introducirlas tal cual están, muchos Gobiernos se enfrentan a un expediente por superar con creces el umbral de deuda.

"La deuda no puede exceder el 60 % del PIB pero la media en la eurozona es el 95 %. Es muy difícil explicar a los ciudadanos la razón de estas reglas", insistió el ministro checo. 

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