El Rincón de Alobras: bar, apartamentos y tienda en un pueblo de 60 habitantes

Un matrimonio de Chiva (Valencia) a punto de jubilarse y su sobrino cogieron el negocio hace un año y medio, recuperando un servicio que no había en la localidad.

Alobras es un pueblo de 60 habitantes de la comarca de Teruel
Alobras es un pueblo de 60 habitantes de la comarca de Teruel
Heraldo.es

Dulce y Rodrigo siempre habían tenido un bar en Chiva (Valencia), su localidad de origen, y hace un año y medio, en octubre de 2020, se embarcaron en una nueva aventura de la mano de su sobrino Rubén. 

El matrimonio está en una edad que ronda la jubilación y éste les propuso coger un negocio similar en un pueblo de Teruel de 60 habitantes. La pareja aceptó y desde entonces viven en Alobras, un municipio a 40 kilómetros de la capital turolense donde, en invierno, hay 15 vecinos.

Ninguno de los tres tenía relación con el pueblo pero a través de un conocido se enteraron de que el Ayuntamiento sacaba a subasta la explotación de unos apartamentos, con bar y una pequeña tienda. Así es como este matrimonio de Chiva y su sobrino, que va los fines de semana, acabaron subiendo la persiana de El Rincón de Alobras. Lo hicieron en plena pandemia, cuando parecía que lo peor ya había pasado. “Abrimos para el puente del Pilar de 2020 y justo después todo se torció”, recuerda Rubén. Y es que la covid no ha hecho más que empeorar la situación en pueblos como Alobras, donde la clientela habitual son cuatro personas que van a tomar un café. “El año pasado decidimos cerrar los meses de enero y febrero. No se podía salir de las comunidades y además cayó más de un metro y medio de nieve en el pueblo por lo que nadie salía de casa”, recuerda Rubén.

Este año, la situación en estas fechas no ha mejorado demasiado y, aunque no han llegado a cerrar, en todo el mes de enero no se alojó nadie en los apartamentos. Lo más habitual es recibir huéspedes de Cataluña, Comunidad Valenciana y, en mucha menor medida, de Aragón. Son tanto parejas como familias que buscan unos días de tranquilidad y de actividades en la naturaleza. Cerca de Alobras están los estrechos del Ebrón o la Cruz de los Tres Reinos, así como toda la sierra de Albarracín. Una clientela que parece que se va animando conforme llega la primavera. De hecho, en el Rincón de Alobras ya tienen casi todo reservado para Semana Santa.

Dulce y Rodrigo son un matrimonio de Chiva (Valencia).
Dulce y Rodrigo son un matrimonio de Chiva (Valencia).
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El edificio consta de cuatro apartamentos con dos habitaciones dobles cada uno y un sofá cama de dos metros, así como baño y cocina-comedor. Los dos de la planta calle disponen, además, de una terraza de 40 metros y los de arriba tienen un balcón de menor tamaño. A esta capacidad se van a sumar próximamente otros dos apartamentos que el propio Rubén, que es albañil de profesión, está construyendo.

“Hemos llegado a pensar en cerrar”

El contrato con el Ayuntamiento para prestar este servicio en Alobras lo tienen hasta dentro de cinco años renovables. Cuando Rubén y sus tíos se embarcaron en este proyecto, tuvieron que comprar muebles, vajilla para el bar, cortinas, televisores… Los comienzos han sido un poco turbulentos y reconocen que alguna vez han llegado a pensar en cerrar. Pero, alentada por las épocas de más afluencia, esta familia de Chiva sigue al pie del cañón. “Los fines de semana ya se nota que viene mucha gente de Teruel y en verano casi no conoces a nadie”, asegura Rubén.

En el bar también tienen clientes de los pueblos de alrededor que acuden a Alobras al olor de la auténtica paella valenciana que preparan tanto para comer allí como para recoger. También hacen pierna de cordero al horno o casi cualquier otro encargo que les pidan. “Mis padres tenían bar cuando yo era un niño y he estado siempre vinculado a la hostelería. He trabajado en ella y la cocina me gusta”, confiesa Rubén, que es quien cocina unas paellas que, a la vista está, tienen éxito. “En el entorno hablan muy bien de nuestra comida e incluso nos llaman para felicitarnos”.

Durante el invierno, el bar está abierto de miércoles a domingo y el día a día entre semana es “bastante flojo”. Dulce y Rodrigo suelen pasar en Chiva los días de descanso y, en temporada baja, Rubén solo va por Alobras los fines de semana. “Tengo mi trabajo de albañilería y, además, cambio de aires”, dice. Para sus tíos, haberse mudado al medio rural no ha supuesto tanto cambio pero él sí que necesita algo más de movimiento. En el pueblo viven en un piso también alquilado al Ayuntamiento que, tanto para el negocio como para la vivienda, facilitan las condiciones. “Si no, esto no se podría mantener”, asegura Rubén. En los meses estivales, el establecimiento tiene mucha más clientela, tanto de turistas como de antiguos vecinos del pueblo que emigraron a grandes ciudades pero que todavía mantienen su casa en Alobras y veranean allí. En esas épocas de alta demanda, el bar abre todos los días.

De forma residual, El Rincón de Alobras también ofrece, en verano, un pequeño servicio de tienda. “En invierno no funciona porque la gente que viene ya trae la compra hecha de Teruel. En verano, sí que se puede comprar leche, arroz, papel higiénico, productos de  limpieza, pasta de dientes… Nada fresco, ni carnes ni fiambres”, puntualiza.

Quienes busquen un lugar tranquilo desde el que moverse para hacer rutas en bici, senderismo y otras actividades en la naturaleza en Alobras tienen un rincón de paz. Las reservas de los apartamentos se pueden hacer online y el precio es de 35 euros por persona y noche. En puentes y fechas señaladas, como Semana Santa, es obligatorio alquilar el apartamento completo aunque no sea un grupo de cuatro. Aunque la cocina está totalmente equipada, en el bar de Dulce, Rodrigo y su sobrino Rubén siempre se podrá encontrar un plato caliente. 

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