La D.O. Calatayud encara la difusión de sus vinos "con un trabajo de infantería"

Su máximo responsable, Miguel Arenas comienza a trabajar reactivando la labor del consejo regulador, ralentizada por las dificultades para encontrar un nuevo presidente.

Miguel Arenas, nuevo presidente de la D. O. Calatayud
Miguel Arenas, nuevo presidente de la D. O. Calatayud
D. O. Calatayud

Un día después de desembarcar en la presidencia de la D. O. Calatayud, Miguel Arenas ya se ha puesto manos a la obra. Quiere volver a dar velocidad a aquellos proyectos que quedaron ralentizados después de que tras las elecciones del pasado verano, el consejo regulador eligiera a sus nuevos vocales, pero no encontrara un candidato que encajara en el perfil que exigían al nuevo presidente. Una “situación extraña que no es habitual”, como la definió este miércoles el nuevo líder de la denominación más joven de Aragón, que obligó a la consejería de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón a nombrar una junta rectora, una situación de interinidad que terminó este martes con el nombramiento de Arenas.

“Me lo propusieron, fue una sorpresa tremenda porque nunca me había imaginado ocupar un cargo de estas características, lo medite, tuve en cuenta el apoyo y la colaboración que me brindaba la denominación y las bodegas y dije que si”, explica el nuevo presidente, que, aunque no es viticultor ni bodeguero, trabaja desde hace tiempo con la D. O. “Conozco a las bodegas, las cualidades, problemas y particularidades de la denominación, sus características y su potencial. Por eso acepte”, insiste.

"Entre los mejores del mundo"

Y por eso quiere comenzar cuanto antes a poner en marcha sus ideas. “Ahora queremos reactivar el trabajo del consejo regulador”, señala Arenas, que reconoce que ha estado durante estos meses “no paralizado, pero si muy ralentizado”. Incluso algunas de sus acciones de promoción, señala, no pudieron llevarse a cabo ante la ausencia de un máximo responsable. Un trabajo que, como explica el presidente, tiene como objetivo final “posicionar a los vinos de Calatayud entre los mejores del mundo”.

Arenas recuerda que la mayoría de las bodegas de esta denominación tiene una clara vocación internacional. Tanto que las hay que destinan más del 80% a la exportación, con una importante presencia en Europa, pero sobre todo en Estados Unidos “y cada vez más en mercados asiáticos”. Por eso, entre sus proyectos destaca una mayor difusión de sus caldos en el mercado nacional, “comenzando por lo más cercano, nuestra propia comarca y nuestra Comunidad, para ir avanzando por todo el territorio nacional”. Arenas asegura que lo harán “realizando un trabajo de infantería, paso a poco, poco a poco, con los pies en la tierra”. Sin descuidar eso sí, el trabajo ya realizado en los mercados exteriores.

El nuevo presidente llega al consejo regulador recién terminada una vendimia, muy mermada por los caprichos del clima. Una helada tardía el pasado 27 de abril que provocó importantes afecciones y un verano atípico, sin una gota de lluvia y con elevadísimas temperaturas han dejado una producción de 11 millones de kilos de uva en la D. O. Catalayud, un 20% menos que la pasada campaña. Sin embargo, “ese extremo calor ha añadido al grano unas peculiaridades especiales, una gran calidad y una elevada sanidad”, señala Arenas, que asegura que “los enólogos están encantados con los colores y aromas que están encontrando”.

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