El PIB aragonés creció el pasado año un 2,7% y redujo su tasa de paro a un porcentaje cercano al 13%, con lo que la Comunidad se mantuvo como la quinta en términos de renta por habitante y en lo que a niveles de desempleo se refiere. Pero los datos, con ser positivos, dejan un sensación agridulce, porque el avance aragonés fue inferior al del conjunto del país, cuya economía se incrementó en un 3,2%. Así se recoge en el informe económico realizado por la Fundación Basilio Paraíso de la Cámara de Comercio de Zaragoza e Ibercaja, presentado este viernes en Zaragoza por José Miguel Sánchez, director general de la institución cameral, y Marcos Sanso, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza.

“Vemos problemas”, señaló Sánchez, porque la industria, hasta ahora el motor de la economía aragonesa y con la que la Comunidad ha mantenido un diferencial con la media española de hasta cinco puntos porcentuales, está perdiendo fuelle “y en Aragón el turismo no es una actividad relevante en la economía como si sucede en el conjunto del país”. Y aunque el sector industrial crece “aunque sea poco” en cuanto a producto interior bruto, en valor añadido bruto está cayendo, insistió Sanso, que señaló además como “aspecto a lamentar” el descenso del nivel de actividad económico y de empleo industrial.

Un escenario ante el que Sánchez destacó que la institución cameral que dirige demanda un plan industrial para el periodo 2018-2020 similar al realizado en el País Vasco y que apueste por la competitividad de la pymes, el impulso de proyectos empresariales, la internacionalización, la creación de empleo de calidad y la industria 4.0. Además, insistió en la necesidad de apostar por la demanda interna y para ello, advirtió, “es imprescindible abordar ya el incremento de los salarios”. Con un matiz, eso sí. Para Sánchez, son las empresas más productivas las que tienen que liderar este aumento. “La tarta ha crecido, así que repartamos mejor”, dijo.

Tres sectores tractores

Y es que entre los aspectos más positivos de la evolución de la economía aragonesa durante el pasado ejercicio, el informe evidencia un incremento de la rentabilidad media de las empresas que “confirma la recuperación”, explicó Sanso. Un aumento que si en 2015 se situó en el 0,85%, el pasado ejercicio se alzó hasta el 2,27%, alcanzando así niveles anteriores a la crisis. Un extremo al que no llega el avance de la productividad, pero también se va acercando, detalló el catedrático.

Sanso matizó, sin embargo, que la mayoría de los 23 sectores que analiza el informe no cumplen el perfil de evolución de productividad que permita un crecimiento sostenible de la renta salarial. Hay tres excepciones: logística, sanidad y servicios y el sector agroalimentario, tres sectores tractores, “de futuro”, que “no tienen cicatrices de la crisis” y que están llamados a encabezar esa mejora de los sueldos que exige la institución cameral.