Casting Ros se integra en el grupo Saltillo tras la compra de Infun por la firma mexicana

Casting Ros, la empresa situada en la localidad turolense de Utrillas, forma ahora parte del grupo industrial mexicano Saltillo (GIS). Y es así porque la compañía con sede en el estado de Coahuila, al norte de México, ha adquirido el grupo Infun, en el que estaba integrada la planta aragonesa.

El precio total de la adquisición asciende a 280 millones de euros, de los que los primeros 180 millones se desembolsan al cierre de la transacción, y los 100 restantes en un plazo de dos años. Además, el grupo mexicano absorberá 40 millones de deuda neta de Infun. Según fuentes de la compañía mexicana, la transacción se financiará con una combinación de recursos propios y deuda bancaria.

Con sede en Barcelona, el grupo Infun se dedica al diseño, producción y mecanizado de piezas y componentes para motores, transmisión y suspensión en la industria del automóvil. Tiene tres plantas en España, una en Italia y otra en China, y forma parte de una alianza estratégica con Fagor Ederlan en China. Sus clientes incluyen Ford, Renault, Fiat, GM, Daimler y Volvo.

"La transacción incluye la compra indirecta, al ser propiedad de Infun S. A. y de Ineder Projects, de las acciones de Fundiciones Miguel Ros S.A. y Casting Ros S.A. (situadas en Barcelona y Teruel, respectivamente", señaló la empresa en un comunicado a la Bolsa Mexicana de Valores al hacer efectiva la adquisición. "GIS refuerza así su presencia en Europa y obtiene un balance estratégico de mercados, divisas y generación de flujos al contar con presencia en América, Europa y Asia", destacó la firma, que en diciembre de 2015 realizó su primera adquisición en Europa, con la compra de Automotive Components Europe (ACE), con operaciones en España, República Checa y Polonia.

Un cuarto de siglo en Utrillas

Puesta en marcha en 1992 cuando fue considerada el buque insignia de la reindustrialización de las Cuencas Mineras, Casting Ros celebraba a mediados del pasado año su 25 aniversario mirando al futuro con optimismo. No en vano, tras las dificultades que atravesó en 2014 y 2015, la llegada de nuevos pedidos permitió el pasado julio que la fundición de Utrillas pusiera fin al expediente de regulación temporal que desde diciembre –y con un plazo de dos años– pesaba sobre sus más de 230 trabajadores. Una plantilla que se elevan a 400 si se computa el empleo indirecto generado por la compañía.