Drones que vigilan el pastoreo del ganado extensivo, imágenes por satélite para estimar las necesidades de agua en el regadío, producción de alimentos funcionales, cultivo de fruta en montaña, adaptación de cultivos al cambio climático, utilización de herramientas informáticas para abrirse paso en los mercados exteriores o uso de biomasa agrícola en procesos industriales. Son algunos de los 30 proyectos con los que el sector agroalimentario aragonés llevará innovación y transferencia tecnológica a sus procesos productivos y de comercialización con el objetivo de mejorar la rentabilidad de las explotaciones, hacerlas más competitivas y reducir su dependencia de las subvenciones de la PAC. Lo hará acompañado por centros y empresas tecnológicas e impulsado por el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón que este año, por primera vez, estableció al calor del Plan de Desarrollo Rural (PDR) una nueva línea de ayudas para promover acciones de cooperación para la innovación entre los productores y los centros de investigación de la Comunidad.

"Queríamos intentar solventar un problema clásico, la deficiente dinámica de cooperación entre los prestigiosos centros tecnológicos que existen en Aragón y las necesidades reales del sector", explicó ayer el director de Desarrollo Rural, Jesús Nogués, que reconoció la "sorpresa" y, por supuesto, la "satisfacción" que ha supuesto para la Consejería que dirige Joaquín Olona, la gran implicación del sector. "Ha vuelto a demostrar, en contra de la imagen que tiene la sociedad, que este es un sector muy activo en innovación", matizó.

Lo prueban las cifras. Se presentaron 47 proyectos, de los que finalmente 30 han superado un proceso de concurrencia competitiva en el que se ha valorado especialmente la calidad de los componentes del grupo de cooperación y del proyecto, sobre todo aquellos que tienen como destino sectores con mayores dificultades.

Todos ellos suman una inversión superior a los dos millones de euros, ya que cuentan con una línea de ayudas de dos millones de euros puesta en marcha por el Departamento de Desarrollo Rural con la que se subvenciona el 80% del importe (la inversión máxima subvencionable es de 100.000 euros). Una cantidad cofinanciada al 80% por los fondos comunitarios Feader y al 20% por recursos propios del Gobierno de Aragón.

Los 30 proyectos han movilizado a 114 entidades del sector, de las que 81 son beneficiarios directos de las ayudas y los 33 restantes participan como socios en dichas iniciativas.

Pero lo más reseñable, insistió Nogués, es que todos ellos consiguen la interacción entre el potente sector investigador que existe en Aragón y el sector agroalimentario y ambiental "creando un contacto fluido que permite aprovechar el conocimiento generado por nuestros científicos y orientar sus líneas de trabajo prioritarias hacia los problemas reales que afronta la actividad primaria y su industria en su día a día".

De hecho, más del 90% de las iniciativas incorporan centros tecnológicos, el 70% incluyen a empresas privadas, un 40% cuentan con la presencia de cooperativas y en un 20% participan los regantes. Además, señaló el director general de Desarrollo Rural, los beneficios de la innovación realizada por estos grupos de cooperación no solo serán aprovechados por los agentes en concreto que la realicen, sino que puesto que sus resultados deben publicarse "servirán para hacer transferencia tecnológica a todo el sector en general"."Esto no se queda aquí"

La ejecución de estos proyectos es plurianual (2016-2018), pero no significa, matizó Nogués, que no haya más ayudas. "Esto no se queda aquí", destacó el director general, que explicó que la intención del Departamento es publicar una nueva convocatoria en el primer cuatrimestre de 2017 y así cada ejercicio hasta 2022 o incluso un año más. Tendrá una dotación similar, dos millones de euros, aunque se plantea la posibilidad de que el periodo de ejecución se limite a dos años.