Casa de Ganaderos estudia cómo combatir el síndrome respiratorio en ovino

La cooperativa, junto con Aprovi y Cordeserena, desarrolla otro proyecto para que dure más la carne de cordero.

Ejemplares de la raza Rasa Aragonesa en la Expoferia del Sobrarbe (Aínsa) en 2015.
Ejemplares de la raza Rasa Aragonesa en la Expoferia del Sobrarbe (Aínsa) en 2015.
Casa de Ganaderos

Combatir el síndrome respiratorio en ovino y alargar la duración de la carne de cordero para lograr más competitividad en las explotaciones, aumentar la productividad y poder acudir a los mercados internacionales con mayores garantías de éxito. Estos son los objetivos que persiguen dos proyectos de I+D+i que desarrolla la cooperativa aragonesa Casa de Ganaderos, junto con la SAT Aprovi y la SAT Cordeserena, y que están subvencionados por el Ministerio de Agricultura. Dos proyectos trienales que cuentan con un presupuesto de 500.000 euros, tal y como señaló ayer Carmelo Heras, gerente de Casa de Ganaderos.


El primero que se puso en marcha fue el relacionado con el síndrome respiratorio en ovino, concretamente en 2014, y se espera que esté concluido este año. No obstante, ya están obteniendo resultados. "El proyecto va muy bien porque hemos logrado que se mueran menos corderos. Hemos reducido un 10% las bajas", destaca Heras.

Vacunas y sensores

"Y lo hemos conseguido por medio de un plan de vacunación, que funciona muy bien, y también a través de la aireación, es decir, controlando la temperatura y la corriente de la nave. Los corderos tienen que estar frescos, pero sin que haya corriente. Lo que se ha hecho es instalar unos sensores en la nave que miden continuamente la temperatura para que esté todo bien ventilado pero sin corriente", añade.


Según explicó Casa de Ganaderos, las pérdidas ocasionadas por los problemas respiratorios en las explotaciones ovinas se asocian a descensos de crecimiento, menor calidad del producto final y, en algunos casos, incluso la muerte de los corderos. "El origen de estos problemas es multifactorial y se incluyen factores relacionados con el estrés, la climatología, otras enfermedades que pueden afectar a los corderos y microorganismos", informó.


El segundo proyecto para prolongar la vida de la carne de cordero en fresco es más reciente, ya que comenzó en septiembre del año pasado. "Hay que desarrollar un proceso para prolongar la conservación como mínimo 30 días de cara a mercados más lejanos", apuntó Carmelo Heras. Un aspecto fundamental cuando se trata de conquistar nuevos mercados internacionales y consolidar aquellos en los que ya se trabaja.


La clave está en el envasado al vacío. "Teniendo en cuenta dos aspectos muy importantes: la máxima higiene en el proceso de envasado y la optimización de la cadena de frío (con una manipulación entre cero y un grado de temperatura, evitando la contaminación del producto). Por este sistema se consigue alargar la duración de la carne fresca de cordero hasta unos 30 días (incluso se llega a cinco semanas)", aseguró la cooperativa aragonesa.


Los resultados de estos dos proyectos de investigación, coordinados por José María González (diplomado europeo por el Colegio de Pequeños Rumiantes), se compartirán, una vez concluidos, a nivel nacional con quien quiera utilizarlos.

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