Alvin Roth, premio Nobel de Economía

"Los mercados pueden fallar, pueden necesitar ayuda"

El nuevo premio Nobel de Economía, Alvin Roth, catedrático de Economía en Harvard, ha atendido en esta entrevista a Heraldo.es. Es un reparador de mercados, porque, como asegura, ?algunos mercados funcionan muy bien solos, pero otros necesitan un poco de ayuda?.

Alvin Roth, premio Nobel de Economía, es catedrático en la Universidad de Harvard - actualmente en proceso de traslado a Stanford- y su premio llega tras una vida dedicada a llevar la ‘Teoría de juegos’ a la práctica. 


Es un momento difícil para la economía mundial, y muchos se vuelven hacia él en busca de respuestas. “La gente suele pensar que todos los economistas somos expertos en todas las facetas de la Economía, pero no es así” lamenta, “antes era muy reticente a responder preguntas sobre las que no soy un experto, pero he aprendido que a los periodistas eso no os sirve y estoy intentando arreglarlo”.


Roth entiende los mercados, en el sentido más amplio de la palabra, como algo inherente al ser humano y sin los cuales no podríamos entenderlo. Sus modelos y algoritmos sirven para mejorar esos mercados y han sido aplicados a asuntos como las redes de donación de órganos o a la asignación de alumnos en centros públicos.


Todo ello es fruto de estudios que comenzaron en los años 60, de la mano de Lloyd Shapley, con quien Roth comparte su premio Nobel, aunque admite que seguramente sus visiones sobre su trabajo difieren. “Shapley piensa en si mismo como un matamático” dice Roth, “los modelos matemáticos abstractos son poderosas ideas que pueden ser adaptadas a entornos complicados. Ese es el atractivo del diseño de mercados: tomar modelos matemáticos simples y abstraer ideas e introducirlas entornos más complicados como son los mercados”.


Matemáticas, economía, mercados, teoría de juegos... ¿Cómo puede todo esto afectar a la gente corriente? ¿Hasta qué punto puede mejorar sus vidas con sus teorías?

Los mercados pertinentes para la teoria de juegos son básicamente todos los mercados excepto los mercados de mercancías perfectos en los que el precio hace todo el trabajo. Por ejemplo, ahora cuando compras trigo en el mercado puedes comprar un tipo específico, lo que implica una serie de estándares de mercantilización. Hace años, tenías que ver la calidad de esa hierba por ti mismo y preocuparte por conocer y confiar en el proveedor, pero ahora existe una mercantilización que posibilita la compra a distancia.


Sin embargo, existen muchos mercados que no han sido o no pueden ser mercantilizados. Un juego de mercado es cualquier mercado que tenga un un proceso de inscripción, admisión o selección. Entrar en la universidad o encontrar un trabajo son mercados en los que puedes elegir lo que quieres, pero aunque quieras ir a Stanford y tengas el dinero para la matrícula también debes de ser elegido. Eso es lo que mis colegas y yo estudiamos, el emparejamiento en algunos de los mercados que más afectan a las personas como pueda ser entrar en la universidad, encontrar un trabajo, casarse o encontrar la asistencia sanitaria adecuada. Esto son todo asuntos en los que no solo el precio es importante.


Se generó un gran revuelo entorno a su premio ¿Entiende el escepticismo y las críticas que pueden llegar a generar sus estudios?

Parte del escepticismo está mejor fundamentado que otro. El escepticismo de algunos se basa en su idea de que es mejor dejar que los mercados actúen por sí solos, piensan que evolucionan por sí mismos perfectamente y que los intentos de moderarlos o modificarlos son solo interferencias. Creo que esto es un error. Los mercados pueden fallar, muchos mercados funcionan perfectamente por sí mismos, pero otros pueden necesitar algo de ayuda.


Pero hay gente que piensa que los trasplantes de órganos o el matrimonio tienen que ver con la salud o el amor y no conviene convertirlos en mercados.

Nosotros los estudiamos como mercados. Pensemos como pensemos, existe una escasez de recursos y debemos hacer adjudicaciones, y estos son aspectos que los economistas podemos estudiar. Mientras lo recursos sean escasos estos mercados deben ser estudiados.


Piense por ejemplo en los órganos, estaría muy bien que cualquiera que necesitara un trasplante pudiera conseguirlo, pero estamos lejos de eso a comienzos del siglo XXI. Podemos lamentar la escasez de recursos, pero es estúpido negarla.


¿Nunca se ha encontrado con problemas éticos durante sus investigaciones?

Lo que es o no ético depende del que observa. Sin duda hay mucha gente que piensa que las cuestiones éticas surgen entorno a las líneas de su pregunta anterior cuando hablábamos de las cosas que pueden encajar en un mercado monetario o mercantil.


En Estados Unidos y Europa Occidental es ilegal la compraventa de órganos para trasplantes, y muchos creen que esto es un asunto ético. Viviríamos en un mundo distinto si pudiéramos comprar riñones de un donante vivo, cambiaría la forma en la que conseguimos y asignamos los órganos, pero ahora mismo no podemos y yo lo trato como una restricción.


En cuanto a las profundas cuestiones éticas yo no creo que sea un experto en esa materia en particular, aunque sí que he pensado sobre ellos y he escrito sobre lo que yo llamo “transacciones repugnantes”.


En España, a causa de la crisis económica, se están produciendo grandes recortes. Una de las áreas más afectadas es la investigación. Los investigadores han tratado de advertir al Gobierno de que reducir la inversión en este área es un grave error. Desde su posición de investigador, ¿cómo ve esta situación?


Aquellos a los que se le pide que subvencionen la investigación fundamental a veces se preguntan qué obtendrán a cambio. Algunas investigaciones se aplican a cosas que no podían anticiparse en el momento en el que fueron realizadas. Ese es sin duda el caso de mi trabajo y de este premio Nobel que comparto con Lloyd Shapley. Seguramente, el trabajo de Shapley fue considerado bastante abstracto en su tiempo, sin embargo, nos ha dado las bases que necesitamos para asignar a cientos de miles de estudiantes a sus escuelas, para hacer miles de trasplantes de riñón y para que decenas de miles de nuevos médicos obtuvieran su primer trabajo. Investigaciones que parecían muy abstractas en los años 60, tienen aplicaciones prácticas muy importantes 40 años después.


Es difícil adivinar qué investigación será práctica más adelante, pero tienen que ver con la prosperidad del ser humano. Sea como sea ahora la crisis en España o en cualquier país, seguramente tendrás problemas para encontrar a alguien que quisiera volver a la situación de hace cien años. Eso refleja el hecho de que hemos hecho enormes progresos en toda clase de aspectos. La mayoría de esos progresos son gracias a la investigación, por lo que puedo aventurar que, a largo plazo, la inversión en investigación es una buena inversión.


Un premio Nobel de Economía en los tiempos que corren... Muchas personas pueden volver la cabeza hacia usted en busca de respuestas y soluciones ¿Siente una gran responsabilidad sobre sus hombros?

Tengo la responsabilidad de no dar respuestas cuando no sé la respuesta, así que creo que voy a intentar ser cuidadoso con eso. Cuando, por ejemplo, me preguntan cosas como que qué opino sobre la crisis en Europa, seguramente no debería decir nada, porque la gente que estudia ese asunto lo sabe mucho más que yo y sería estúpido pretender ser un experto en algo en lo que no lo soy, pero eso no sirve cuando hablas con periodistas.


Pero usted es experto en mercados y estos parecen parte del problema, ¿son también parte de la solución?

Imagine que una nave espacial aterriza con un grupo de científicos para observar lo que hacen los humanos. Lo que diría el primer informe sería estos humanos están siempre hablando entre ellos, es decir que tienen un lenguaje, y también que están siempre haciendo tratos entre ellos: comprando, vendiendo, coordinando, reuniéndose, utilizando una parte para propósitos a corto plazo y guardando otra para proyectos a largo plazo... En definitiva, dirían que están haciendo transacciones económicas continuamente.


No se puede decir que los mercados sean el problema. Los mercados son lo que hacemos, no somos individuos aislados. Los seres humanos hacen tratos unos con otros constantemente, el cómo lo hacemos es la materia de la Economía como ciencia. Muchas de las formas en las que interactuamos con el mundo es a través de los mercados, los llamemos mercados o no, los entendamos o no como parte de la economía, y, algo muy importante que aclarar, usemos o no dinero.


¿De dónde cree que es más probable que salgan las soluciones a la crisis: Un despacho de una universidad, el despacho oval o Wall Street?

La encontraremos en todos esos lugares, en diferentes escalas de tiempo. El despacho oval intenta lidiar con los problemas inmediatos de la crisis; Wall Street intenta encontrar maneras de ganar dinero con la crisis, de formas que a veces son buenas para el mundo y otras que no, ese es el papel que deben tomar los reguladores y los diseñadores de mercados; y, con el paso del tiempo, el trabajo que se hace en las universidades influenciará todos los demás ámbitos.


Wall Street vende ahora productos financieros complejos, cómo los valoran viene de la investigación hecha en las universidades. El despacho oval busca el modo de estimular la economía y las soluciones vienen de las teorías de Keynes o Friedman, que tenían ideas muy distintas de como funcionaban los sistemas macroeconómicos. Precisamente Keynes tiene una famosa frase que dice algo así como que “el más práctico de los hombres escucha las voces de aquellos que expusieron sus ideas en la anterior generación”. Las ideas son muy poderosas y muchas de ellas son también muy prácticas


España ha aparecido recientemente en boca de los candidatos estadounidenses en su campaña para las elecciones presidenciales como un ejemplo de mala gestión de la crisis ¿Cómo ve la situación de nuestro país?¿Cree que saldremos de la crisis?¿Tardaremos más que otros países?

Esto está más allá del área en la que yo soy experto. No sé mucho de la economía española, ni sobre su macroeconomía. Sin embargo, si le puedo decir que uno de los problemas de España, y de la Eurozona en general, es que hay una moneda común pero no una administración política común.


En Estados Unidos tenemos moneda común - California, Massachusetts o Misisipi que tienen economías diferentes usan todos el dólar -, pero también también existe un banco central común, hay un gobierno federal que trata de aplicar medidas de estímulo y otras características de coordinación del dólar que no existen en la eurozona.


Quiero enfatizar que no soy experto en esta materia, pero parte del diseño de mercados implica ambas, las instituciones políticas y las económicas, por ello es posible que la recuperación funcione de forma diferente en España de como lo hace en lugares de Estados Unidos que han tenido burbujas inmobiliarias y problemas de desempleo.