El CAI Teruel se impuso ayer de forma incontestable por 3-0 al CV Melilla, el tercer clasificado de la Superliga y que llegaba con la vitola de equipo revelación. El conjunto turolense no acuso el cansancio derivado de su compromiso europeo del pasado miércoles en Eslovaquia y no tuvo problemas en ninguno de los tres sets para alzarse con la victoria. La próxima semana se enfrentará a un Vecindario en horas bajas.

El primer set fue un paseo militar para los locales que ganaron por 25-14. El segundo asalto siguió la misma tónica y el CAI, que afrontó la recta final con una abrumadora ventaja 20-10, venció por 25-15. En la tercera manga los turolenses tropezaron con más resistencia de los melillenses, que llegaron a ponerse a dos puntos en el último tramo con un 22-20. El entrenador local, Carlos Carreño, pidió tiempo muerto y en un esprint final el CAI sentenció por 25-20.

Carlos Carreño admitió que el reciente partido contra el Prievidza eslovaco, en lugar de desgastar al CAI, reforzó su juego y elevó la confianza de la plantilla.Carreño dijo que la participación en la Copa CEV tuvo ayer consecuencias "positivas", a pesar del cansancio que conlleva.

El entrenador visitante, Abdelkader Salim, admitió la superioridad caísta. Señaló que el CAI jugo con "mucha intensidad" mientras que sus jugadores pecaron de nerviosismo. Además, la baja de uno de sus elementos clave, el opuesto Hugo Bravo, no pudo ser compensada con un sustituto eficaz. Salim dijo que solo en el tercer set los cambios introducidos en el equipo le permitieron "maquillar" el dominio turolense.

La anécdota de la jornada la protagonizaron los hermanos Javier y Vicente Monfort, que, por primera vez en su trayectoria deportiva, se enfrentaron entre sí. Javier vistió la camiseta caísta y Vicente la melillense. El numeroso público asistente se tuvo que conformar con un partido sin apenas historia.