"Soy español, español, español"

Los zaragozanos estallaron de júbilo y proclamaron su felicidad en la plaza de España. Gran fiesta en Las Playas.

"Soy español, español, español"
"Soy español, español, español"
PEDRO ETURA/A PHOTO AGENCY

Español. Español. Español. Español al cubo. Español por triplicado. Español en todas las dimensiones geométricas. Español de planta. Español de alzado. Español de perfil. Un paseíto ayer por la plaza de España de Zaragoza nada más concluir el partido ante Alemania resultó el más nítido indicador del significado real del término español. "Yo soy español, español, español", retumbaba alrededor del monumento a los Mártires de la Religión y la Patria, escultura que preside el lugar de cita de los grandes festejos deportivos zaragozanos. Personas entusiasmadas con una idea, con un ser, con un sentir, con una camiseta, con una bandera. Gente y más gente, chicos y mayores, aclamando a esa bendición llamada Íker Casillas; a Sergio Ramos, el ciclón de Camas; a Puyol, el guardián parido en el Pirineo; a Xavi, el deliniante de Tarrasa; al otro Xabi, el tiarrón de Tolosa; a Iniesta, el orfebre de Fuentealbilla; a Pedrito, el príncipe de los guanches; a Villa, el nieto del abuelo que fue picador allí en la mina... El 'Viva España' de don Manuel Escobar cantado a coro anoche en Zaragoza como elemento aglutinador. España es todo lo que reza con anterioridad, esa maravilla embutida en una camiseta roja que ayer fue exhibida y pregonada con entusiasmo en todos los rincones de la finalista del mundial.

Antes, durante el partido, el personal se ubicó delante de los televisores. Si de pantallas gigantes hablamos, ante la situada en Las Playas, 7.000 apasionados seguidores estallaron jubilosos cuando Xavi acarició la bola desde la esquina y Puyol entró a rematar como un Jumbo. Gol de España. El gol que cantamos con orgullo los españoles. El gol que introduce en la final al futuro campeón del mundo: España.