REAL ZARAGOZA

Nayim: "Debemos ser fieles a nuestro juego"

El ayudante de José Aurelio Gay, nexo de unión emocional con la plantilla, analiza la situación tras la dura derrota ante el Málaga.

Nayim, en una imagen de archivo
Nayim: "Debemos ser fieles a nuestro juego"
JOSé MIGUEL MARCO

La pretemporada había dejado buen paladar. El primer partido en Riazor, también. ¿Qué explicación han encontrado entonces a lo sucedido, tras 48 horas de análisis?

No es complicada. Al encajar un 0-2 en 7 minutos, el equipo se fue arriba instintivamente. Jugábamos en La Romareda, controlábamos el balón y el ritmo del juego y, por inercia, entraron las ganas a todos de remontar enseguida. Nos fuimos arriba y ese no es nuestro juego. Nuestra virtud es jugar desde atrás hacia delante, no de delante hacia atrás. Debemos partir siempre de una buena actitud defensiva, con mucha agresividad; y eso no sucedió. Los jugadores del Málaga nos llegaron con excesiva facilidad al área. En el repliegue, perdimos siempre demasiados efectivos en ataque. Y eso nos mató.


Llamó la atención su gesto al término de la catástrofe del domingo. Salió al centro del campo y reclamó a los jugadores que acudieran con usted a aplaudir al público. ¿Por qué lo hizo?

Muy sencillo. La afición nos estuvo animando incluso en la adversidad de una tarde muy dura para todos. A la gente hay que agradecerle siempre su presencia y su apoyo. Si luego ellos deciden silbarnos o aplaudirnos es otra cosa. Pero considero que es nuestra obligación hacer ese gesto.


En su época como futbolista, ustedes siempre lo hacían. ¿Cuál cree que es la causa de que se haya perdido ese vínculo?

No lo sé. Pero tengo muy claro que no debería haberse perdido nunca. Sin aficionados no hay fútbol. Y los profesionales tenemos que tener siempre cariño y respeto por los que vienen a vernos y a disfrutar o sufrir con nosotros. Qué menos que tener un detalle al final de los partidos para quienes nos han acompañado. Con ellos ayudándonos, será siempre más fácil sacar muchos partidos adelante. Y eso hay que transmitírselo de alguna manera cada día. Estamos para eso.


Incluso en una tarde tan catastrófica como la del pasado domingo.

En un día así, mucho más. Lo normal es que, cuando llegó el 0-5 a la media hora, la mitad de La Romareda se hubiese marchado a casa. Y solo se fueron doscientos o trescientos. La gente se quedó al pie del cañón y, hasta el final, escuchamos aplausos en todas las acciones de ataque que hicimos. La afición estuvo por encima de lo que habría sido lógico y comprensible.


Los más jóvenes no van a creerle.

En épocas pasadas, seguro que el escándalo hubiera sido tremendo. Cualquier reacción, visto el partido, habría estado justificada. Yo, en veintitantos años de profesión, no había visto ni vivido algo parecido a lo de la primera parte.


Y con 14 extranjeros en la caseta y una docena de nacionalidades, ¿va a ser usted capaz de explicar lo que es ese nexo de unión necesario con una afición que está tan hastiada como la zaragocista?

No debe ser complicado. El grupo es bueno pese a esos condicionantes. Todo lo que va llegando de fuera se va integrando bien. Creo que con más facilidad de la esperada en un principio. Claro que, el asunto del idioma, en muchos casos, es un serio inconveniente. Pero los chicos son comprensivos. Yo no paro de inculcarles lo que es el Real Zaragoza y la importancia que tiene este club en el fútbol español.


Cuando se alborotó el estadio tras el 0-4 y el 0-5, ¿pensó que se iba a montar una bronca sin precedentes en el graderío?

Sí, sin duda. Insisto en que hubiera sido normal. La gente es soberana y tenía motivos para todo. En Zaragoza, actualmente, la crispación es algo que existe y que no se va a poder evitar. Esos fantasmas van a estar presentes cada domingo. Y cuando un partido se tuerza, si surge una tarde mala, aparecerán sin remedio. Sabemos cuál es la situación actual en la ciudad.


¿Qué dijeron al equipo en el vestuario durante el descanso?

Apelamos al orgullo y la dignidad. No se puede hacer otra cosa en estos casos. Les dijimos que en la grada había hijos viéndoles. Esposas, padres, madres, familiares, amigos. Y que no podían dejarles una imagen como la que estábamos dando. Que había que vaciarse para cambiar el sino del partido y darlo todo. Y reaccionaron muy bien.


¿Cómo está Aurelio Gay?

Yo lo veo sereno, bastante bien. En la charla con los jugadores, el lunes, demostró que es un hombre muy coherente y muy tranquilo en sus reacciones. Dice las cosas de frente, claras. El mensaje fue positivo y hay que convencerse de que fue un accidente. Para ello, hay que corregir de inmediato los errores cometidos, que fueron graves e importantes. Ha dejado claro que debemos ceñirnos fielmente al método de nuestro juego, al que nos salvó la temporada pasada. Si no lo hacemos, tendremos problemas.


En apenas 72 horas, se jugará contra el Racing y el Hércules. Lo ocurrido ha cargado estos dos duelos de una gran responsabilidad para ustedes. No se puede fallar.

Es cierto. Y así se lo hemos transmitido a los jugadores y se lo vamos a recordar cada día. Han de saber que tienen una gran responsabilidad encima, mucha más que antes del domingo. Deben ser conscientes de lo que este club se está jugando y han de responder de manera acorde. Los veteranos saben que lo de la temporada pasada es infumable para un profesional del fútbol y no puede volver a repetirse.


Leo Franco. Vaya problema lo que ocurrió en su debut. Puede convertirse en un grave asunto si no se reconduce rápidamente.

Es un tema delicado. Ayer (por el lunes) yo lo vi bien. Es un profesional y sabe que no jugó bien. Pero tiene mucha experiencia, muchos partidos encima, y sabe que con nuestro apoyo y el de sus compañeros, va a poder recuperarse. Se trata de un asunto muy importante para él y para el equipo.


La defensa también necesita una revisión general. Contini, sobre todo, no es ni sombra del gran central que fue el año pasado.

Matteo no está en la forma física que tuvo hasta mayo. Pero en este partido, tras el 0-2, la línea defensiva quedó muy distante del resto del equipo. Y los cuatro de atrás se convirtieron en piezas muy vulnerables. El cambio de la forma de jugar que experimentamos propició fallos como los de Contini, Jarosik o de los laterales, Diogo y Obradovic. Ellos van a jugar bien si estamos arropados. Lo hemos visto en verano y en La Coruña. Lo del domingo pasado no es lo normal.


¿Qué les han dicho los dirigentes en las últimas horas?

Nada más acabar el partido bajaron todos al vestuario. Hablaron con nosotros y nos transmitieron tranquilidad. Hay calma y no paran de darnos ánimos.


¿Logrará, pues, que los jugadores saluden cada día a la afición?

Sí, seguro. Debemos acostumbrarnos. Lo de menos es si nos ovacionan o nos tiran almohadillas. Eso dependerá de nosotros.