ÁNGEL LAFITA

"Quiero sacarme la espina de la pasada temporada"

El canterano vive uno de sus veranos más agradables del último lustro. Acaba de ser padre por primera vez y, pese a las especulaciones sobre su posible traspaso, trabaja tranquilo con la mente puesta en el Zaragoza.

Ángel Lafita entra sonriente en el campo del Navaleno.
"Quiero sacarme la espina de la pasada temporada"
ESTHER CASAS

Se ha convertido en padre y la pretemporada le recluye en el trabajo. ¿Cómo digiere esa mezcla de sensaciones y deseos?

El domingo fue el día más especial y emocionante de mi vida. Es complicado cambiar el chip, pero debo hacerlo. Cuando estás trabajando, estás trabajando y solo piensas en eso. Aunque, quieras que no, acaban los entrenamientos y ya estás pendiente del 'peque' para saber qué hace o no hace. No obstante, el nacimiento de mi hijo me ha llenado de alegría y esa felicidad también se puede encauzar hacia el aspecto deportivo.


¿Continuará la dinastía de los Lafita?

Bueno... que haga lo que él prefiera, lo que más le feliz le ponga.


Se cumplen cinco años de su primera pretemporada con el Real Zaragoza. ¿Qué observa cuando mira atrás?

Me han pasado muchas cosas. Es imposible de resumir. Recuerdo que aquel verano mi objetivo solo era trabajar y demostrarle al entrenador que valía para Primera División. Siempre le estaré agradecido a Víctor Muñoz por la confianza que me dio para jugar en Primera. Esta será mi sexta temporada en la elite, y todos los años intento renovarme porque en el fútbol no se puede vivir del pasado. Por todo esto, quiero hacer un gran año con el Zaragoza.


En el club se ha valorado la opción de ponerle en el mercado ante la necesidad de ingresos. ¿Cómo se posiciona Lafita?

Simplemente sé lo que he leído. Nadie del club me ha venido y me ha dicho que valgo tanto y que si lo pagan, me venden. Tampoco mi representante me ha comentado nada. Nadie me ha preguntado. Yo soy feliz aquí y deseo cumplir mi contrato. Por orgullo, porque no salí contento del pasado año y porque quiero sacarme esa espina de lo mal que lo pasé. Salvo a ratitos, no encontré mi fútbol, y quiero que este sea un buen año.


¿Cómo vive este verano tras la convulsión del pasado con todo el asunto de la recompra al Deportivo?

Quería una pretemporada así, calmada. Los últimos veranos han sido muy movidos y este parece que será más tranquilo. Mi objetivo es no sufrir problemas en la rodilla. Va a mejor. En cuanto funcione, como ahora, todo saldrá bien.


¿Mantiene intactas la ambición y la ilusión con la que regresó al Zaragoza?

Siempre busco reciclar esas ganas y esa ilusión. Todos los años es necesario. Sobre todo, porque deseo realizar un gran año en el equipo de mi tierra. Lo he conseguido fuera del Zaragoza y ahora quiero demostrar que puedo conseguirlo aquí también.


Su rendimiento menguó conforme avanzó la temporada pasada. ¿Le afectó la espiral negativa que envolvió al equipo?

No sé si me afectó o no. Pero yo tengo clara una cosa: lo principal es el equipo. Cuanto más arriba se está, mejor jugamos todos. Al estar abajo, es más complicado: la suerte no acompaña, se falla, te vienes abajo anímicamente, también los compañeros? Es lógico. Intentas agarrarte a la lucha y a la actitud. No jugamos bonito, pero lo importante era salir de esa situación porque cuesta mucho permanecer en Primera.


Por quién es, de dónde es, y el zaragocismo que ha mamado. ¿Le dolió especialmente aquel episodio crítico?

Claro. Duele mucho. El fútbol es así. Cuando estás fuera, también duele ver al equipo de tu tierra en otra categoría, como me pasó a mí. Pero, estando dentro, se sufre más. Es complicado ver correr las jornadas y que no sales de abajo. Gracias a Dios, salimos porque realizamos un esfuerzo extraordinario. Este año, debemos poner remedio antes para que no suceda lo mismo.


¿Cómo se puede evitar?

Hay que mantener la base y ser una piña dentro del vestuario, Cuando las cosas salen mal, es más fácil salir a flote desde la unidad, estando juntos, y no haciendo cada uno la guerra por su lado. Esa unidad es lo que nos llevó a escapar de una zona tan delicada.


Retornó al Real Zaragoza con la idea de jugar de segundo delantero. José Aurelio Gay lo prueba en la banda. ¿Cuál es su preferencia?

Siempre lo he dicho: si me dieran a elegir una posición, siempre me gustó más de segundo delantero. Pero si todos jugáramos en nuestra posición favorita, no habría demarcaciones para todos. Aunque es cierto que en la banda izquierda me encuentro muy cómodo. Me facilita la salida hacia dentro. Además, Aurelio me da libertad.


Forjó su zaragocismo con la generación de Nayim, Gay, Solana, Óscar? ¿Qué le supone tenerlos como jefes?

Lo pensaba el otro día y me parecía increíble. Yo vi la final de la Recopa de Europa en mi casa y nunca hubiera imaginado que esos futbolistas me entrenarían algún día. El fútbol lo ha hecho posible. Les tengo mucho respeto. Han conseguido cosas con el Real Zaragoza que ninguno de los futbolistas que estamos aquí hemos podido.


¿Qué les intenta inculcar Nayim?

Es muy dialogante, muy cercano al jugador. Eso es fundamental. Todos los futbolistas somos personas y tenemos nuestros problemas. Tener una persona así para hablar es importante. Ante cualquier problema, familiar o de otro tipo, es mejor contar al lado con una persona que te pregunta y se preocupa por ti. Y Gigi lo hace estupendamente.


Los canteranos se miran en usted. ¿Cómo los mira a ellos?

Les intento ayudar lo máximo. Pero no solo Ander Herrera, Laguardia, Goni o yo que somos de aquí, también hay gente veterana como Edmilson que les apoya en todo momento. Hay que darles confianza para que saquen lo mejor de sí mismos. Es una oportunidad de oro, es dar el pasito que les queda para la cima. Los veo con ganas.


¿Le pronostica recorrido a Kevin Lacruz?

Lo veo muy bien. ¡Me enteré hace muy poco que tenía solo 18 años! A pesar de la juventud, posee una tranquilidad asombrosa en el campo. No sé que decidirá el entrenador, pero es jugador del Real Zaragoza para el presente y para el futuro.