AJEDREZ

Piezas al viento

La VIII edición del Ajedrez en la calle volvió a reunir a cientos de personas.

Concentrado en la partida.
Piezas al viento
MAITE SANTONJA

El paseo de la Independencia fue ayer invadido por cientos de torres, alfiles, peones, reyes y caballos. Un año más, los tableros, sus cuadros y sus piezas volvieron a salir a la calle para celebrar el Día del Ajedrez. Una jornada en la que, por octavo año consecutivo, se medía el ingenio y la inteligencia de los participantes. La Federación Aragonesa de Ajedrez (FADE), en colaboración con El Corte Inglés, intentó acercar este deporte a la calle. Sin duda, una oportunidad de oro para poder ver en jaque a los mejores jugadores de Aragón y del extranjero.


El deporte de la inteligencia se adueñó nuevamente de la capital del Ebro. A lo largo de toda la mañana Independencia se transformó en sucesivas partidas simultáneas. Un salón de juego en el que los asistentes intentaron hacer valer el poder de su intelecto a través de las 16 piezas colocadas sobre las 64 casillas del tablero.


Un paseo con glamour


El centro de la ciudad convocó ayer a cientos de invitados para una gran fiesta. Un espectáculo que no acababa cuando se ponía fin a una partida. Y que se sobrepuso al molesto viento que azotaba la ciudad. Como en las grandes citas del mundo del cine, el paseo de la Independencia -haciendo de alfombra roja- presentó un cartel de gala para la ocasión. Nieves García (campeona de Aragón y nueve veces campeona de España), Mairelys Delgado, Sergio Garza (campeón de Aragón) y los maestros internacionales Joaquín Antolí, Alfonso Llorente o Jesús Barón fueron algunas de las estrellas invitadas.


Además de estos grandes maestros -fueron un total de 14: tres mujeres y 11 hombres-, la jornada reunió a familias completas. Una excusa ideal y bastante inusual para juntar a niños y mayores practicando un mismo deporte. Así lo reconocía el propio presidente de la FADE, José Luis Pellicer: "El objetivo de este evento es acercar el ajedrez al centro neurálgico de la ciudad. Hacer de esto un juego más popular".


En los 250 tableros y 24 grandes mesas provistas para la ocasión pudieron contemplarse varias 'jugadas maestras'. Aunque, sin embargo, el resultado en la mayoría de los casos era lo de menos. Lo importante era la innovación que esta jornada presentaba: sacar el ajedrez de los recintos cerrados y llevarlo hasta la calle, a todos los públicos. Un gran éxito fundamentado, también, por la anteriormente mencionada cohabitación intergeneracional.


Desde la organización del evento sólo hubo palabras de satisfacción. Una edición más se alcanzaron cuotas elevadas de participación, que rozaron incluso los 700 inscritos. Asistentes que dijeron con orgullo en repetidas ocasiones, tal vez la frase más deseada por todos: "jaque mate".