REAL ZARAGOZA

Paredes choca con Gay

El entrenador ya había advertido de la necesidad de dar salida a los descartados.

Javier Paredes golpea el balón ante la presencia del delantero Braulio.
Paredes choca con Gay
TONY GALáN/A PHOTO AGENCY

Gay ya manifestó su preocupación por la posible continuidad de los jugadores descartados. Lo hizo el pasado 27 de agosto, ante la Secretaría Técnica del club, cuando aún restaban cuatro días para el cierre del mercado de fichajes. La predisposición de los jugadores generaba suspicacias en el técnico, preocupado por cualquier indicio de indisciplina, desinterés o falta de implicación que pudiesen surgir en el vestuario. Pronto ha aparecido el primer conflicto.Durante el entrenamiento vespertino de ayer brotó el desencuentro que ha permanecido latente durante todo el verano. Javier Paredes llegó a encararse con el técnico nada más finalizar la sesión preparatoria.

El defensa, contrariado por algunas indicaciones del entrenador durante el partido, ya había mostrado anteriormente su fogosidad cuando, en dos acciones prácticamente consecutivas, había perdido el sitio en el lateral izquierdo y no había cerrado convenientemente su banda. Gay trató de corregir la desatención del jugador, y llegaron entonces los primeros síntomas de desencuentro. Después, Paredes realizó dos entradas desmedidas sobre un futbolista del filial; y nada más concluir el entrenamiento, el defensa exhibió su malestar con protestas airadas y ademanes furiosos. Mientras sus compañeros se disponían a iniciar los estiramientos, Paredes golpeó con rabia un balón, enviándolo al otro lado del terreno de juego; y luego arrojó una botella con malos modos dentro de la nevera habilitada por el utillero.

Gay no pasó por alto el comportamiento de Paredes. El entrenador se acercó a dialogar con el futbolista, quien entonces elevó el tono de voz y ofreció una actitud cada vez más furiosa. Las palabras del técnico -imperceptibles desde la grada- no mitigaron las protestas del defensa. Y así, entre impetuosos aspavientos, ambos iniciaron una fuerte discusión junto a los banquillos, aunque el intercambio de reproches resultó prácticamente inaudible desde la zona reservada a los aficionados. Sí pudo advertirse, de forma diáfana e irrebatible, un importante desencuentro entre el jugador y el técnico que, sin embargo, no pasó a mayores gracias a la rápida intervención de Gabi, que se interpuso entre ambos. Paredes optó entonces por alejarse, aunque con un elocuente gesto de desencanto.

No se trata de una mera anécdota. El conflicto entre Javier Paredes y el técnico retrata una obviedad: el problema de los apartados, siempre delicado. Se vivió ya la pasada temporada, con Marcelino García Toral todavía al frente del equipo aragonés. Ahora, en cierto sentido, se repite el episodio, con la notable diferencia de que ya no se encuentra el técnico asturiano sentado en el banquillo para ser señalado desde dentro del propio club. En estos momentos, el problema no es de José Aurelio Gay. Es del club. ¿Qué hacer con Paredes?

De los tres descartados (Marco Babic, Songo'o y el mencionado Paredes), era, precisamente, quien partía desde una situación más ventajosa. Después de la esperpéntica cesión de Goni al Real Madrid B, la defensa del Real Zaragoza se quedó en cueros y Paredes, ahora sí, parecía el más útil entre los apartados. De hecho, los máximos responsables deportivos del club, Pedro Herrera y Antonio Prieto, apostaban por un giro copernicano en relación a la consideración del lateral asturiano. Paredes cumplía ayer su segundo entrenamiento con el resto de sus compañeros. Pero quizá todo haya cambiado tras el incidente.

Negación de los hechos

Ante casos similares, como pudo ser el enfrentamiento de D'Alessandro con Víctor Fernández, el 'agapitismo' ha mostrado la tendencia de negar los hechos o, al menos, de considerar este tipo de cuestiones como "algo normal" en el desarrollo de un entrenamiento. Veremos en adelante si Herrera y Prieto siguen procediendo con idénticos postulados o, por el contrario, respaldan al entrenador.

En todo caso, el foco de inestabilidad en el seno de la plantilla que temía José Aurelio Gay ya ha aparecido. Se está ante una situación sensible, de manejo complicado. Depende de cómo se actúe las consecuencias serán unas u otras. El simple paso del tiempo, rara vez ha sido una buena solución para estos casos.

Cuando Marcelino García Toral apartó a Paredes de sus planteamientos deportivos, el representante del jugador, Manuel García Quilón, uno de los agentes de cabecera de Pedro Herrera, ya advirtió de que el contrato de su representado con el Zaragoza era más largo en el tiempo que el del técnico. De alguna manera, García Quilón ganó ese pulso. Desde ayer se le presentan parecidas circunstancias. Durante tres meses, pocas piezas ha movido para buscar acomodo a Paredes en otro equipo.