Del interés por hacer cosas distintas, acompañado de la manifiesta 'futbolización' que reina en el planeta, surgió, allá por 2011, el Bubble Football. Como su propio nombre -traducido al castellano- indica, tiene la particularidad de que los jugadores se cubren de una enorme burbuja de plástico transparente, dejando al descubierto únicamente las rodillas y la parte inferior de las piernas. Así, tienen que ser capaces de evitar caer al suelo a causa de los golpes rivales, hasta introducir el balón en la portería.

Se juega entre equipos de cinco o siete jugadores y los partidos pueden durar hasta una hora. La supercie ha de ser lisa (césped, parqué o similares) y alejada de esquinas o vallas que puedan dañar las envolturas, compuestas de policloruro de vinilo (PVC) o poliuretano termoplástico (TPU).

Comenzó a ser practicado en los países escandinavos y pronto se extendió al Reino Unido. Allí, se disputaron las primeras ligas y se convirtió en un entretenimiento de referencia que ahora llega a Aragón. Las instalaciones de Fútbol Indoor Zaragoza acogen, el próximo sábado, el I Torneo Bubble Fútbol Indoor. Entre ocho y 10 equipos -las inscripciones siguen abiertas- tomarán parte de un evento pionero en la Comunidad, que no requiere contar con ningún atributo en especial. Basta con no perder el sentido del humor cuando se descubre lo complicado que resulta hacer gol.

"Cualquier persona puede practicarlo. De hecho, gran parte de los interesados nos han dicho que no lo conocen y les llama la atención iniciarse en él", señala, como organizador, Iván Martínez, y añade que, aunque han apostado por que este primer torneo sea para adultos, "los niños también pueden jugar con burbujas de menor tamaño sin riesgo de hacerse daño".

Y es que, garantiza que las burbujas no se rompen al chocar con las otras o contra el suelo: "Son muy resistentes y flexibles. Por ello, lo divertido es buscar el contacto con los rivales, para hacerles perder el equilibrio y evitar que avancen con balón".

Así, la tensión de no ser golpeado y, como consecuencia, volteado, centra los esfuerzos de los participantes durante el grueso del partido. "Cuando menos te lo esperas, tu rival te sorprende por detrás o por el costado y te empuja. Hay que estar alerta y ser pícaro", confiesa Martínez, que habilitará los dos campos de Fútbol Indoor para la ocasión. "Son ideales porque, al estar cubiertos, no influye el tiempo. La lluvia o el viento no son una amenaza", valora, sobre unas superficies de 30x20 metros.

No se puede salir de ese área con la burbuja y está totalmente prohibida la violencia. Por lo demás, vale todo para encontrar el marco rival. El precio de la inscripción es de cinco euros por jugador y el equipo campeón disfrutará de un premio valorado en 100 euros.