UN CLÁSICO ENTRE VECINOS

Las peñas de Osasuna y Real Zaragoza desean la reconciliación

Los presidentes de ambas federaciones de peñas señalan que les gustaría que las dos aficiones se llevasen bien, aunque reconocen que hasta la fecha todos los intentos han fracasado.

Arnaldo Félix, presidente de las peñas zaragocistas
Las peñas de Osasuna y Real Zaragoza desean la reconciliación
ESTHER CASAS

La rivalidad existente entre Osasuna y Zaragoza, más cuando está en juego la permanencia en Primera División, no solo concierne a lo que pasa dentro del terreno de juego. En realidad va más allá y se traspasa fuera del estadio. Por eso, el partido de este domingo ha sido declarado de alto riesgo. Desde hace ya mucho tiempo, concretamente desde los incidentes de 1987, las aficiones de Osasuna y Zaragoza no se han entendido. Casi 25 años después, las federaciones  de peñas de ambos equipos quieren revertir la situación y volver a la cordialidad entre los clubes y aficiones. De hecho, en los últimos tiempos ya parece que esta tensión solo se ve incrementada por los grupos más radicales y que el resto de la afición no apoya los enfrentamientos.


German Urabayen, presidente de la federación de Peñas Osasunistas, ha reconocido que las relaciones en este momento entre las diferentes peñas de Osasuna y Zaragoza «son nulas», aunque al mismo tiempo ha comentado que le gustaría que no fuese así. «Hemos estado dos años intentando acercar posturas pero no encontramos respuesta de las peñas zaragocistas», ha reconocido Urabayen, que se muestra pesimista sobre una posible reconciliación: «Ahora mismo hay poco más que hacer. Nosotros ya nos hemos brindado pero no hay respuesta por su parte». En cualquier caso, Urabayen afirma que no solo deben propiciar el acercamiento las dos aficiones, si no que para eso tienen que ayudar los dos clubes. «Es cierto que existe mucha rivalidad entre ambos clubes pero creo que las dos directivas tienen que intentar encontrar un acercamiento y así poder dar una mejor imagen», ha señalado.


Pese a la voluntad existente en varios estamentos del zaragocismo para enfriar la relación, todos los acercamientos producidos han resultado nulos. «Hace seis temporadas nos reunimos con las peñas de Osasuna para tratar de normalizar la situación. Sin embargo, ellos nos dijeron que tenían a los Indar Gorri -grupo radical rojillo- dentro de la federación y, por lo tanto, no salió adelante ningún acuerdo», relata Arnaldo Félix, presidente de la Federación de Peñas del Real Zaragoza.


Un escenario para el que no ve una solución sencilla. «Me gustaría, de corazón, que hubiese un trato cordial entre ambas aficiones. Y, de verdad, que lo volveré a intentar. Pero en el fútbol basta que haya unos cuantos que solo quieren armar jaleo para que la cosa se dispare», explica Félix.


Y es que no siempre hubo la rivalidad existente en la actualidad. «Antes siempre se miraba con interés la fecha del partido en Pamplona porque deseábamos ir allí. Viajábamos unos 15 autobuses y siempre lo pasábamos muy bien. Luego comenzaron los insultos contra la Virgen del Pilar y hasta hoy», relata Félix, que no puede fechar con exactitud el inicio del trato hostil contra los zaragocistas.


«No sé que desencadenó todo, pero para un aragonés es imposible pasar por alto las faltas a un símbolo tan sentido como es la Virgen. Seguramente, después, gente de aquí haría algo similar y así se formó todo», cuenta Félix. Una bola de nieve que ha acabado con el nulo desplazamiento de seguidores a la ciudad rival. «Para nosotros es una pena ya que es perder un viaje por año pero ni lo contemplamos. Para ir allí tienes que taparte por miedo a que te agredan de alguna manera y no merece la pena. Ojalá se pueda solucionar algún día», finaliza Félix, que remarca su férrea intención de volver a intentar el acercamiento de posturas.

Sin viaje

Urabayen ha lamentado también que no se haya organizado ningún viaje a Zaragoza para animar al equipo en un momento tan delicado como este. «No hemos organizado viaje por el ambiente que se crea en Zaragoza. No queremos que pase nada y por eso no vamos», ha explicado.


Al presidente de las peñas rojillas le apena el hecho de no haber podido ir a la capital maña en los últimos años. «Efectivamente, hace años que no se puede bajar a Zaragoza y es una pena. Son dos ciudades cercanas, con dos equipos en Primera División pero la gente no se atreve a ir a la otra ciudad con la camiseta de su equipo por si puede pasar cualquier cosa», ha reconocido Urabayen.


Lo cierto es que la relación entre rojillos y zaragocistas ha atravesado por mejores momentos. Por ejemplo, en la década de los 80, antes de los incidentes, hasta 7000 aficionados rojillos acudían a Zaragoza para apoyar a Osasuna.


De hecho, la historia y la relación entre ambos clubes no ha sido siempre mala. Hay que recordar que Osasuna fue el equipo invitado por el Zaragoza para inaugurar el antiguo estadio del Torrero en 1923 y, posteriormente, el de la Romareda en 1957. Incluso el mítico jugador rojillo Sabino fue el encargado de iniciar el partido. Como respuesta a esta inauguración, diez años después, el 2 de septiembre de 1967, Osasuna invitó al Zaragoza para estrenar el viejo Sadar.


Primeros ultras

La primera desavenencia entre los aficionados de uno y otro equipo se puede fechar en 1987. En un partido entre los dos conjuntos en La Romareda, el portero navarro Roberto fue alcanzado por un objeto que había sido lanzado desde la grada. Un incidente que finalizó con una carga policial en la grada que enervó a los seguidores osasunistas.


Este choque coincidió con el estallido del movimiento ultra en la competición española, que poco a poco fue polarizando las posturas de los diferentes graderíos. El enfrentamiento entre Ligallo Fondo Norte, fundando en 1986, e Indar Gorri, en 1987, ha generado una serie de desencuentros y enfrentamientos que, finalmente, han conducido a la situación actual.


En 2005 hubo un intento de acercamiento entre ambos clubes para así intentar la reconciliación entre ambas aficiones, pero este no dio sus frutos. Incluso las Delegaciones del Gobierno de Navarra y Aragón se implicaron en el asunto pero no hubo suerte. Los Ligallo se plantaron en la Romareda con una pancarta muy significativa: «Nunca seréis bienvenidos». Además, en ese mismo partido, ambas plantillas posaron para la foto conjuntamente, pero ni por esas. El encuentro terminó con lanzamiento de piedras y algunos enfrentamientos.


Veremos si ambas aficiones son capaces de firmar la paz definitiva próximamente.