Después de tres derrotas seguidas, el CAI tiene que cambiar de imagen y competir en la pista del difícil Cajasol, dado que la fase crucial de la Liga se acerca

Tres fiascos consecutivos, el último sin apenas mostrar intensidad, unas duras críticas del entrenador y, después, el reconocimiento de que a lo largo de la semana se ha trabajado bien. Con todos estos ingredientes, al CAI Zaragoza le ha llegado la hora de dar la cara, ese momento en el que debe certificar que puede competir con cualquiera en la ACB, en el que los jugadores deben despejar las dudas acerca de su relajación o de su falta de agresividad. Dejando un poco de lado el resultado que se produzca hoy en la difícil pista del Cajasol sevillano, el cuadro de Abós esta obligado a reaccionar, a «competir», de tal manera que la moral rojilla crezca justo antes de recibir a Fuenlabrada y Menorca la semana próxima en dos duelos cruciales.

Puede que no sea la visita más propicia para cortar la mala racha de resultados, ya que los de Joan Plaza sólo han perdido en San Pablo este año con el Real Madrid y el Regal Barcelona. Pero dentro de que una nueva derrota entraría en cierto modo dentro de la lógica, el CAI tiene que ser un equipo bien distinto al del domingo pasado. Los propios protagonistas asumían que hay maneras bien distintas de perder y en Sevilla sólo se aceptaría una, la de morir con las botas puestas, la de dar hasta la última gota de sudor. Cualquier otra forma restará credibilidad a un conjunto que se la jugará en sus próximas citas.

¿Pero por qué no ganar hoy al Cajasol? Lo cierto es que la posibilidad existe, aunque la solidez de los andaluces en su pista lo hace poco probable. Desde que los de Plaza perdieran en el Príncipe Felipe su trayectoria ha sido ascendente. Llegan a la cita tras caer en el Palau Blaugrana, pero anteriormente habían encadenado seis triunfos seguidos, los que les han llevado al octavo puesto, y en la Eurocup también se han metido en los cuartos de final.

Entre sus peligros está la espectacular muñeca de Bullock, la versatilidad del 'tres' alto Kirksay y la enorme corpulencia de sus cuatro pivots. Pero no son los únicos. Han recuperado al base Calloway, capaz de lo mejor y de lo peor. Junto a él, el joven Satoransky demuestra cada semana su capacidad atlética, mientras Sastre y el ex rojillo Txemi Urtasun completan el perímetro.

Pero si hay algo que puede dar miedo es el juego interior. Paul Davis o Juanjo Triguero como 'center' y Katelynas o Ivanov como ala-pívot. Da igual la combinación, puesto que cualquiera puede tener su día y destrozar a los hombres altos del CAI que esta vez deberán multiplicarse.

Como decía Abós, hay que preocuparse sólo «de lo nuestro». Y no le falta razón, dado que si su equipo juega con intensidad y plenamente concentrado tendrá sus opciones. Es cierto que Phillip sigue tocado (será operado mañana en Madrid), que Riera se quedó en Zaragoza, que Quinteros se va recuperando de un golpe en la cadera y que Barlow sigue con problemas estomacales que le hicieron seguir controlando ayer su dieta. Incluso la convocatoria se ha completado con el júnior Luis de la Cruz al no viajar Cano.

Sin embargo, las sensaciones son positivas tras una buena semana de entrenamientos. Cabezas y Miso, en su vuelta a la que fue su casa, ya están cogiendo ritmo y pueden ofrecer su mejor versión, mientras que Hettsheimeir, Chubb y Aguilar saben de su responsabilidad en los duelos interiores. Lo fundamental es reaccionar y dar la cara hoy en Sevilla.

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