La camiseta del Huesca que se coló en la media maratón de Granada, el día que ambos equipos se enfrentaban

Gregorio Abad luce la elástica azulgrana en todas las carreras en las que participa, como homenaje a su padre, oscense de nacimiento.

Gregorio Abad con la camiseta de la SD Huesca, que luce en todas las carreras.
Gregorio Abad con la camiseta de la SD Huesca, que luce en todas las carreras.
Gregorio Abad

La prensa de Granada lo destacaba en las crónicas sobre el ambiente que se vivió en la celebración de la Media Maratón de la ciudad. “Un valiente se atrevió a realizar la prueba con la camiseta del Huesca”. Sí, el mismo día que los dos equipos se enfrentaban en El Alcoraz. Y aunque no pudo lograr la victoria como los de Rubi, para Gregorio Abad, el improvisado protagonista, “ya es un triunfo haberlo peleado”. En su caso, haber elegido ese atuendo, no tenía nada de casual, ni siquiera guardaba el punto de provocación que algunos a su paso interpretaban, sino que tenía un gran valor emocional, ligado a su padre, originario de Huesca. “Cuando falleció mi padre prometí llevar a todas las carreras en las que participaba algo por él. Ya llevo más de un año corriendo con la camiseta del Huesca que él me regaló. La he llevado en Córdoba, Sevilla, Cádiz, Madrid y ahora Granada”, explica este ingeniero técnico industrial, que tras estudiar en Madrid y Barcelona, reside ahora en Sevilla, donde trabaja en Airbus. “Por este motivo la camiseta tiene un valor sentimental altísimo”, añade, asegurando que el hecho de que el mismo día se jugara el partido lo hacía todavía más especial. “Digamos que me gustan los retos”, bromea.

Aunque asegura también que los comentarios que recibió en los 21 kilómetros de carrera fueron muy amables y respetuosos, en tono de broma. “Hubo algún que otro grito de que íbamos a perder, pero siempre con una sonrisa en la boca y con buen rollo. Eran más que entendibles en ese momento, por lo que yo solo podía reírme y seguir adelante. Incluso los propios corredores y gente de la calle me iban actualizando el marcador cada poco, por lo que para no perdí detalle”, puntualiza. Pudo así seguir la remontada azulgrana, que acerca al equipo a un ascenso por el que se muestra esperanzado.

Porque para él, Huesca tiene un significado muy especial, como demuestran los tatuajes que luce en su espalda con dos de los símbolos más característicos de la capital oscense: las pajaritas y la parrilla de San Lorenzo. “Toda mi familia paterna es de Huesca, por lo que desde pequeño iba en verano, en Semana Santa, o siempre que podíamos. Mi padre amaba su tierra y me lo transmitió a mi, a través de sus muchas historietas y los buenos momentos que vivimos allí”, explica Abad, para el que las fiestas de San Lorenzo son una parada obligatoria en el mes de agosto, “incluso cuando vivía en Hamburgo”, asegura.

Y también el fútbol, otra de las pasiones de su padre, que consiguió transmitirle, a través de su afición por el Huesca y también por el Atleti. “Aún guardo el cartel de Torres como imagen del Huesca que se utilizó en una campaña de socios, y que unía a ambos equipos”, dice. Por eso, espera poder ver a sus dos equipos ya no solo compartiendo un póster, sino como rivales sobre el mismo campo. “Confío plenamente en poder ir la próxima temporada en El Alcoraz a ver el gran partido Huesca-Atleti, con el corazón dividido y muchas emociones juntas”. Algo de lo que está convencido, de que su padre también disfrutará “desde el tercer anfiteatro, mientras yo animo en el campo por él”.

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