Ranko Popovic salió ayer por primera vez a dar las explicaciones de una derrota. Hasta ahora, vivía subido en una dinámica positiva, pero el Valladolid, con viente minutos impecables y superiores, lanzó por primera vez a la lona al técnico serbio. Rubi le ganó la partida táctica durante veinte minutos clave que se resolvieron con dos fatalidades para el Zaragoza: una mala decisión de Whalley y un rebote dramático que cayó a los pies de Óscar. Dos goles y un mejor dominio del centro del campo por parte de los pucelanos que obligaron a Popovic a quitar a Álamo y meter a Basha.

"Tenían la ventaja en el medio. No entramos bien y era necesario reforzar la posición para ganar ‘balance’. El partido se equilibró, tuvimos más control, pero cuando se tiene hay que aprovecharlo", explicó Popovic, que no encontró en esos veinte minutos la fórmula para blindar la espalda de su mediocentro. "La verdad es que hemos estado mal. Se les puso el partido de cara desde el principio. En la primera mitad, pudimos cambiar cosas. En la segunda, no. Dije a los chicos que hay que seguir hasta el final, con fe y ganar. No hay que rendirse antes de que el árbitro pite el final. En los últimos quince minutos no pudimos", indicó el técnico.

Por eso, dijo Popovic, no acabó satisfecho con la actitud de su equipo. "Durante una hora sí. Luego, no estuvimos a la altura. Hay que tener en cuenta el resultado, el oponente y las circunstancias, pero nosotros pudimos hacer algo más. Hay que felicitar al Valladolid y aprender algo de este partido para el futuro", aseveró. El técnico no entró a valorar las cuestiones arbitrales. "No las he visto bien. Me dicen que ha habido algunos errores. Espero que esto cambie. Nosotros debemos dedicarnos a lo nuestro: jugar al fútbol", expuso Ranko Popovic.

El entrenador del Real Zaragoza aún no da por perdida la opción del ascenso directo. "No lo veo así. Hay que pensar en jugar y ganar todos los partidos. No es necesario poner un peso encima de los jugadores. Lo están haciendo bien y lo harán mejor. Hay que ganar partidos, así estaremos arriba. Luego, ya haremos matemáticas", apuntó el técnico. .

Una semana más, el Real Zaragoza salió del campo con goles encajados. Ya van doce partidos seguidos sin que deje la portería imbatida. Las bajas en defensa -especialmente Mario- y el preocupante nivel de Óscar Whalley en la portería son factores que han influido en el pobre estado defensivo del equipo aragonés.

"Tengo lo que tengo. Ha habido algunos errores, sí, hemos perdido, pero no es el final del mundo. Hay que seguir y trabajar. Sabemos las dificultades en algunas cosas, pero tampoco es para matar a nadie", afirmó Ranko Popovic.