En San Feliu se está viviendo una concentración atípica. Fuera del verano y con la intención de acabar con la provisionalidad que reina en el equipo.

Es lo que nos toca vivir. Al comienzo de la pretemporada no había plantilla. A mitad de agosto, el equipo no tenía más de 12 o 13 de jugadores, cuando la liga empezaba en días. No ha habido tiempo material para convivir con naturalidad. Y en un equipo, es muy importante conocerse tanto personal como profesionalmente. El entrenador vio que este era un buen momento para hacerlo y a todos nos parece magnífico estar aquí preparando así este partido con el Llagostera.

Van a ser apenas 72 horas, nada equiparable con una pretemporada al uso. Pero deberá ser suficiente.

Estamos aprovechando cada minuto. Este equipo ha de hacerse segundo a segundo, lo sabemos todos desde el mismo momento que hemos venido a este vestuario. No dejamos de hablar, de intercambiar sensacionese impresiones. Este grupo es muy sano, con gente muy comprometida. Llevo muchos años en el fútbol profesional y veo que la gente tiene muy buena predisposición. Confío en que todo va a salir bien.

Todo esto puede parecer un tópico. Un cliché de frases hechas para la gente que no ha pisado nunca un vestuario.

Pues no lo es. El ‘feeling’ que tienes con una persona, con un compañero, cuando has de jugar al fútbol cada fin de semana, es muy diferente si tienes un conocimiento previo o si cada uno acaba de llegar de un sitio diferente. Y eso nos ha pasado en el Real Zaragoza en estas primeras jornadas. Necesitamos un periodo de adaptación para crecer como equipo. Llevamos varias semanas de retraso. Los últimos fichajes llegaron antes de ayer, y eso pasa factura. Un equipo que se conoce bien, funciona solo. 

Son la mayoría futbolistas españoles, muchos se conocen por coincidencia en la competición desde hace años. ¿Será posible acelerar los tiempos?

En eso consiste lo que estamos haciendo estos días. En avanzar deprisa. Este club ha cambiado por completo desde dentro y está en plena transformación. Hace falta paciencia, pero la competición nos exige ya resultados. Tenemos todos mucha ilusión por ponernos arriba lo antes posible y por hacer que la afición, que está loca por disfrutar, viva un año feliz. Ojalá lo consigamos.

En medio de esta provisionalidad, el equipo ha mostrado detalles de que es posible cuajar un buen conjunto. Todos los goles, por ejemplo, han sido jugadas preciosas.

Hay calidad, pero necesitamos pulirla con mucho trabajo y conocimiento mutuo. Y para eso estamos aquí, en esta concentración. Yo espero que, tras esta semana, se pueda apreciar desde fuera que hemos avanzado. Jugar a fútbol requiere que todas las piezas estén bien engrasadas. Y aquí estamos muchos jugadores nuevos, que necesitamos un tiempo de adaptación. Por eso, si logramos ganar al Llagostera este sábado, todo se verá de una manera más positiva.

Y en los ratos donde no salen bien las cosas, donde se encajan goles fuera de tiempo, ¿cunde la desesperación?

No. Sobre todo los más veteranos, sabemos lo que está sucediendo. Este equipo está en plena fase de crecimiento, de ensamblaje. Nos toca hacer en septiembre lo que se debió hacer a primeros de julio. Y eso tiene sus peajes. Espero que todo eso pase cuanto antes. Por eso, considero que esta convivencia en la Costa Brava estos días es algo que nos hacía mucha falta.

Este partido de mañana ante el singular Llagostera parece el momento clave para dar el salto hacia arriba.

Es un partido importante. Son tres puntos clave para dar un salto en la clasificación. A mí, particularmente, me da igual que el rival sea el Llagostera. Lo serían igualmente ante cualquier otro. Necesitamos ganar y crecer en confianza y autoestima. Además, si lo conseguimos, la afición tendrá razones fundadas para soñar, como hace tiempo que no puede hacerlo. Sabemos que éste puede ser un momento crucial en la temporada.

Mario es una pieza importante en este equipo. Un central veterano, con pasajes en el Barça, el Valladolid, el Betis, el Getafe… Es usted un sostén referencial.

Me siento muy bien en este grupo. He vuelto de una mala experiencia en Azerbaiyán y tengo ganas de volver a disfrutar. Estoy viviendo momentos en los que me estoy reencontrando con los mejores días de años atrás. Hablando español, entendiéndome con todos, lo echaba de menos. Tengo la misma ambición de cuando tenía 18 años. Siento que es un pasaje donde puedo volver a disfrutar del fútbol. Me gustaría que todo saliera bien para el Real Zaragoza. Por ganas e intención de todos, no va a quedar. Si ganamos al Llagostera, nos va a ayudar mucho como colectivo.