El Real Zaragoza no carbura, no es ningún secreto. Paco Herrera lo sabe mejor que nadie y, por ello, se ha empeñado en encontrar la solución que arranque definitivamente su maquinaria. A poder ser, el próximo sábado. Fecha en la que los aragoneses visitan el Mini Estadi. Hogar de un Barcelona B que, con una victoria y una derrota, marcha por encima de la clasificación. Una situación que los zaragocistas esperan revertir logrando su primer triunfo del curso.

A lo largo de la pretemporada, el técnico blanquillo diseñó un complejo sistema que le permitiese aunar la inicial falta de delanteros con el desarrollo de un fútbol asociativo. Galimatías táctico que creyó resolver con la implantación de un rombo en el centro del campo. Figura geométrica que, arriba, coronó con dos falsos extremos que, por medio de las diágonales, diesen cobertura a la falta de un 'nueve'. Dinamismo y movilidad que, una vez metidos en faena, no funcionó.

"Mi trabajo es encontrar soluciones, y lo haré", dijo Herrera al término del empate a cero que sus pupilos protagonizaron, en La Romareda, frente al Mirandés. Alternativas que parecen pasar, sobre todo, por la entrada de Movilla en el once titular. Por necesidad, sí, pues Cidoncha lesionado será baja. Pero también por creencia. No en vano, cuando el 'Pelado' saltó al césped el pasado sábado, el equipo aragonés ganó en fluidez y logró hilar sus mejores ocasiones.

De esta manera, el técnico blanquillo lleva probando varios sistemas a lo largo de la semana. Todos ellos con un denominador común: Movilla. Primero, sin Paglialunga, inicialmente lesionado. Posteriormente, con el argentino, una vez ya recuperado, como compañero. Dos mediocentros que, por su forma de juego, varían ligeramente el esquema utilizado hasta la fecha.

También porque, tras la llegada de Ángelo Henríquez, el Real Zaragoza tiene un futbolista capaz de asumir el rol de delantero tradicional. Aunque su perfil tampoco lo defina como tal. El chileno es, como Roger u Ortí, un jugador tremendamente móvil. Capaz de caer a banda e intercambiar posiciones con las alas, presumiblemente Víctor y Montañés. Sin embargo, también puede jugar un rol de fijación si así es necesario, trasformando el célebre rombo en un 4-3-3 arquetípico.

Claro que la entrada de Movilla no sería la única modificación que presenten los aragoneses en la Ciudad Condal. Por necesidad, eso sí. José Fernández, hasta ahora indiscutible dueño del lateral derecho, será baja debido a un esguince de grado I en el ligamento lateral interno de la rodilla derecha. Su hueco, con casi toda seguridad, será ocupado por David Cortés, llegado esta temporada al cuadro zaragozano y, hasta ahora, inédito en partido oficial con la camiseta blanquilla. La zaga, además, quizá podría presentar alguna variación más habida cuenta del bajo nivel ofrecido hasta la fecha por Álvaro, sobre el que se concentran numerosos rumores de marcha antes de que cierre el mercado el próximo 2 de septiembre.