El Real Zaragoza gana crédito y saca un gran punto frente al Espanyol (1-1)

El Zaragoza, muy mejorado y restaurado, con poso de buen equipo, iguala en Cornellá tras un completo partido en el que empató con Manu Vallejo el gol inicial de Expósito para un Espanyol que acabó con 10.

Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Carlos Gil Roig - Prensa 2

El Real Zaragoza no ganó al Espanyol, pero ya tiene cara de ganador. Cara de equipo de alta competición. Jugó un partido muy completo en Cornellá, donde solo sacó un punto después de jugar con uno más casi 40 minutos. Pero su fútbol es otro, también su energía, su personalidad, su estilo… Del Zaragoza de Albacete a este solo hay quince días de distancia, pero un universo de fútbol de por medio. Fue un equipo valiente y esforzado en un territorio complicado, frente a un poderoso Espanyol al que supo anular en una primera parte de mucha táctica y letra gorda defensiva y al que supo empatarle rápido el gol que abrió el marcador en la primera acción de peligro local. Aún pudo ganar si Enrich no se estrella en la madera casi al final del duelo en un partido que deja en un muy buen lugar a Velázquez.

El empate suma un pellizco, aunque, ante todo, dibuja una senda prometedora. Velázquez, muy valiente en la lectura del choque y sus situaciones, le ha dado al equipo una fórmula táctica y le ha transmitido su visceralidad al espíritu del juego. Por eso, el Zaragoza, que hace nada jugaba con miedo, ahora comienza a sentirse cómodo provocándolo. Por eso, su gente, los más de dos mil fieles en la grada, reconocieron el valor del punto: por el tamaño del rival, por la estatura del fútbol reconocible y restaurado, y porque vieron lo obvio. Un Zaragoza mejor, crecido, con pulso de poder hacer lo que se proponga.

Las victorias ofrecen también lecciones y Julio Velázquez observó frente al Leganés indicios sobre los que desarrollar su idea. Y el mejor modo para ello era estabilizar la alineación, repetir hombres, posiciones, organización en el campo y funciones. Hay bajas importantes que limitan ese juego personalista en el que caen muchos técnicos de agitar y repensar onces, planes y sistemas en función de rivales y características del partido; pero Velázquez, pudiéndole dar algún matiz al equipo en Barcelona, no quiso, en una medida en la que se aprecia una vocación por darle regularidad, constancia y repetición a su propuesta. Así, el Zaragoza cosió una formación con tres centrales, carrileros a campo y tiempo completo, un rombo de centrocampistas en su núcleo del juego y Víctor Mollejo como punta, una avanzado que opera como un zapador, barriendo todo el frente y poniéndole bombas de relojería a la defensa rival por todas sus esquinas.

Mientras tanto, en el Espanyol, Luis Miguel Ramis ejecutó tres relevos en su clásico 4-4-2 respecto a su último partido de liga en Oviedo; entró así Óscar Gil en el lateral derecho, Álvaro Aguado en el mediocentro y Jofre, que venía de meterle dos goles al Valladolid en Copa entre semana, tomó un costado del ataque, lo que liberó a Puado en zonas interiores de la delantera

Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Carlos Gil Roig - Prensa 2

Precisamente, el audaz exzaragocista se encargó de teclear las primeras notas del partido, moviéndose entre líneas y tirando de buen pie. Pero el equipo aragonés pronto controló la situación. Tuvo al Espanyol bien sujeto durante una primera mitad de máximo respeto entre los rivales, de intenso centrocampismo, muchos duelos, y dominio de los dispositivos defensivos. Ahí, los de Velázquez se movieron bien, peleando y conquistando balones divididos gracias a su rombo de centrocampistas: siempre había jugadores cerca de la ayuda.

Las jugadas de peligro, por llamarlas de algún modo, fueron, básicamente, de larga distancia. Apenas se alcanzaron las áreas y los porteros ni se ensuciaron los guantes. Quizá a los puntos, el Zaragoza estuvo mejor. Muy serio, concentrado y atento; neutralizó al Espanyol, al que dejó como argumento principal el balón largo de Cabrera, casi siempre en diagonal, hacia la profundidad de Jofre. O bien hacia un Braithwaite que acabó en las garras de Mouriño. El uruguayo firmó un primer acto colosal. Físico, rápido, contundente, atrevido… Desde la seguridad defensiva, el Zaragoza fue ganando terreno después de que ya tuviera las medidas del traje del Espanyol tras veinte minutos tomándole la talla. Un tiro a bote pronto de Toni Moya puso alerta a Pacheco. Después, Mouriño cabeceó flojo un balón que se pudo envenenar, como también cogió una trayectoria inesperada un centro de Mollejo desde la banda derecha.. Nadie llegó a rematarlo, pero no le faltó mucho para coger puerta.

Era el tramo medio de la primera parte, y el Zaragoza se instalaba en campo contrario y bloqueaba al Espanyol en el suyo cuando tocaba defender. Lo hacía arriba, bien desplegado. Los de Ramis no encontraban modo de salir de su zona trasera, el Zaragoza recuperaba bien y, aunque sin mucha precisión o claridad, hilaba acciones con sentido. En plena batalla de pizarras, destacaban dos duelos con charrúas como protagonistas. Mouriño le llenó de aliento caliente y metálico la camiseta a Braithwaite, un delantero duro, rocoso, rápido y móvil al que el joven central le puso las cadenas. Tampoco se arrugó a la hora de dividir con la pelota: con Velázquez, los centrales tienen carta para conducir y saltar líneas. A 60 metros de allí, el fuego se desataba entre Cabrera y Mollejo, en otro pulso de sangres calientes y batalladoras. El Zaragoza tenía su respiradero y principal clave de su plan en la banda izquierda: mezclaba el juego en la derecha para buscar en cuanto se pudiera a Valera, libre, en el lado débil del rival. Por allí se ganaron metros y se dio profundidad, aunque el murciano no estuvo fino en las decisiones finales, como tampoco Maikel Mesa, en su versión más ciclotímica. El Zaragoza solo pasó inquietudes cuando se le descontroló alguna pérdida por dentro y facilitó carreras al Espanyol en un tipo de juego que maneja bien el equipo de Ramis. Sin embargo, los pericos apenas pisaron área de Rebollo. Un zambombazo alto de Edu Expósito a la media hora fue su única consumición de la cuenta.

Cómo lo vería Ramis que sacudió el Espanyol como una toalla tras el descanso: tres cambios cambiaron la cara de los locales, con las entradas, hombre por hombre, de Pere Milla, El Hilali y Pol Lozano por Jofre, el amonestado Óscar Gil y Gragera. La movilización afectó también a Edu Expósito que pasó al lado derecho y a Puado, que pasó al extremo izquierdo. El partido reventó a lo grande. El Espanyol, después de todo el partido en silencio, pegó un grito de gol en su primera pisada del área: un centro de Oliván desde la banda izquierda, lo llevó a la jaula Edu Expósito, desapercibido para las defensas del Zaragoza, quien remató de cabeza a placer desde el punto de penalti. Un descuido al que le siguió otro de Jair ante Pere Milla, pero el delantero local se atragantó con la pelota. En ese punto, a continuación, Valera inició una carrera a la que Calero le dio fin con una coz. Una agresión que recibió la roja y dejó al Espanyol con uno menos con casi 40 minutos por delante. Ramis agotó sus cambios en el 60: restauró la defensa con Sergi Gómez y metió blindaje en el medio con Keidi Bare para armar un 4-4-1 en el que Pere Milla y Puado fueron a las alas. 

Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Partido Espanyol-Real Zaragoza, jornada 19 de Segunda División
Carlos Gil Roig - Prensa 2

Al poco, Julio Velázquez, ya con el mapa del rival analizado, movió pieza y desarmó la defensa de tres centrales: Enrich relevó a Jair y Bermejo a Maikel Mesa. Así, Franchó pasó al lateral izquierdo (se metía al medio en ataque), subiendo Valera en esa banda, en el 4-4-2 con el que se reordenó el equipo. Todo cambió en el Zaragoza. Porque, además, Velázquez, muy vivo y lúcido en los cambios, vio rápido la ocasión para meter una bala más en el cargador: salió Manu Vallejo por Mollejo. La primera pelota que tocó el gaditano fue para abrir a Gámez. La segunda para recoger la devolución del lateral y empatar el partido. Un gran gol, en un buen momento, pues el Espanyol comenzó a precipitarse. Eso sí, los pericos aún tenían sueltos por el campo a Milla, Puado y Braithwaite. Eso obligó a no bajar la guardia. 

El partido lo tenía el Zaragoza para encontrarle la cerradura. Un centro de Moya no halló rematador. Luego, un intento de Vallejo que tenía buena pinta pegó en un central. Y la ocasión grande llegó con un cabezazo al palo de Enrich. El rechace le fue a Bermejo, pero le dio muy mordida y la sacó Pacheco retorciéndose entre los palos. El Zaragoza no cesó. Continuó arrinconando al Espanyol, pero los locales defendieron con solidez. No se ganó, pero se siente que, así, el Zaragoza es ya un equipo con victorias en el colmillo.

Ficha técnica

Espanyol: Pacheco; Óscar Gil, Calero (Omar El Hilali, 46), Cabrero, B. Oliván; Edu Expósito (Keidi Bare, 60), Gragera (Pol Lozano, 46), Álvaro Aguado (Sergi Gómez, 60), Jofre (Pere Milla, 46); Puado y Braithwaite.

Real Zaragoza: Rebollo; Mouriño, Jair (Sergi Enrich, 69), Francés; Gámez, Valera; Marc Aguado (Jaume Grau, 85’); Moya, Francho, Maikel Mesa (Bermejo, 69); y Mollejo (Manu Vallejo, 72’).

Goles: 1-0, min. 54: Edu Expósito. 1-1, min. 73: Manu Vallejo

Árbitro: Arcediano Monescillo (Comité de Castilla La Mancha). Mostró amarillas a Óscar Gil (26’), Pol Lozano (53’), Marc Aguado (84’), Moya (97’). Expulsó con roja directa a Calero (55’)

Incidencias: Partido de la jornada 19 jornada de liga en Segunda División jugado en el estadio RCDE Stadium de Cornellá-El Prat ante 21.000 espectadores, unos 2.000 de ellos del Real Zaragoza. El césped presentó un buen estado. El Zaragoza lució su uniforme ‘avispa’.

Así te hemos narrado el encuentro:

Placeholder mam module
Partido espanyol-Real Zaragoza, en directo
Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión