Cerca de ganar....y de perder

Foto del partido Real Zaragoza-Ovierdo de la jornada 14 de Segunda División, en La Romareda
Foto del partido Real Zaragoza-Ovierdo de la jornada 14 de Segunda División, en La Romareda
Toni Galán

De todo le pudo ocurrir anoche al Real Zaragoza. Pudo salir triunfante. Y también derrotado. Durante veinte minutos, los finales, se jugó como si no hubiera un mañana, en una guerra sin cuartel. Real Zaragoza y Oviedo se emplearon en ese tramo en un desafío a todo o nada, en un tipo de duelo que no necesitaba el conjunto ovetense y que, sin embargo, aceptó. A Fran Escribá, por el contrario, no le quedaba, probablemente, otra alternativa.

Ya había intentado vencer el técnico valenciano durante más de una hora según sus patrones clásicos, insuficientes para el propósito de ayer, como lo vienen siendo desde hace nueve semanas. Entendió Escribá en un momento dado que debía quemar las naves. Se trataba, para él, de vencer o morir en La Romareda, donde no halla el camino de la victoria desde el pasado mes de septiembre. Pero el destino le guardaba otra vez un empate, como si los caprichos de la fortuna no lo quisiera sacar de las insulsas medias tintas que lo van consumiendo poco a poco, después de los fuegos artificiales de primeros de campaña.

Por no desequilibrar el marcador este grisáceo destino, ni siquiera el balón que robó Seoane a Dani Rebollo, al modo de los desafortunados lances firmados otras veces por el meta francés Gaëtan Poussin, quiso entrar en la puerta aragonesa. Se estrelló la pelota contra el palo, para luego pasar pegada a las mismas barbas de Borja Bastón, sin que este pudiera tocarla y certificar su instinto de goleador, de delantero avezado en las buenas praxis del área.

En esa fase de fútbol abierto, libre de corsés tácticos, por momentos desaforado o loco, el Real Zaragoza también dispuso de sus claras oportunidades. Incluso a Alejandro Francés se le anuló un gol desde la sala VAR. Pero estos ímpetus no eran otra cosa que lo antedicho: el intento de ganar el encuentro por parte de Fran Escribá sin libro de estilo, por inspiración o empuje, por no decir, sencillamente, a la desesperada.

Quitados estos capítulos finales del encuentro, todo aquello que sucedió con anterioridad se pareció fielmente a lo que sabemos. El Real Zaragoza no presenta desde hace dos meses argumentos de fundamento para estar en la parte de arriba de la tabla. Por eso declina. 

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