REAL ZARAGOZA

La falta de gol vuelve a emerger como problema en el Real Zaragoza

El equipo de Escribá alcanza el primer cuarto de la liga con solo 11 goles marcados en 10 partidos (9 con firma propia, pues 2 son en propia puerta de los rivales) y reaviva los fantasmas del último trienio.

Iván Azón acaba de marcar el 1-0 al Eldense, en lo que es el único gol de un delantero centro del Real Zaragoza en el primer cuarto de la temporada.
Iván Azón acaba de marcar el 1-0 al Eldense, en lo que es el único gol de un delantero centro del Real Zaragoza en el primer cuarto de la temporada.
Toni Galán

El gol como problema. La falta de gol, más bien. Hecho que, en las filas zaragocistas, es un mal de hondura en el último trienio y que acaba de emerger al final de primer cuarto de la temporada 23-24 por propia naturaleza de las cosas a consecuencia del parón del equipo en las últimas 5 jornadas. 

El Real Zaragoza solo ha marcado dos tantos entre la jornada 6 y la 10 (5 partidos). Empató 1-1 con el Racing de Santander (anotó Valera). Perdió 1-0 en Ferrol. Cayó 0-1 contra el Mirandés en casa. Venció 0-1 en Andorra (acertó con la red Mollejo). Y volvió a capotar como local el domingo frente al Alcorcón, por 0-2. Números que no necesitan de más explicación.

Antes, en la parte impoluta y de perfección completa en cuanto a victorias de las cinco primeras jornadas, trecho que, por extraordinario, mantiene al equipo actualmente en la 5ª posición en los puestos de privilegio de la tabla (a tiro de un partido del liderato), su generación goleadora no fue del nivel de la suma de puntos, aunque se movió en unos modelos interesantes, notables si se quiere, al aproximarse a una media de dos por partido. Hizo 9 goles en esos 5 duelos del principio de todo.

Maikel Mesa y Francho anotaron en la inauguración de la sesión ante el Villarreal B. Francés lo hizo en la portería del Valladolid. Jair en Tenerife. Azón y Piña (en propia puerta) contra el Eldense. Y Manu Vallejo, Alcalá (en propia puerta de nuevo) y Mollejo en Cartagena.

Una vez reunido el balance en un solo epígrafe contable, al Real Zaragoza de Fran Escribá y Juan Carlos Cordero -entrenador y director deportivo, respectivamente- le salen 11 goles en 10 partidos. Que, en realidad, con rúbrica propia, con paternidad nominativa, son 9, pues hay que descontar las dos concesiones de los adversarios en sus propios portales. Aquí, la media se ha caído con estrépito y ya no sale ni un solo gol de promedio por choque oficial de liga. 

De tal manera que solo hay 7 equipos, de los 22 que componen la Segunda División, que han marcado menos tantos que los 11 de los zaragocistas: Oviedo y Huesca, con 6; Elche y Cartagena, con 7; y Racing de Ferrol, Andorra y Alcorcón, con 10.

A estas alturas ya relevantes del torneo, el Espanyol es el más prolífico, con 20 goles, en el ras del doble que los zaragocistas. Con 17 le sigue el Villarreal B. Y con 15, el Eibar. Con 14 caminan el Levante y el Mirandés. 

De hecho, el Espanyol tiene a cuatro futbolistas que con su rendimiento anotador superan notablemente a toda la plantilla de Escribá: Puado y Braithwaite han metido 5 cada uno; y Pere Milla y Calero, 3 en cada caso; en total, 16.

Entre tres jugadores del Villarreal B también superan la cosecha global de todo el Real Zaragoza: Forés suma 5; Ontiveros, 4; y Jorge Pascual, 3. Y todos los goles zaragocistas, 11, los aglutinan en el Tenerife entre solo tres atacantes: Gallego (5), Roberto López (4) y Ángel (2). Lo mismo ocurre en el Eibar, en su caso con cuatro firmas: Aketxe (4), Stoichkov (3), Bautista (2) y Vencedor (2). 

Porque, otra derivada del problema mayor de la falta de contundencia y solvencia ante el gol, es que los jugadores zaragocistas que han marcado hasta ahora son 8 diferentes y solo Mollejo ha repetido, sumando dos. Los demás, salen a unidad.

Cordero removió la plantilla con profundidad en verano, sabedor del gravísimo problema heredado en la fábrica del gol. Y fichó gol. Buscó delanteros centro, segundos delanteros, mediapuntas, extremos y hasta centrocampistas que venían con avales goleadores recientísimos. 

Bakis, con 12 tantos en Andorra. Sergi Enrich, con 7 en Oviedo. Maikel Mesa, con 8 en Albacete. Valera, con 3 en Andorra, Manu Vallejo, con 4 en Oviedo. Moya, con 3 en Vitoria. A ellos se deberían unir las mejores versiones artilleras de Azón, del repescado Mollejo... para darle la vuelta a la tóxica tendencia de las últimas tres temporadas, que conforman la peor época en los 91 años y medio de vida del club. 

Y se va a alcanzar la 11ª jornada, el sábado en Gijón, con el reducido haber goleador que dice que, entre los arietes puros, solo Azón suma un gol, con Bakis y Sergi Enrich aún a cero. Y de la segunda línea y el centro del campo apenas han surgido inspiraciones puntuales de Manu Vallejo, Maikel Mesa y Valera, uno cada uno. Nada se sabe de Bermejo, de Moya, de Grau, de Aguado.

El resto de aciertos esporádicos son de los defensas Jair y Francés y del medio centro Francho. Como está citado, solo Mollejo, un punta mixto, se sale de esta insuficiente producción con dos tantos. 

El gol, su carencia, es nuevamente un problema grave a reparar. Si en Gijón no se activa el mecanismo, las cifras empezarán a poner en evidencia la envergadura del inconveniente. Las cuestiones relativas a este apartado del análisis son palabras mayores. Como bien se sabe en Zaragoza desde 2020.

 

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