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Así es Toni Moya: “Si ha firmado en el Real Zaragoza es porque ha visto algo chulo”
Óscar Fernández es uno de los entrenadores más influyentes de la carrera de Toni Moya, a quien dirigió en la cantera del Atlético. Explica las características de su fútbol, su encaje posicional y sus mejores virtudes.
Óscar Fernández es uno de los entrenadores clave para entender la figura de Toni Moya, de 25 años, nuevo futbolista del Real Zaragoza tras finalizar su contrato en el Alavés. Por sus manos pasó una de las mejores camadas de canteranos del Atlético de Madrid que se recuerdan. Primero, a los mandos del Juvenil A con el que ganaron liga y copa, y después, durante tres temporadas, entre 2016 y 2019 como técnico del filial. En la temporada 2018-2019, el filial atlético se metió en la fase de ascenso a Segunda con jugadores como Darío Poveda, Pinchi, Joaquín Muñoz, Montero, Óscar Clemente y unos jovencísimos, de apenas 18 años, Camello y Mollejo. Uno de los capitanes de esta tropa era Toni Moya, timón y motor a la vez del equipo.
Óscar Fernández lo tuvo esos cuatro años: en el juvenil, luego en Tercera y los otros dos en Segunda B. Y no dudó en intentar ficharlo en 2019 para el Almería. “Para mí, Toni es un ‘8’, aunque también puede funcionar muy bien de ‘6’. Es un jugador que abarca mucho campo. Tiene un buen físico y una gran condición en el golpeo. Es un centrocampista para dar continuidad al juego. Para mí, es una de sus grande virtudes. Pero además es un chico muy sacrificado y con llegada. Domina muy bien las situaciones de remate en la zona de la frontal del área”, analiza Óscar Fernández, que tras salir del Atlético, recaló en el Almería en Segunda, aunque nunca llegó a debutar al llegar el jeque Turki Al Sheik, para después dirigir al Valencia Mestalla, al Almería B y, desde hace una semana, al emergente Linares Deportivo.
De Toni Moya, resalta una cuestión fundamental en el fútbol moderno: la capacidad para superar líneas de presión y hacer progresar el juego. “Hoy en día es muy difícil hacerlo desde el pase. Por eso, las conducciones interiores son muy importantes. Y Toni maneja eso muy bien. Conduce la pelota muy bien. No lo hace desde un regate fino, por así decirlo, sino gracias a su potencia y fuerza. El defensa choca con él y avanza, porque, encima, maneja ambas piernas aunque es diestro. Tiene esa habilidad para conectar líneas cuando el juego sale de la base y para plantar a su equipo en campo contrario”, expone Óscar. Y aplica un ejemplo: “Fíjate en el partido del ascenso contra el Levante. Cuando a lo mejor peor estaba su equipo, Luis García recurre a él. Les estaban apretando, pero lo usó porque es capaz de sacarte al equipo de su campo. Fue un movimiento clave éste”.
En la cantera del Atlético, por ese perfil completo y mixto, siempre se le comparó con Gabi, el excapitán del Real Zaragoza. Óscar va más allá: “Es aquel Baraja que jugaba en el doble pivote de Benítez. Un mediocentro técnico y sacrificado, que corre mucho. Un ‘6’-’8’”. Y profundiza: “Otra cualidad suya es el desplazamiento en largo. Ve los espacios lejanos y al futbolista alejado, gracias a su visión. Pero también tiene ese golpeo largo para ponerlas. Ya veréis, si sigue Mollejo, cómo conecta con él, con ese tipo de jugador que se mueve arriba. En el Atlético, se encontraban así frecuentemente”.
Óscar Fernández habla de Toni Moya como un futbolista que enriquece vestuarios. “Es muy trabajador. Mucho. Y muy amigo de sus amigos. Muy ordenado en la vida. Muy tranquilo. Es muy buen tipo, de verdad. No va a ser el más gracioso, pero sí es de los que se lo pasan bien. Suma a nivel de grupo”, apostilla. Y revela una razón por la que un futbolista de su cartel, con potencial claro de Primera División, ha optado por el Real Zaragoza: “Toni funciona mucho por sensaciones. Si ha firmado en el Zaragoza es porque ha visto algo chulo. Es muy inteligente, así que seguro que se ha convencido porque entiende que se están haciendo las cosas bien y hay un entrenador que lo quiere. Tendría otras cosas, pero habrá visto que puede ser una gran oportunidad en un club que está formando un proyecto muy bonito y al que Escribá le dio su equilibrio y su coherencia”, concluye.
