Carcedo: el crédito se agotó

Zapater, Vigaray, Mollejo, Puche, Gámez, Petrovic y Gueye antienden una indicación de Carcedo, acompañado por su asistente del ‘big data’.
Zapater, Vigaray, Mollejo, Puche, Gámez, Petrovic y Gueye antienden una indicación de Carcedo, acompañado por su asistente del ‘big data’.
Francisco Jiménez

José Luis Martí, conocido entrenador, quien fuera en su momento centrocampista del Sevilla y del Mallorca, entre otros equipos, se dejó ver en la grada de La Romareda en la tarde del pasado domingo, cuando la afición aragonesa señaló a Juan Carlos Carcedo y le indicó que su crédito está prácticamente agotado. Junto a Martí, por su presencia evidente, suenan en estas horas otros nombres de técnicos como posibles candidatos a ocupar el banquillo del Real Zaragoza, sean los casos de Álvaro Cervera, ahora libre y sin equipo, o del italiano Alessio Lisci. 

El técnico nacido en Roma no pudo sujetar la pasada temporada al Levante en Primera, a pesar del aceptable papel que desempeñó, y su contrato no fue renovado. Le sustituyó Medhi Nafti, quien, por cierto, fue, en la noche de ayer, el primer entrenador de Segunda en caer, habida cuenta de que el bloque valenciano no acaba de cumplir con las expectativas que se esperan de él.

Quiera que no, este es otro ruido ambiental con el que va a tener que convivir durante las próximas fechas Carcedo, al que Raúl Sanllehí, director general del club, ha respaldado de forma efectiva y al que quiere entregar todo el tiempo que sea posible y permitan las circunstancias.

En este sentido, el encuentro de mañana, en Santander, ante el Racing, no opera como una fecha límite ni tampoco como un ultimátum para el entrenador. Pero resulta evidente que su suerte ha quedado íntimamente ligada al resultado, según rigen las leyes no escritas del fútbol para estos casos.

El técnico riojano, que arrancó la temporada bajo notables formas y estética, ha ido desgastándose en su gestión del equipo y sólo le vale en este punto, en la labor de supervivencia, que el Real Zaragoza dé señales ciertas de reacción, de mejoría, de poseer la capacidad para salir del atolladero en el que ha ido introduciéndose.

Entrenadores que pasaron por una tesitura similar encontraron una vía de escape. Natxo González experimentó estas mismas sensaciones y posteriormente firmó una extraordinaria segunda vuelta, hasta llevar al Real Zaragoza a lugares de promoción de ascenso. Juan Ignacio Martínez, Jim, también vivió este tipo de dificultades en el mes de octubre, ante las que decidió imprimir un giro al equipo y conducirse por los terrenos del pragmatismo que conocimos como un milagro. Otros entrenadores, en cambio, se quedaron en esta frontera. 

Nada está escrito, a excepción de que La Romareda ha señalado a Juan Carlos Carcedo como pocas veces se ha visto en el estadio de la capital aragonesa a estas alturas iniciales de campaña.

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