REAL ZARAGOZA

Torrecilla y la maldición de jugar sin '9' todo el año por voluntad propia

El Real Zaragoza ha concluido la liga 21-22 sin que ninguno de sus futbolistas portara el mítico dorsal del delantero centro en su plantilla, algo único en la historia mundial de este deporte.

La camiseta del Real Zaragoza con el número 9, algo nunca visto durante toda la liga 21-22.
La camiseta del Real Zaragoza con el número 9, algo nunca visto durante toda la liga 21-22.
HA

Reforzar la delantera es la primera misión de índole deportiva-futbolística que tiene desde hace unos días -cuando terminó la liga en San Sebastián el viernes último- y hasta el nuevo campeonato el Real Zaragoza. Reforzarla... y bien. Y, de paso, recuperar el número 9 en la alineación del equipo, circunstancia esta, la de carecer de esa camiseta, que ha colocado al equipo zaragocista en un singular casillero estadístico para la historia del fútbol mundial: jamás un equipo dejó de jugar todo un año sin el dorsal de los habituales, clásicos y tradicionales delanteros centros. Y, en el caso del Real Zaragoza, lo ha hecho por voluntad propia.

Son derivadas anómalas que trae la modernidad del fútbol negocio que rige hace alrededor de una veintena de años. Desde mitad de los años 90 del siglo XX las plantillas juegan con números fijos, en España del 1 al 25 las fichas profesionales y a partir del 26 las que tienen su registro en el filial/dependiente o juvenil. Hasta entonces, desde la instauración de los números identificativos en los años 50, lo de jugar sin el '9' era simplemente imposible. Todos los equipos formaban del 1 al 11 en su bloque titular y, cuando se dio luz verde a los cambios, a finales de los 60, los reservas se vestían del 12 en adelante. 

Desde que vino al mundo del fútbol la numeración fija, nadie había dejado hasta ahora, ni aquí ni en ningún lugar, el '9' sin cubrir. El Real Zaragoza lo decidió así, tanto al cierre del mercado de verano pasado como, luego, en la revisión del plantel en invierno. Sorprendente.

Y esta decisión, que tuvo al director deportivo Miguel Montes Torrecilla como máximo responsable, trajo consigo cierto aura de maldición. La delantera, por segundo año consecutivo, ha dejado unos números muy deficientes. Intolerables en un equipo con ciertas aspiraciones: la media de productividad no alcanza ni un gol por partido. Esto es así, sobre todo, por razones relativas a la baja calidad de los actuantes. Pero, en su debida medida, también por esas gotas de supersticción que emana del desprecio al '9'. Hay números indispensables en cualquier equipo: el 5, el 10, el 8, el 1...

El primer año de este bienio negro en el ámbito del gol, hace ya dos campañas, el '9' lo portaba el esloveno Vuckic, fichaje estrella del anterior mandamás deportivo, Lalo Arantegui, que acabó estrellado por su inoperancia: se fue del equipo con cero goles en su haber a lo largo de toda la liga. Y en este curso consecutivo, el segundo del gafe, ese '9' despreciado y nonato ha ejercido de mal fario a los que debían llevarlo a su espalda y han jugado con el 20, el 23, el 10... y hasta el 31, pues Iván Azón, alistado con este inusual dorsal de sustrato juvenil y coautor de la salvación del Zaragoza de los problemas del descenso junto al entrenador, Juan Ignacio Martínez 'Jim', tardó 27 partidos en ver portería y solo en la recta final del torneo, con sus 7 dianas postreras, se erigió en pieza clave pese a su escaso número de eficacia general en una liga de 42 fechas.

Torrecilla había prometido a Azón el referido '9' durante la pretemporada pasada, como a Francho el '14'. Pero en un requiebro último, a finales de agosto, los instó a seguir con dorsal del filial para ganar unos cuantos euros en el techo salarial y así poder traer, de última hora, a los delanteros senior Álvaro Giménez y Nano Mesa, ambos cedidos desde el Cádiz. En ese instante, Torrecilla dijo que aplazaba su 'ascenso' al nivel de jugadores del primer equipo -en cuanto a su matrícula- hasta el mercado invernal, en enero. Ahí se repararía su situación. Pero al director deportivo, renovado implícitamente y entre líneas por Raúl Sanllehí -el nuevo director general de la nueva propiedad-, se le amontonaron las cifras nuevamente y ni Azón ni Francho acabaron cambiando de identificador. 

 

En los próximos 40 días, el plan pasa por remodelar casi por completo el mecanismo de ataque del equipo. Y, tras el mal fario de la brujas provocado por haber orillado ese '9' que nunca debe faltar en cualquier equipo de cualquier categoría, también de darle al '9' el valor real y simbólico que siempre tuvo en un equipo de fútbol. Las tradiciones son siempre dignas de un respeto. Si no, los duendes actuan...

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión