Chocarro: "Todo es diferente: la media de edad es más joven"

Zaragozano de 34 años, canterano de la Ciudad Deportiva y exfutbolista, el nuevo preparador físico del equipo es la mano izquierda de Natxo González en el día a día.

Javier Chocarro, preparador físico, ayer en Boltaña.
Javier Chocarro, preparador físico, ayer en Boltaña.
Daniel Marzo

Natxo González lo ha incorporado a su cuadro técnico. Un sueño enorme para un preparador físico de la casa.

Por supuesto que es así, un sueño cumplido. Es una ilusión brutal que me llegó en un momento inesperado. Llevaba cinco años en los equipos de la base de la Ciudad Deportiva, desde el cadete hasta el filial. Y el primer equipo siempre quedaba lejano. Lo habitual es que cada entrenador venga con su preparador físico, es muy normal que quieran estar con gente de su confianza. Pero, en esta ocasión, Natxo no trajo a quien tuvo en el Reus, por causas laborales particulares, y me ha surgido la oportunidad. Estoy en casa, en el equipo de mi tierra.

¿Cómo define su forma de trabajar con el equipo?

Yo diría que metódico, en el sentido de que hay que tener una forma de hacer las cosas que el futbolista identifique, sin dar bandazos de un lado a otro. Creo que tengo mano izquierda. Considero que el preparador físico tiene un punto de ventaja respecto del entrenador en la proximidad con el jugador, sin llegar nunca al colegueo, porque si no perderíamos ese aspecto positivo. Nosotros no hacemos las alineaciones y eso hace que el día a día sea cómodo. Pero yo soy exigente, siempre por el bien del futbolista.

¿Qué porcentaje aplica a la preparación global de la plantilla y a la preparación individualizada de cada jugador?

Las dos son igual de importantes. Pero, siguiendo un orden cronológico, creo que es la preparación individual de cada futbolista la que consigue un buen rendimiento colectivo. Cada jugador necesita unos estímulos distintos. Bien por cuestiones relativas a las lesiones, o bien por lo relativo a la mejora de rendimientos. Además, a los más jóvenes hay que introducirles más trabajos de fuerza para que concluyan su desarrollo como deportistas.

Es, en cierto modo, una preparación física a la carta.

Hay un trabajo general de campo, pero ya desde Boltaña estamos trabajando rutinas individuales. Cada jugador va a tener en lo sucesivo un trabajo particularizado que hará antes o después de cada entrenamiento. Todo, según las necesidades que veamos que tengan en cada momento de la temporada.

¿Se ha encontrado con alguna rareza en la reconstruida plantilla?

Rarezas, no. Pero, obviamente, sí que hay circunstancias distintas en muchos jugadores. Según adquieres experiencia en este trabajo, vas viendo morfologías y cuestiones personales diferenciales entre un jugador y otro. Incluso son los propios futbolistas los que vienen a pedirte determinadas pautas físicas, porque ya las llevan haciendo desde hace tiempo. Hoy en día, la preparación física es un mundo que tiene personalidad propia. Los jugadores saben perfectamente muchos aspectos clave, por ejemplo, para prevenir sus lesiones habituales, ya sean musculares, o en la espalda, etcétera.

Han llegado dos suizos, un georgiano… ¿nota algún rozamiento en su adaptación por venir de otras ligas?

No. Lo único destacable con ellos es que Papunashvili viene sin apenas parar la competición, pues acaba de terminar la liga de Georgia. Eso necesita máxima atención por nuestra parte, precaución porque no ha tenido descanso. El año no debe hacérsele largo. Los suizos han venido en un buen estado de forma. Grippo es vigoroso, fuerte, y nos pide trabajo de mucha fuerza. Es un ejemplo de lo que antes citaba de autoconocimiento de los jugadores.

¿Es una plantilla con predominio de velocistas o hay más jugadores de toque y ritmo pausado?

Creo que se está configurando una plantilla bastante interesante. Por dentro, yo veo jugadores capaces de tener la posesión del balón, que pueden complementarse con otros que pueden hacer una labor de rápida recuperación de la pelota. Los hay de perfil más táctico, pero también de largo recorrido por las bandas. Benito, Delmás, Ángel Martínez, Lasure, considero que pueden dar muchos kilómetros por los costados, así como Oyarzun, Xumetra, que son jugadores rápidos y profundos que dan alternativas al juego de toque interior.

El año pasado fue una pesadilla. El equipo no aguantaba físicamente más de 60 minutos, sobre todo al final. Láinez sufrió un calvario.

Láinez, Jardiel y Madurga se encontraron con muchos hándicaps en ese final de liga. Aquel equipo se configuró muy tarde. Pasaron tres entrenadores, con metodologías muy diferentes. Y, a ello, se sumó un año malo deportivamente, con una tensión creciente que afecta sin remedio al jugador. No se rinde igual con máxima presión constante que si todo va bien. Los partidos se hacían muy largos, eternos. Por fortuna, ellos lograron salvar el problema finalmente. Este año la plantilla está muy avanzada en julio y la media de edad es mucho más joven. Todo es bastante diferente.

¿Hay mucho ‘friki’ en el mundo moderno de los preparadores físicos?

Yo creo que no. La preparación física no se desarrolla de manera aislada, sino que se hace dentro de los cuerpos técnicos de una manera vinculada. No vamos por libre. Y yo creo que la preparación física tiene la importancia que tiene, nadie debe volverse loco sobrevalorando su misión. Si ganas, lo físico siempre está bien. Si pierdes, siempre mal. Eso tampoco puede valorarse así. Todo, lo técnico y lo físico, va de la mano. El método de Natxo maneja esto muy bien.

Ahora, en años de vacas flacas, se viaja mucho en autobús, de madrugada, viajes agotadores. Eso no ayuda.

No hay duda de que esto es así. Pero no podemos volvernos locos. Contamos con ello porque no hay remedio. Sabemos que viajando como en Primera estaríamos todos mejor, pero no puede ser.

El Reus de Natxo González destacó por su presión, por su solidaridad conjunta en aportación física. ¿Se puede clonar este año en Zaragoza?

Entiendo que ése es su objetivo. El cuerpo técnico exige un compromiso que los jugadores deben saber ofrecer en cada partido. La ilusión que aportamos todos los que nos hemos incorporado al cuadro técnico es infinita y eso va a favorecer esa propuesta. También el hecho de que predominen los jóvenes en el equipo. Aquí predomina la ilusión y el positivismo. Con estabilidad, se puede conseguir.

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