Cabrera pide medio millón

El futbolista uruguayo negocia en esos términos económicos un contrato con el Maccabi Tel Aviv de Israel.

Leandro Cabrera, en un entrenamiento del Real Zaragoza.
Cabrera pide medio millón
D. marzo

Leandro Cabrera ya le ha puesto precio a su fútbol: medio millón de euros por temporada. Su futuro hace días que está lejos del Real Zaragoza, donde finaliza su compromiso profesional el próximo 30 de junio después de tres campañas, y ahora busca un nuevo destino a través de sus representantes. Su nombre se ha ofrecido en diferentes puntos del mapa del fútbol.

Desde Argentina a México, pasando por Bélgica y los segundos niveles del fútbol británico, hasta llegar a Israel, a los despachos del Maccabi Tel Aviv. De allí, han trascendido los términos económicos en los que Leandro Cabrera exige firmar un nuevo contrato: entre 500.000 y 600.000 euros netos por temporada. Esa es la cantidad sobre la que se apoyan las bases de la negociación con Leandro Cabrera.

Las posturas con el club israelí aún están distanciadas –es un futbolistas que cuadra en su proyecto deportivo–, pero Cabrera está anteponiendo la opción de quedarse en España por razones personales y deportivas. Y en España, de momento, solo contempla la Primera División como posibilidad. El central uruguayo agotará durante las próximas semanas esa vía, mientras sus agentes lo proponen a diferentes direcciones deportivas.

En el Real Zaragoza hace tiempo que se da por perdida su renovación. Cabrera ha desestimado todas las ofertas presentadas por el club por considerarlas insatisfactorias.

Ahora mismo, el jugador charrúa ocupaba una posición en la cúspide de la pirámide salarial de la plantilla, con un salario anual de algo más de 300.000 euros. Su aspiración ahora es casi doblar esa cifra aprovechando que será agente libre, una posición contractual que le beneficia y le da fuerza en una negociación.

Una trayectoria de más a menos

Leandro Cabrera llegó en el verano de 2014 al Real Zaragoza como una apuesta de Martín González para la reconstrucción de una plantilla que había quedado desarbolada tras rozar el club la desaparición. En su primera campaña, gozó de cierta continuidad, como lateral izquierdo y como central debido a las recurrentes lesiones de Mario. Con quien siempre engranó a la perfección como pareja defensiva fue con Jesús Vallejo, sociedad fortalecida durante la pasada campaña, siempre garantía de rendimiento. También con Guitián mezcló bien Cabrera. Sin embargo, esta temporada no ha alcanzado los niveles de los años previos, ni como central ni durante los dos últimos meses como lateral, donde luce su poderío físico y agresividad, como en el eje, pero se ponen aún más de manifiesto sus limitaciones técnicas.

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