Cambio de registro para el Real Zaragoza de Láinez

Tras cinco partidos con rivales de la cola y de perfil medio-bajo, comienza ante el Getafe la serie final que aguarda al cuadro aragonés contra equipos de cabeza.

Una imagen del entrenamiento del viernes, con Zapater, Cani, Edu García, Feltscher y Samaras al trote en la Ciudad Deportiva.
Cambio de registro para el Real Zaragoza de Láinez
Daniel Marzo

El renovado Real Zaragoza de César Láinez acomete este sábado en La Romareda (20.30) ante el Getafe un reto nuevo. Lo hace con el viento de cola, con la moral alta, con la confianza que da sumar cinco partidos seguidos sin derrotas, sumando 11 de 15 puntos. Y se trata de algo novedoso porque, desde que se marchó destituido Raúl Agné y emergió desde el filial Láinez, el referido Getafe es el primer rival de la parte alta de la tabla que sale al cruce de los zaragocistas.

Estamos ante una dimensión diferente a lo vivido por Láinez y sus chicos hasta ahora en el especial, eléctrico y feliz tramo de cinco semanas de reflotamiento en la clasificación, un periodo de gran cosecha que ha calmado los nervios en buena medida dentro y fuera del vestuario, de los despachos, del graderío. El Getafe no es el Mallorca, ni el Mirandés, ni el Almería, los tres últimos con los que se ha enfrentado el Real Zaragoza de manera consecutiva en 20 días. Tampoco es el dubitativo Elche que se resquebraja hace días, ni es el plano y feo Valladolid, de futuro confuso en la tabla, los otros dos contrincantes que han medido la reacción blanquilla con el preparador zaragozano al frente desde finales de marzo.

Los getafenses llegan subidos al 4º escalón de la clasificación. Con 55 puntos (9 más que los zaragocistas), a 7 del ascenso directo, que marca el Girona con 62. Aún sueñan los de José Bordalás con poder ser capaces de poner nerviosos a los gerundenses, sumidos en una crisis histérica de hiper responsabilidad en los últimos tiempos. El Getafe se presenta en La Romareda con la misma excelente racha que luce el Real Zaragoza: 11 de los 15 últimos puntos dirimidos han logrado atar los madrileños. Viven un gran momento de autoestima y fe. Justo ahora, cuando la liga se decide y ellos pugnan por volver a Primera de un tirón, pues fueron uno de los tres que descendieron el pasado verano desde la máxima categoría.

El reto es de envergadura para el Zaragoza de Láinez. El Getafe es una plantilla de Primera compitiendo en Segunda, por ese efecto de continuidad que se produce siempre en los equipos recién caídos de la élite en su primer año de plata. Y antes de la positiva era de Láinez, el equipo zaragocista falló en tales envites: Levante y Girona ganaron en La Romareda 0-1 y 0-2. Son los antecedentes más cercanos, las referencias a superar, a tener en cuenta.

Y, vista la efervescencia de los equipos que marcan la zona de descenso y la evolución de la cota de puntuación que enviará a Segunda B a los cuatro últimos el 11 de junio, el Real Zaragoza tiene que seguir remando con fuerza, por más que haya dado un respingo en la tabla de grandes dimensiones. Cuantitativamente, estos 3 puntos frente a los del sur de Madrid son tan importantes como los anteriores frente a los de abajo. Hacen falta. Como el comer. 

Porque el Real Zaragoza tiene 46. O sea, solo 46, cuando la permanencia suele establecer el ras de la permanencia en torno a los 50. La pregunta en voz alta aclara la situación de los de Láinez: ¿Podría bajar a Segunda B el Zaragoza con sus actuales 46 puntos? La respuesta es clara y única: sí. Así que no hay más que hablar, que discutir, que elucubrar. Y los castillos en el aire suelen tener malos cimientos, según un viejo informe del Colegio de Arquitectos. Como recordó convenientemente Láinez este viernes, "aún faltan 4 puntos para llegar a los 50". Todo parece bastante claro. Solo es preciso mirar con atención a la luna y no fijarse en el dedo. Cuestión de coeficiente.

Es un día en el que el remozado Real Zaragoza de Láinez va a ofrecer hacia el exterior un test de progresión y de calidad ante un rival mayor. Va a mostrar si con los 45, 50 o 60 minutos de aceptable calidad que le han servido y bastado para puntuar a discreción ante Elche, Valladolid, Almería, Mallorca y Mirandés, es capaz de superar o igualar a un equipo superior en exigencias y armamento futbolístico. El fuelle físico, de caída en las segundas partes inexorablemente en este periodo último, esta vez sí que es un riesgo de alto rango. El Getafe suele matar en la recta final de sus partidos. Interesante examen para el Zaragoza de la actualidad.

Así que Láinez afronta su 6ª estación (la mitad del camino que tenía por delante cuando llegó al timón del equipo) en esta fase de metamorfosis del calendario. Después del Getafe, pasarán por en frente los Cádiz, Oviedo, Girona y Tenerife, es decir, todos los de la lucha por el ascenso excepto el líder y casi campeón Levante. Palabras mayores. Y, sabido es y recordado está, aún faltan puntos por recolectar. Al menos 4 para no temer una puñalada final del mal fario.

Para que en un futuro quepan otro tipo de valoraciones en la previa de uno de los últimos seis partidos del Real Zaragoza (los que seguirán a este contra el Getafe), es condición sine quanon ganar estos 3 puntos frente a los madrileños. Y seguir esperando los movimientos de los demás, tanto por detrás de la tabla como por delante. No se puede pensar en untar el aceite cuando aún no está plantado el olivo, mala costumbre en caracteres acelerados o poco consecuentes con la realidad puntual. El olivo es vencer al Getafe. Y el aceite, si da tiempo y hay salero para establecer una pauta de rendimiento que no se ha visto jamás durante la temporada, ya irá molturándose poco a poco.

Este es el plan para el sábado noche en este final de abril. Un interesante libreto el que presenta el Real Zaragoza-Getafe en La Romareda. A ver qué da de sí y por dónde se encamina el equipo de Láinez en esta nueva etapa competitiva en su irregular liga.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión