Con los dedos cruzados por Cabrera

El central juega desde Getafe advertido de suspensión. Con Silva lesionado, su baja sería de gran repercusión negativa.

Lele Cabrera, tras marcar el 1-0 al Mirandés en La Romareda hace 20 días.
Con los dedos cruzados por Cabrera
Guillermo Mestre

Agné y el área deportiva del Real Zaragoza no dejan de cruzar los dedos en cada acción de Leandro Cabrera desde que comenzó el partido del pasado fin de semana ante el Reus. Y así lo seguirán haciendo este sábado en Cádiz. Y, si el central uruguayo sale indemne del Carranza, proseguirán con la maniobra supersticiosa mientras Marcelo Silva, el otro charrúa titular en el eje de la zaga blanquilla, no se recupere de la lesión muscular que sufrió en el muslo derecho dos días antes de viajar a Getafe, lugar donde se cayó de su puesto fijo y abrió la espita a las dudas defensivas del equipo, primero con el foco puesto en los fallos de Bagnack y después, ante el Reus, en Casado. Y es que Cabrera acarrea cuatro tarjetas amarillas en su ciclo particular y, por lo tanto, está al borde del castigo por un partido, lo que ocurrirá en el caso de que vea la quinta.


Si la ausencia de Silva ya ha sido germen de dificultades serias para Agné y sus colaboradores en la línea de retaguardia del Real Zaragoza actual, da pavor en cualquier planteamiento de futuro inmediato pensar qué ocurriría si faltasen los dos centrales titulares de manera simultánea. Marcelo Silva, en el mejor de los casos, podría llegar a tiempo de jugar el último partido del año natural, el de Vallecas ante el Rayo, el domingo día 18. Pero no es seguro y, tal vez, la precaución recomiende aguardar ya hasta la reanudación de la liga en enero (el día 8 en La Romareda ante el Girona).


Por este motivo, la situación ideal para evitar un serio quebranto en la línea con peor rendimiento del curso, la defensa, es que Cabrera sea capaz de aguantar sin ver la quinta amarilla en los tres duelos que restan antes del parón por Navidad y Año Nuevo, que otorga 15 días de tregua para recuperar efectivos lesionados e, incluso, empezar a remodelar el vestuario en el inicio del mercado invernal. Son los que se juegan en Cádiz, frente al Oviedo en La Romareda el próximo domingo día 11 y en Vallecas el 18.


Los defensas centrales que Juliá y Valentín eligieron como suplentes en la plantilla conformada en verano, los jóvenes Bagnack y Popa, mostraron desde muy pronto estar a años luz de distancia en el rendimiento que ofrecen día a día los uruguayos Cabrera y Marcelo Silva, el dúo titular de esos puestos tan cruciales en el entramado táctico del equipo. Y, si con los charrúas la solvencia de la defensa no ha alcanzado, globalmente (laterales incluidos), lo que el Real Zaragoza necesita para estar en la parte alta de la tabla (es el cuarto más goleado de la categoría, con 22 goles recibidos en 16 partidos), cabe pensar lo que podría ser una línea defensiva sin ninguno de ellos presente, con Bagnack en entredicho y Popa totalmente fuera de los planes del club. 

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