En efecto, la llegada y el discurrir de los primeros días de agosto modifica cada verano la perspectiva de las cosas dentro de los equipos en construcción. Se pasa de la calma chicha a fases de un notable aumento de las pulsaciones cardiacas. Cuando, como es el caso de este año en el Real Zaragoza, la demolición y remodelación del equipo es de grandes dimensiones, la sensación de vértigo y prisas crece exponencialmente cada fecha que se arranca del calendario. Luis Milla, en las horas que preceden al quinto amistoso de pretemporada, el de este sábado en Vitoria (19.00, campo de Olaranbe), trasladó al entorno del equipo un mensaje que mezcla el sentido de la responsabilidad, cuando solo restan 15 días para el inicio de la nueva liga, con el ruego hacia los exteriores de asistir con paciencia y calma al proceso de transformación y crecimiento del nuevo bloque zaragocista.

"Somos el entrenador y nueve jugadores nuevos (en realidad son diez, si se contabiliza a Ratón). Ahora van a venir, posiblemente, algunos más. Esto cuesta masticarlo. Esto lleva su tiempo. Vamos a mejorar, seguro que lo haremos", esgrimió Milla para sustentar el estado inmaduro de las cosas dentro del equipo, tal y como están destilando sus actuaciones en los amistosos ya celebrados ante el Boltaña, Almudévar, Nástic de Tarragona y Teruel.

"El aspecto del gol, como otros, estoy seguro que lo vamos a mejorar mucho. Pero yo, ahora, lo que quiero ir dando es la sensación de que damos pasos adelante. Ganaremos prestaciones cuando el equipo sea sólido. Pero, cuando hay tanto cambio y media plantilla es nueva, cuesta adaptarse a todo. No puedes pretender llegar y marcar 10 goles porque es imposible cuando hay tanta gente nueva. Vamos a trabajar y a ser positivos para que esto mejore. Por ejemplo, creo que podemos estar contentos con el apartado defensivo", siguió argumentando el entrenador turolense sobre el presente que respira el plantel del Real Zaragoza.

Milla no quiere que nadie lleve a cabo análisis sesudos sobre lo visto hasta ahora. Todo es muy prematuro y, pese a que los partidos con puntos en juego llegarán enseguida, alude a la sangre fría y la calma para llegar a ese momento de la mejor manera posible. "Nos falta más trabajo y repetición de los mecanismos. Está claro que tenemos que mejorar. Ahora tenemos por delante tres partidos potentes (así valora los últimos amistosos ante Alavés y Eibar, ambos de Primera División, y el Ebro, de Segunda B). Este es nuestro momento para poner las bases y los fundamentos para que seamos un equipo sólido que sepa salir mejor de las dificultades", argumenta el preparador aragonés.

Con mano izquierda, entre líneas, Milla volvió a reclamar la llegada de los refuerzos que restan para completar el equipo. "Nos faltan piezas, pero el mercado está como está. Tenemos la base, la estructura. Y por eso se está trabajando por parte del club y de la dirección deportiva. Sé que se está trabajando bien y por eso yo estoy tranquilo. Todos los equipos estamos esperando a las últimas incorporaciones. No obstante, hasta hoy, la actitud de los jugadores nos hace estar contentos", dijo con el mismo tiento que intención.