Narciso Juliá anuncia litigio judicial en relación con la renovación de Sergio Gil

El director deportivo ha explicado los hechos desde el prisma del Real Zaragoza y apunta al agente del joven canterano como generador del conflicto

Lío habemus entre el Real Zaragoza y los representantes del joven canterano Sergio Gil, la empresa que encabeza José María Minguella Junior. El director deportivo de la SAD zaragocista, Narciso Juliá, ha comparecido públicamente para matizar y explicar de viva voz el conflicto surgido a cuenta de la renovación y ampliación del contrato del centrocampista canterano que, según comunicó el club este martes por escrito en la página web de la entidad, se ha llevado a cabo a través de la cláusula recogida en el anterior compromiso contractual del jugador y que permite al Real Zaragoza extender el contrato por tres años más de manera unilateral.


"Si dos partes divergen en una opinión, habrá una tercera, en este caso algún juez", ha advertido Juliá en su discurso. Todo esto viene derivado de un contragolpe de Minguella Junior, horas después del anuncio de renovación por parte del Real Zaragoza, el que aseguraba que Sergio Gil no iba a firmar ese contrato por incluir condiciones sobre las que no está de acuerdo y, en su cuestión mayor, porque ese contrato era considerado "no válido" por la representación del jugador de Garrapinillos.


Juliá ha remarcado su estado de "sorpresa" por la reacción de Gil y su entorno ante este hecho que "está basado en el plan de futuro y el proyecto deportivo que está llevando a cabo el Real Zaragoza, en el que se quiere contar con Sergio Gil como un joven prometedor, un futbolista importante por su valor de hombre de la cantera por el que íbamos a apostar". El director deportivo ha señalado, sin nombrarlo en ningún momento, al representante José María Minguella Junior como principal culpable del lío. "Yo me reuní personalmente con Sergio hace cinco o seis semanas para explicarle todo este plan y él acogió con alegría la voluntad del club de utilizar esta activación de la opción para ampliar el contrato que se firmó en 2013. Mostró mucha ilusión por poder triunfar aquí, por poder progresar en el club de su vida y me hizo llegar su ilusión por ese proyecto que llega hasta 2019", ha comentado Juliá como preámbulo.


"Es a partir de ahí cuando, tras pasar dos o tres semanas, recibimos un burofax en el club, firmado evidentemente por el jugador e, imagino, redactado por sus abogados o sus representantes, en el que se nos comunicaba que no estaban de acuerdo con ese contrato y que lo consideraban nó válido", ha proseguido Juliá en su narración cronológica. "Esto pasó para sorpresa mía, naturalmente, después de la reunión que había tenido con Sergio días antes", apostilla. "El jugador, por los motivos que sean y sobre los que yo no voy a entrar, aunque respeto, ha considerado que este contrato no debe firmarlo", insiste Juliá.


El club, tras esta postura, "estableció contactos y conversaciones con los agentes de Gil y se reafirmaron en que no aceptaban el contrato como válido". Juliá ubica en este punto concreto el estado actual de las cosas. "Nosotros pasamos a asesorarnos en términos legales con nuestros servicios jurídicos. Y son estos los que nos han aconsejado comunicar públicamente los hechos, el requerimiento de la firma del contrato. Este es el proceso legal que hay que seguir", ha explicado para que se entienda todo lo que está ocurriendo a esta fecha concreta.


Asimismo, Juliá ha puntualizado que los dirigentes del Real Zaragoza, en su persona, han hablado con Lluís Carreras, el entrenador, "para que tenga claro que Gil es un jugador más de la plantilla, que está en las mismas condiciones de ser convocado y de jugar si es necesario y, por lo tanto, no hay ninguna instrucción del club en sentido contrario". La convocatoria para Huesca es una muestra evidente de que este conflicto de despachos no tiene afección directa sobre el terreno deportivo. "Entendemos que Sergio Gil es un jugador nuestro y nunca le vamos a perjudicar. Al contrario, mi obligación es defenderle y protegerle por encima del asunto legal, intentando que se centre en lo suyo que es jugar", ha indicado Juliá.


Por último, el ejecutivo gerundense ha hecho referencia al estado de ánimo del joven Gil ante esta disputa legal entre el club y sus agentes cuando la temporada aún no ha concluido y, al contrario, está en su punto más álgido de la competición. "Somos profesionales, Sergio tiene 20 años y ya es mayor de edad. Ha tomado una decisión y, cuando se hace algo así, hay que apechugar con ello", ha concluido Juliá.

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