Misma hora, mismo lugar, mejores perspectivas

El Real Zaragoza actual, en la jornada 28ª, clona exactamente el camino que había hecho el año pasado a estas alturas

Clasificaciones de la liga en las dos últimas temporadas a estas mismas alturas, tras la disputa de la 28ª jornada. El Real Zaragoza clona con exactitud sus grandes números y su posición.
Misma hora, mismo lugar, mejores perspectivas
HERALDO DE ARAGÓN

Exactitud milimétrica en la trayectoria del Real Zaragoza de la liga 2015-16 respecto de la órbita que siguió el equipo el curso pasado, en la 2014-15. Tras la 28ª jornada, el equipo blanquillo es séptimo en la clasificación y suma 42 puntos como fruto de 11 victorias, nueve empates y ocho derrotas en este tramo de la competición. Idéntico camino al que había dibujado a estas alturas en la temporada anterior. Es decir, en el trazo grueso de sus prestaciones como equipo, el actual Zaragoza está clonando lo hecho por el anterior, el de la campaña precedente: misma ubicación en la tabla, mismo número de puntos, idénticas victorias, justo los mismos empates y, claro está, exactamente las mismas derrotas.


La comparativa de situación, no obstante, por encima de la sorprendente fotografía gemela que ofrece con 12 meses de distancia entre una y otra, aporta matices que ayudan a barajar con criterios lógicos y fundados que el horizonte es más halagüeño ahora de lo que lo fue hace un año. La clave está alrededor del Real Zaragoza. Sus números, siendo clavados a los de marzo de 2015 y con las mismas 14 jornadas que restaban entonces para el final del torneo, están mejor cotizados ahora. Esto es así porque la estructura de la clasificación, el perfil que ha adoptado el discurrir de la liga esta vez, no tiene las misma hechuras. Los 42 puntos de hoy cotizan mucho más alto.


Con esta cosecha de 42, la temporada anterior el Zaragoza veía por delante a cinco equipos escapados con nueve puntos de ventaja sobre su posición en la carrera: Las Palmas y Betis, con 53 (11 más que los aragoneses); Sporting de Gijón con 52 (10 más); y Valladolid y Girona con 51 (nueve más). Hubo una clase burguesa selecta desde muy pronto -este quinteto- que se marchó del resto en diciembre y ya jamás cedieron terreno. Solo se luchó por la sexta y última plaza de promoción.


Ahora, los mismos 42 puntos dan mucho más de sí. Por delante, solo hay un rival que se ha ido 10 puntos por delante en este momento del maratón: el líder, Leganés (que ha alcanzado los 52). El Zaragoza tiene a una breve distancia de 4 puntos a cuatro de sus seis precedesores: Osasuna (sexto, a uno), Gimnástic de Tarragona (quinto, a dos) y Córdoba y Oviedo (cuarto y tercero, a tres). Unas referencias cortas, asumibles, que no suponen una quimera si se plantea poder enjugarlas a corto o medio plazo.


El cuadro ovetense, con 46 puntos, ocupa la tercera posición. El año pasado, esa tercera plaza la tenía el Sporting con 52, los mismos que hoy tiene el excepcional líder Leganés. Es decir, el Zaragoza afrontó el último tercio de la competición con el ascenso directo prácticamente descartado por lejano. Y, además, se valoraba como algo prácticamente imposible el hecho de aspirar a una tercera, cuarta o, incluso, quinta posición. Ahora no es así.


El ascenso directo lo marca el Alavés, que es el segundo con 49 puntos. Si se trasladara a los vitorianos a la liga anterior, ese bagaje no les daría nada más que para ser sextos. Este dato, contundente, ayuda a radiografíar con exactitud las grandes diferencias de una campaña y otra. Este curso, la clase media de la Segunda División ha aumentado en número e igualdad. Apenas hay élite (solo el Leganés parece reivindicar últimamente su alta alcurnia en la pugna, pero hay que esperar todavía hasta poder corroborarlo). Ahora mismo, el 11º que es el Elche, está a solo dos partidos (6 puntos) de la tercera posición. Hay media Segunda División aspirando a Primera con motivos razonados. El año pasado, la brecha de los cinco primeros con el resto partió el torneo en dos 'subligas' diferentes.


También curiosamente, los cuatro de la cola se mueven en una franja de puntuación similar. Luego la deducción es que la diferencia está en la ampliación numérica de los equipos que pelean por meterse en los puestos de cabeza. Este año son hasta 13, al margen de los dos que ocupan los dos primeros puestos. Entre ellos, están restándose muchos puntos en los enfrentamientos directos y, a la par, están impidiendo que por arriba se abran grandes abismos de puntuación. El año pasado, con cinco plazas ya adjudicadas, la pugna de media docena de conjuntos por una sola silla de promoción estaba ya muy marcada: la Ponferradina y el propio Zaragoza ya tenían cuatro puntos de brecha con el Numancia y el Leganés (más de un partido) y cinco con Mallorca y Lugo.


El Real Zaragoza afronta 14 jornadas frenéticas con unas referencias muy claras: lo que fue capaz de hacer el curso pasado en idénticas circunstancias numéricas. En las últimos 14 partidos sumó 19 puntos para acabar con 61. No fue un buen final, apenas logró el 45 por ciento de los puntos. Pero le bastó. Así, fue sexto y jugó la promoción que lo dejó a 7 minutos del ascenso. Esta vez todo apunta a que harán falta algunos puntos más, pero también es cierto que el juego y la dinámica del equipo, además del calendario pendiente, animan a pensar que todo es posible. Ese detalle de que la tercera posición está a solo cuatro de distancia y que el ascenso directo (el segundo puesto del Alavés) queda a solo siete, cambia radicalmente las perspectivas que había en La Romareda hace solo doce meses.


Este es el curioso caso del Real Zaragoza. Un ejemplo cristalino de cómo una misma trayectoria, una misma referencia numérica, cambia de valor profundamente en virtud de cuál sea el envoltorio y quién el evaluador.

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